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Competencia desleal y omnicanalidad, los retos para las empresas de la industria del vestido
El sector del vestido enfrenta múltiples retos como la necesidad de estar en la omnicanalidad, así como la competencia desleal de las empresas extranjeras.
Las empresas que se dedican a la confección, producción y comercialización de prendas de vestir se encuentran en la necesidad de cambiar sus modelos de negocio, así como la implementación de herramientas digitales para satisfacer las necesidades de los clientes, tanto en el mundo físico como digital.
José Pablo Maauad, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), comentó que la competencia desleal por empresas extranjeras es uno de los retos que tienen los empresarios y diseñadores mexicanos durante los próximos cinco a seis años.
Además, en el panel “Desafíos y oportunidades en la industria de la moda en México”, realizado en el evento Mi Moda es México 360 por GS1, también habló sobre las oportunidades que tiene la industria ante el nearshoring y la omnicanalidad.
Actualmente la industria del vestido tiene alrededor de 100,000 plazas por cubrir, pero si implementan las adecuaciones necesarias, como condiciones de trabajo favorables y sostenibles, tendría un aumento de seis millones de plazas laborales.
Competencia desleal, un reto para pymes de la industria de la moda
Para que las empresas mexicanas prosperen, no solo deben tener una propuesta de valor, sino que también deben competir con la economía informal, en la que tanto las cámaras empresariales como el gobierno siguen trabajando para evitar prácticas desleales, argumentó Jorge Castellanos, presidente de Intermoda.
En tanto, las acciones para combatir la informalidad requieren centrarse en brindar mayor acceso a financiamiento, más programas de apoyo, así como cumplir con requisitos y regulaciones en materia de sostenibilidad.
De esta forma, las empresas extranjeras que comercializan en el país elevaría la competitividad legal y México podría convertirse en un referente internacional, comentó Martha Lazo, directora general de Retail Brands Alliance.
Sin embargo, en el caso de las plataformas extranjeras, la regulación sigue en proceso para asegurar la competitividad legal en la industria del vestido.
“Hemos trabajado de cerca con el gobierno en las diferentes oficinas, la Secretaría de Economía (SE), con las aduanas, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y estamos viendo que se tomen medidas importantes, porque la postura de la industria es que la competencia es bienvenida, pero con legalidad”, argumentó José Pablo Maauad.
Asimismo, con las modificaciones para combatir prácticas indebidas en el comercio exterior se prevé que la industria del vestido en el país vuelva a la normalidad y las empresas mexicanas sean competitivas.
Los puntos de venta físicos y el e-commerce
Para disminuir la brecha de competitividad entre las empresas extranjeras, las compañías mexicanas requieren aprovechar las plataformas digitales, así como herramientas tecnológicas para ser una propuesta atractiva para el consumidor.
“Tanto el diseñador como el empresario involucrado en el negocio, tenemos que tener en claro quiénes somos, qué representamos, cuál es nuestro producto y en qué nos diferenciamos, porque eso nos permite tener una personalidad que me gusta llamar valor agregado”, comentó Jorge Castellanos.
Por otra parte, el consumidor mexicano actual apuesta por consumir en puntos de venta físicos y conocer los productos a profundidad, es decir, conocer las texturas, colores, tallas y la experiencia que puede ofrecer una tienda.
Pero también le gusta pedir en línea y que el proceso de entrega sea a domicilio; sin embargo, una tendencia que ha tenido el consumidor en el sector del vestido es la personalización.
“Tenemos consumidores conscientes, despiertos, lo cual nos empuja a dar un paso al crecimiento”, reiteró Martha Lazo.
José Pablo Maaaud, explicó que es importante que las empresas del vestido comiencen a ser omnicanales, debido a que el e-commerce no es un problema, sino un complemento, aunado a que el porcentaje de las ventas realizadas en línea son entre el 25 a 30%, y se calcula que en los próximos años la venta en el canal digital sea del 30 a 40 por ciento.