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El Empresario

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La línea delgada entre amistad y exceso de confianza, ¿cómo gestionar los equipos?

Para conectar con los colaboradores, los líderes necesitan ganar confianza, pero no necesariamente crear amistades que van más allá de lo laboral.

felicidad laboral

felicidad laboralShutterstock.

El rol del jefe se ha vuelto más humanizado, es decir, ya no se trata, o no es bien visto, que una persona que tiene a su cargo un equipo imponga órdenes y ejerza malos tratos. 

En la actualidad, los líderes se involucran más por el bienestar de sus equipos, porque comprenden que la productividad no es encomendar más tareas, sino comprender qué necesitan y a qué aspiran profesionalmente.

Pero, para tener este acercamiento con los colaboradores es necesario involucrarse; sin embargo, algunos jefes no saben cómo hacerlo y pueden llegar a sobrepasar la privacidad de los mismos.

El líder anteriormente era autocrático, lo que él decía era lo que se hacía, y bueno, hoy en día el líder toma ese rol más humano”, comenta Sandra Alarcón, coach ejecutiva y de equipos.

El exceso de confianza afecta en la organización

El dilema por fortalecer la comunicación y crear confianza se debe al temor de cruzar la línea entre la vida personal y laboral.

Por ende, un líder puede iniciar conversaciones casuales pero el colaborador determinará qué información compartir, es decir, hay que saber identificar si las respuestas son cortantes, lo cual es señal de que no desea hablar más sobre el tema y no hay que insistir.

La confianza juega un papel importante porque el líder puede inspirar a sus colaboradores para que ellos se puedan expresar más”, puntualiza Sandra Alarcón.

Pero, cuando la confianza excede la relación laboral, también es perjudicial porque no se establecen límites y no hay consecuencias por cometer alguna falta o por disminuir el desempeño, lo cual se puede ver como favoritismo.

“Es indispensable mantener esta línea, porque a veces la relación laboral se puede suavizar demasiado y cae dentro de lo que se piensa que es una amistad, de las que llegan a perdonar y consentir”, expresa Sandra Alarcón.

El autoritarismo limita el potencial

Si el líder se va por el otro extremo en el que no confía en su propio equipo y opta por involucrarse de más, o aplicar el micromanagement, las consecuencias se reflejan en el cansancio mental y la falta de autonomía de los colaboradores.

De manera que, las consecuencias son: la falta de transparencia, respeto y coherencia y el ambiente laboral se verá afectado, ya que habrá temor por expresarse o dar ideas, explica Alois Larc, coach de negocios y desarrollo personal.

A causa del desinterés y la desconfianza, los errores repercuten en la salud mental, aunado a que el 66% de los trabajadores mexicanos no cuentan con una cultura organizacional y espacios seguros que promuevan la expresión abierta, según el Termómetro Laboral, elaborado por OCCMundial.

¿Cómo cuidar el equilibrio?

La intención de mejorar el vínculo entre líderes y colaboradores no implica ser el amigo de todos, sino que es necesario para crear confianza y, por ende, mejorar los resultados.

Cuando un líder prefiere no involucrarse en el bienestar de los miembros o no hay espacios en la organización para traten la salud mental, impacta en la disminución de la productividad, ya que 38% de los encuestados consideran que tienen problemas al concentrarse, el desempeño baja y se presentan síntomas como la ansiedad y depresión, según OCCMundial.

En este sentido, el primer paso para mejorar la relación laboral con un equipo es comprender que no todos responden de la misma forma y las motivaciones no son las mismas, por lo que se debe escuchar a cada integrante, comenta Alois Larc.

Es por ello que, para no caer en el autoritarismo y sobrepasar la confianza, el líder puede iniciar conversaciones casuales, que no involucran necesariamente el trabajo, pero tampoco se toquen temas muy personales.

“Es importante no rebasar la línea, porque también cómo se propician estos espacios para hablar de cosas relajadas y personales, también hay que propiciar los espacios formales para preguntar por los resultados o el proceso del proyecto”, reitera Sandra Alarcón.

Periodista de la sección El Empresario. Especializada en temas de emprendimiento, pymes, management, cultura laboral y crecimiento empresarial.

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