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AT&T, una breve radiografía de sus 5 años en México

La tercera compañía de comunicaciones móviles del país cumple cinco años de operación después de fusionar a Iusacell y Nextel bajo su propia marca, pero la pandemia, la competencia de Telcel y el momento económico de México han complicado su expansión.

AT&T se convirtió en 2015 en el tercer operador de comunicaciones celulares aquí, después de combinar los 8.5 millones de usuarios de Iusacell y los 2.8 millones extraídos de Nextel. Foto: Especial.

AT&T se convirtió en 2015 en el tercer operador de comunicaciones celulares aquí, después de combinar los 8.5 millones de usuarios de Iusacell y los 2.8 millones extraídos de Nextel. Foto: Especial.

AT&T dijo el miércoles 30 de septiembre haber cumplido cinco años de operación en México. Su ingreso al país fue producto de la reforma sectorial de telecomunicaciones y en un tiempo en que ésta mantenía más amarrado a Telcel, como agente económico preponderante y respecto una política de tarifas de interconexión en terminación de llamadas que por cerca de cuatro años benefició a Telefónica Movistar y también esa empresa, hasta el último día de 2017.

En 2015, la compañía se convirtió en el tercer operador de comunicaciones celulares en el país, después de combinar los 8.5 millones de usuarios de Iusacell y los 2.8 millones extraídos de Nextel, dos compañías que desde tres años antes perdían consumidores de forma masiva.

AT&T cerró junio de 2020 con 17.9 millones de usuarios, pero hace un año atendía a 19.15 millones de mexicanos, por lo que es complicado que este ejercicio lo cierre con una cartera de veinte millones de clientes en activo ante la desaceleración que ya presentaba antes de la pandemia de coronavirus por atraer usuarios de prepago y retener a su segmento de pospago, que en marzo representó el 25% de sus clientes activos de entonces.

Los primeros dos directores de la compañía estimaban que AT&T podría llegar a 20 millones de clientes a un lustro de su arribo al país, pero hace cinco años, la economía mexicana crecía a 2.5% anual, la paridad cambiaria rondaba los 17.18 pesos por dólar y aún estaba vigente la llamada “tarifa cero”. La promesa de que AT&T alcanzaría la rentabilidad financiera en algún momento del año 2019, también se quedó para la anécdota en un año en que México no tuvo crecimiento económico.

México reconoce que AT&T fue la primera compañía que trajo 7,375 millones de dólares al país una vez que halló atractivo en la reforma de telecomunicaciones, también innovó con productos y se recuerda que fue la primera en activar protocolos cuando el huracán Patricia. En 2015, dirigió 3,000 millones de dólares a construir una red 4G con cobertura potencial para 100 millones de personas y roaming hasta Canadá. El resto de la inversión se enfocó en las compras de Iusacell y Nextel.

Pero en la puntualización también cabe que de aquella red hoy disfrutan al menos 3.7 millones de usuarios de Movistar por los acuerdos de compartición de red entre esa operadora y AT&T firmados en 2019, dado que la compañía ha enfrentado retos para llenar su red con tráfico de usuarios propios. En la industria se ha llegado a mencionar que una fusión de AT&T con Movistar resultaría en un competidor más fuerte contra Telcel. Y de la eliminación del roaming por toda América del Norte no está claro el beneficio, porque el tráfico de comunicaciones de mexicanos a Canadá es mínimo, de acuerdo con datos del regulador.

“La llegada de AT&T a México en 2015 marcó la transformación de las telecomunicaciones en el país. La entrada de la compañía en el sector, junto con otros nuevos competidores, se tradujo en más de cuatro millones de personas que pudieron acceder por primera vez a servicios de telecomunicaciones y cerca de un 40% de disminución en los precios del sector de telefonía móvil”, dijo AT&T en un boletín de prensa enviado el miércoles.

“AT&T México acompaña su transformación de una nueva identidad de marca: Cambiar el juego, una mentalidad que permeará a toda la compañía, personal, equipos, áreas, oferta comercial y operaciones”, escribió esta operadora, que desde 2019 realiza inversión solamente para mantener redes, según datos del regulador IFT, y que desde 2018 mantiene la misma posición de Movistar respecto a que la política regulatoria se apriete para Telcel, porque como está ahora, ha manifestado AT&T, se complica la expansión del resto de competidores.

En 2019, AT&T se colocó como la sexta compañía con una participación del 11% de toda la inversión que realizó su industria.

La compañía llega a su quinto aniversario en México todavía con una pérdida operativa de 173 millones de dólares e ingresos en marzo por 725 millones de dólares, 33% por debajo de marzo de 2019. Sin embargo, confía en que su apuesta por este mercado mejorará después de una reconfiguración de estrategias:

“AT&T México está introduciendo nuevos procesos y políticas, reemplazando tecnología, desarrollando programas de innovación y adaptando niveles de gestión para responder de manera más eficaz a los nuevos consumidores (…) La compañía trabaja para hacer que la experiencia de los clientes sea sencilla y consistente, a través de nuevas maneras que le permitan ofrecer un servicio personalizado a los usuarios, haciéndolo un diferenciador en el mercado”, dijo AT&T en su carta con motivo de sus cinco años aquí.

La pandemia de Covid-19 ya tiró 20% la inversión de los operadores en la primera mitad del año y la economía mexicana se desfundaría 9.9% en el año, tres puntos más que en la crisis de 2009; y aparte se avecinan nuevas licitaciones de espectro 5G.

Estos son algunos de los retos por salvar para AT&T en el corto plazos, para alcanzar la rentabilidad, recuperar la confianza del consumidor, en principio ese millón de usuarios que perdió en el primer semestre, y alejar definitivamente la petición de su accionista Elliott Management respecto a que sería más estratégico vender la división mexicana.

kg

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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