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AMLO condona cuatro meses de impuestos a Pemex

Pemex fue eximido del pago del derecho de utilidad compartida sobre sus ingresos brutos por venta de crudo y gas así como de otro impuesto por derecho de extracción de hidrocarburos durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del año pasado, así como de enero del 2024.

Pemex fue eximido del pago del derecho de utilidad compartida sobre sus ingresos brutos por venta de crudo y gas así como de otro impuesto por derecho de extracción de hidrocarburos durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del año pasado, así como de enero del 2024.

Petróleos Mexicanos (Pemex) fue eximido del pago del derecho de utilidad compartida (DUC) sobre sus ingresos brutos por venta de crudo y gas, así como de otro impuesto llamado derecho de extracción de hidrocarburos durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del año pasado, así como de enero del 2024.

Así lo decretó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador este martes, ante la necesidad de liquidez y pagos de deuda a corto plazo que arrastra la empresa. 

El llamado estímulo que se otorga a Pemex como crédito fiscal equivale al 100% de lo que debe pagar por DUC, o sea, 40% de sus ingresos brutos por barril equivalente de petróleo y gas, así como el monto determinado para todos los operadores en el país llamado derecho de extracción.

La condonación de la participación en las ganancias equivale a 4,100 millones de dólares, según el cálculo especializado que una fuente anónima realizó para Bloomberg.

Apenas el fin de semana pasado, la agencia crediticia Moody's rebajó la calificación de Petróleos Mexicanos a B3 desde B1, señalando una peor calidad de crédito y a sólo un nivel de caer en lo que se denomina "especulación de alto riesgo".

Esta evaluación responde a las mayores necesidades de liquidez que enfrenta la petrolera estatal mexicana, a un mayor costo del capital y a los vencimientos de deuda en el corto plazo.

Pemex "enfrentará mayores riesgos de negocio al continuar ampliando su capacidad de refinación y al tratar de incrementar su producción", señaló la calificadora en un comunicado.

En la presente administración, las principales calificadoras de crédito han bajado de manera constante la calificación de Pemex, que solo ha reducido magramente la pesada deuda con la que inició el actual gobierno y se ha quedado corta en el complimiento de sus metas operativas, tanto de producción de crudo como de elaboración de productos refinados y petroquímicos.

Apenas en diciembre pasado, Fitch Ratings refrendó la calificación de incumplimiento de emisor de largo plazo en moneda local y extranjera (IDR) de Petróleos Mexicanos (Pemex) en “B+”.

Panorama se complica

Karla Cedano, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) como parte del Instituto de Energía Renovable, explicó que la situación en torno a la petrolera del Estado se ha complicado de tal manera que cada vez resulta menos sostenible incluso en términos económicos, lo que se lamenta desde el ámbito de la transición energética hacia fuentes que emiten menos gases de efecto invernadero, ya que México es líder entre los países con mayor potencial de estas energías, pero parece atrapado en un pasado que cada vez le resulta más caro no sólo al país sino al mundo, en términos ambientales.

“Tenemos que entender que Pemex ya no es la empresa más fuerte de México. Ya no lo es. Hoy es la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y es a la que se le debe apostar, la que cuenta con todo para ser la estatal con mayor fuerza hacia el futuro, en sintonía con el mundo”, dijo la experta.

La CFE, a diferencia de Pemex, tiene opciones rentables y sostenibles económica y ambientalmente que la colocarían rápidamente en una situación muy benéfica para el país. Por ejemplo, dijo Cedano, la generación distribuida para fortalecer de manera eficaz la electrificación constante y sin emisiones, fuera de una red que se fortalece con recursos que se obtienen de los negocios que sí generan valor, como la transmisión de energía.

“El personal de la CFE es altamente calificado, tienen el know how y la sensibilidad de llegar a todo el país, en muchos niveles”, dijo, “hoy a futuro debemos buscar la ruta para que en electricidad el petróleo se vuelva el pasado y se mantenga la rentabilidad de un futuro petroquímico, que genera mucho más valor”.

A su vez, Victor Ramírez Cabrera, experto en el sector energético mexicano, detalló que cada vez son más difíciles las decisiones que rodean a la estatal petrolera, lo que las vuelve más urgentes respecto a las externalidades ambientales que implican un costo demasiado oneroso para las comunidades y el erario.

Por ejemplo, al interior de Pemex se trabajó en una modernización a fondo para que la refinería de Madero, en Tamaulipas, usara menos combustóleo y hasta prescindiera de este residual derivado del petróleo que resulta altamente contaminante. Sin embargo, dijo Ramírez Cabrera, después se tomó la decisión de aumentar el proceso de crudo y la elaboración de todos los combustibles en todos los centros refinadores del país. Así, se perdieron recursos usados para un fin que no fue considerado primordial, a la vez que se usaron otros para elevar los costos de la refinería.

“Así se han tomado decisiones en torno a Pemex, cada vez nos preguntamos qué hacer con cada refinería, hoy es Cadereyta y el daño ambiental, mañana hay accidentes, pero no se define una ruta integral y mucho menos que vaya hacia la transición que le urge a México”, dijo el experto.

karol.garcia@eleconomista.mx 

Karol García es reportera de Empresas y Negocios.

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