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Adán Ramírez, el joven que fabrica paneles solares a partir de algas

El mexicano de 23 años creó un biopanel solar inteligente hecho con algas que genera energía y oxigeno.

Adán Ramírez Sánchez fue reconocido como uno de los 35 innovadores menores de 35 años de  Latinoamérica en 2019 del MIT Technology Review, en la categoría de Inventor.

Adán Ramírez Sánchez fue reconocido como uno de los 35 innovadores menores de 35 años de  Latinoamérica en 2019 del MIT Technology Review, en la categoría de Inventor.

¿Te imaginas usar algas para iluminar una habitación y a la par cuidar el medio ambiente? Adán Ramírez Sánchez, emprendedor de 23 años, lo hizo posible; creo un biopanel solar inteligente hecho con algas.

El biopanel se caracteriza por su forma triangular y particular color verde, puede colocarse casi en cualquier lado y fungir como ventana, techo, tragaluz o muro, incluso se pueden hacer obras de arte con el.

Por esta innovación, Adán fue reconocido como uno de los 35 innovadores menores de 35 años de  Latinoamérica en 2019 del MIT Technology Review, en la categoría de Inventor.

Adán mencionó, en entrevista con El Economista, que la idea surgió en la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma del Estado de México junto con tres compañeros, y gracias al apoyo del profesor Miguel Mayorga, consolidaron la idea que ahora es una empresa, Green Fluidics, a partir de la cual comercializan dicha innovación.

En qué consiste

Adán detalló que el biopanel está compuesto de microalgas y nanopartículas de carbono y genera dos procesos; el primero lo realizan las microalgas, que funcionan como una planta que hace fotosíntesis, es decir, captan el dióxido de carbono del ambiente y generan oxígeno, funcionando como un biofiltro.

El segundo proceso lo realizan las nanopartículas de carbono que llevan la radiación solar a altas temperaturas y generan energía. De esta forma, se crea energía al mismo tiempo que se crea oxígeno y absorbe dióxido de carbono.

“Termina siendo un panel solar vivo, que tiene un color verde brillante y que te hace sentir vivo, porque ves un color verde brillante; como si fuera una pecera”, dijo.

Además, tienen censores que permiten saber cuánto dióxido de carbono se absorbe, lo cual pueden usar las empresas para generar bonos de carbono y las algas generan biomasa que puede usarse como fertilizante, para crear jardines verticales o huertos urbanos.

El joven empresario mencionó que el biopanel solar de un metro cuadrado tiene una vida de entre 10 y 12 años y puede generar hasta 160 watts por hora. “Eso quiere decir que puedes iluminar dos espacios y conectar un aparato electrónico”.

México, un mercado difícil

Adán comenta que encontrar compradores en México ha sido difícil, en gran parte porque la innovación y la sustentabilidad no forma parte de la agenda principal de los empresarios, pero gracias a los concursos, nacionales e internacionales, Green Fluidics ha logrado presentarse en países como Alemania, Rusia, Hong Kong, Canadá y Colombia.

“Que una institución como el MIT te avale como un proyecto innovador nos ha ayudado bastante a superar estos retos”, mencionó el emprendedor.

Hemos visto que puede ser que nuestro mercado más cercano no sea México, porque han mostrado más interés otros países como Vancouver, Canadá y Hong Kong, donde ya nos encontramos cerrando acuerdos”.

En el caso de Rusia, el interés es por el área espacial, pues la tecnología puede llevarse al espacio para generar oxígeno, en este sentido, la Agencia Espacial Mexicana también se muestra interesada.

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