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¿Por qué es importante tener un propósito y buenos hábitos en el trabajo?
Los malos hábitos se pueden cambiar a partir de pequeñas acciones, esto genera un gran impacto tanto personal como en la organización.
La comodidad puede limitar el desarrollo profesional, pero lograr el cambio y salir de la zona de confort no necesariamente requiere que pase algo extraordinario.
Asimismo, adoptar mejores hábitos no es sencillo, porque aproximadamente el 75% del cerebro piensa en sobrevivir y obtener éxito, por lo tanto, si no hay peligro, “el cerebro va a hacer todo lo posible para que no te muevas”, explica Juan Carlos Domínguez, autor del libro “Más allá del propósito: Crea hábitos y cambia tu vida paso a paso”.
De manera que, al implementar un hábito saludable para contrarrestar uno tóxico, el cerebro necesita gastar más energía, porque las redes neuronales se contradicen y por ende, nos cuesta más trabajo cambiar ciertos comportamientos.
El cambio personal es un modelo de vida, pero el cambio es gradual y puedes quedarte en algún punto”.
¿Cómo iniciar buenos hábitos sin dejarlos?
Juan Carlos Domínguez considera que es fundamental identificar los malos hábitos en el ámbito laboral y sustituirlos con buenas prácticas, debido a los altos casos de burnout en el mundo.
En México, alrededor del 92% de los trabajadores han presentado síntomas relacionados al burnout, de acuerdo con el Termómetro Laboral de OCC Mundial.
Parte del estrés laboral se retribuye a acciones o consumos insanos, como no tener horarios establecidos para comer, contestar correos fuera del horario laboral, evitar la actividad física, entre otros. Pero en ocasiones es difícil identificarlos, por lo tanto, para conocer estos malos hábitos se aconseja crear una guía, a fin de no abandonar el propósito.
La ruta para crear buenos hábitos
Crear una lista de buenos hábitos es fácil, pero el reto es tener la iniciativa para hacerlos y no dejarlos. En este sentido, existe una ruta que permite no abandonarlos:
» Crear una rutina: La formación de buenos hábitos es efectiva cuando se implementan en la rutina, porque con el tiempo el cuerpo asimila el cambio, lo que permite facilitar el cumplimiento.
» Establecer objetivos: Pueden ser a corto y mediano plazo, del cual varía la complejidad y es posible apoyarse de la metodología SMART, que en español significa tener objetivos Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y con Tiempo definido.
» Tener compañía adecuada: Cuando los hábitos son personales, existe una alta probabilidad de dejarlos; sin embargo, buscar compañía para cumplirlos, aumenta el compromiso.
» Espacios activos: Procurar moverse activamente para evitar el sedentarismo, debido a que, entre menor actividad aumenta más la ansiedad y es más fácil abandonar los propósitos.
La importancia de tener buenas relaciones
Para tener buenos hábitos, también influye la gente que nos rodea, que va desde la familia, amigos, relaciones y compañeros en el trabajo, aunado a que también son motivadores para ir por un mejor camino.
Por lo tanto, para que los vínculos sociales también sean un apoyo para tener un desarrollo personal, se aconseja buscar núcleos sociales saludables, en el que, además, de hacernos sentir cómodos, también nos ayudan a prevenir tomar malas decisiones.
Juan Carlos Domínguez argumenta que, para tener relaciones sanas, primero hay que identificar las necesidades personales.
“Lo primero es hacer un ejercicio de honestidad en la actualidad e identificar los puntos en común con la gente que convives y si eso satisface las necesidades como individuo”.
Después de realizar el autoanálisis, el segundo paso es identificar las relaciones que no aportan beneficios y causan desestabilidad.
Sin embargo, para conocer cuáles son las relaciones tóxicas, se aconseja pedir el apoyo de otras personas para tener un punto de vista externo.
“Todo lo que te va a favorecer viene del autoanálisis y la autoaceptación, para llevar a cabo acciones que son beneficiosas en todos los ámbitos de la vida”.