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Altán busca la concesión de 40 MHz en bandas medias para un 5G de la Red Compartida

Altán Redes estaría pensando en la construcción de una red 5G de tipo Non-Stand Alone, si gana espectro en los 2.5 GHz y las “combina” con sus frecuencias de los 700 MHz. Es decir, una red evolucionada a partir de la infraestructura que ya cuenta en LTE Advanced, optimizada para dar el salto de 4.5G a 5G, como lo han hecho Telcel y AT&T, pero desde otras frecuencias de espectro.

Carlos Lerma Cotera es director general de la empresa público-privada Altán Redes, operadora de la Red Compartida de servicios mayoristas de telecomunicaciones. Ilustración: Nayelly Tenorio.

Carlos Lerma Cotera es director general de la empresa público-privada Altán Redes, operadora de la Red Compartida de servicios mayoristas de telecomunicaciones. Ilustración: Nayelly Tenorio.

Altán Redes, uno de los cuatro operadores de telecomunicaciones móviles de México con infraestructura propia, dialoga con el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para hacerse con una concesión de espectro en bandas medias que le permita ofrecer productos y servicios de valor agregado, a través de tecnologías como el Internet de las cosas (IoT) y tras la combinación de esas bandas con su espectro ubicado en la banda de los 700 Megahertz que ya explota desde el año 2018.

Altán Redes estaría pensando de esta manera en la construcción de una red 5G de tipo Non-Stand Alone. Es decir, una red evolucionada a partir de la infraestructura que ya cuenta en LTE Advanced, optimizada para dar el salto de 4.5G a 5G, como lo han hecho Telcel y AT&T, pero con otras frecuencias de espectro.

Altán, que opera la Red Compartida que sólo vende capacidad a terceras empresas que son las que directamente atienden a los consumidores finales, intenta conseguir espectro en los 2.5 GHz, que por su naturaleza técnica podría funcionar con sus bandas de los 700 MHz en la prestación de servicios de Internet de alta velocidad en plantas industriales y con ello ser competitiva ante AT&T y Telcel, que ya pelean por desarrollar esos y nuevos nichos de negocio en el contexto del nearshoring.

Telcel y AT&T poseen ya bandas en los 2.5 GHz y en los 3.5 GHz, idóneas para un 5G en fábricas y otros procesos productivos; y ahora buscan espectro en los 600 MHz, una banda próxima a la que opera Altán, para desarrollar redes privadas de telecomunicaciones, a las que la Red Compartida de Altán ahora quiere llegar.

Telcel y AT&T rechazan que Altán tenga más espectro, pues acusan que Altán no hace uso óptimo de su banda de 700 MHz y temen distorsiones de mercado, si de pronto el IFT concede más espectro a Altán mediante mecanismos distintos a los que ellos consiguieron con sus propias frecuencias.

Altán Redes, que vive un concurso mercantil para abonar 30,000 millones de pesos a sus acreedores, niega que una victoria de Nokia en tribunales signifique la marcha atrás de ese proceso.

“Esto es una primera instancia; puede solucionarse”, dice Carlos Lerma, director de Altán en esta entrevista. Por ahora, esa empresa, acepta, busca espectro de las llamadas bandas medias por asignación, licitación o mercado secundario, para hacer una red 5G que potencie a la Red Compartida de Altán Redes.

—Un proveedor de tecnología de la Red Compartida habría ganado un recurso contra Altán que podría afectar el proceso de concurso mercantil de esta compañía, ¿es así?

—El único acreedor que tiene un proceso abierto hoy en día es Nokia. Y Nokia ha apelado el procedimiento de aprobación del concurso por alegar que no había tenido tiempo de pasar vista a los documentos del convenio concursal. En ese sentido, se inconformó y en la semana del 26 de febrero un tribunal colegiado le ha dado la apelación a Nokia. La sentencia ordena que se reponga el procedimiento para que se dé vista a los acreedores y puedan darse por enterados todos. Básicamente esa es la resolución y es una primera instancia.

Nosotros vamos a seguir con el proceso legal de acuerdo con los intereses nuestros. Allí estaremos presentando una apelación a esta sentencia que dio el tribunal colegiado.

—Lo que Nokia haya ganado en tribunales suena a algo grave, ¿no teme que este hecho active a otras empresas acreedoras a manifestarse en contra del convenio concursal?

—Por dos cosas, honestamente no vemos allí un riesgo importante. Primero, porque a partir de que se dio la sentencia del concurso, hemos honrado en tiempo y forma todos los compromisos con todos los proveedores, y gracias a todo el crecimiento comercial que hemos tenido de nuestros operadores móviles virtuales, no sólo hemos cumplido, sino que hemos crecido de forma importante. Entonces no veo esa posibilidad.

En el peor de los escenarios, el tribunal colegiado está manifestándose porque se le dé vista a Nokia, y en ese sentido vuelvan a confirmar su manifestación de que dieron en algún momento su aprobación al concurso, el que requiere que el 51% de los acreedores dé su manifestación a favor.

Los acreedores que se han sumado al convenio, incluyendo a los bancos de desarrollo, suman mucho a lo que requiere la ley para ratificar el convenio concursal. No vemos entonces, por ahora, una contingencia de este tipo que se pueda materializar.

—¿Y no han salido a buscar a Nokia para negociar y evitar con ello inconformidades en el proceso del convenio concursal?

—Tenemos una relación comercial con Nokia, porque ellos son parte del proyecto; también usamos su infraestructura. Sin embargo, la parte legal la tenemos en otra mesa de trabajo y allí cada quien está siguiendo el proceso, conforme los intereses que a cada uno le conviene.

No hay una negociación ahora para los reclamos que ellos están haciendo bajo la ley, porque nosotros consideramos que el convenio concursal se dio bajo la forma legal apropiada y de una forma transparente para todos los acreedores.

—En tres meses serán dos años de su manejo en Altán Redes. ¿Qué tan sana está esa compañía hoy en comparación con junio de 2022 y cómo podría explicarlo o demostrarlo?

—Podría decir que está mucho mejor. Desde el primer día que tomamos el control de esta empresa, se empezó a hacer una inversión importante en estabilizar y crecer nuestra red, y eso nos ha permitido traer nuevos operadores móviles virtuales y, por supuesto, sumar nuevos usuarios finales.

En su momento, teníamos alrededor de 5 millones de usuarios finales y hoy en día, en enero, cerramos ya ese mes con 11 millones de usuarios. Eso se refleja con una mejor situación financiera de la empresa y la atracción de más clientes va ligado con un mejor servicio, derivado también de las inversiones que hemos hecho en los últimos 18 meses.

Tambien hay datos de los indicadores de calidad, de que nuestra red presenta sustancialmente mejoras. Al principio de esta administración teníamos el 70% de cobertura y actualmente ya estanos en 80%; y hemos integrado más de 1,600 sitios nuevos; y con CFE Telecomunicaciones estamos en un proceso de integrar 2,000 nuevos sitios este mismo año, para alcanzar el 85% de cobertura propia y con las relaciones que tenemos con los demás socios de negocio, llegar con nuestra cobertura hasta el 95 por ciento. Eso es lo que refleja nuestra situación: el número de usuarios y el número de operadores, que han crecido con nuestro proyecto.

—A pesar de las inversiones y el crecimiento de usuarios, hoy la red de Altán presentó intermitencias, ¿qué tan lógico sería creer que por los problemas financieros de la empresa, la red presenta intermitencias?

—Gracias al concurso mercantil, la inversión que hemos recibido, sea de los accionistas o de la banca de desarrollo, se ha invertido en el core y en demás infraestructura, y en infraestructura nueva. Las fallas de hoy, que nos disculpamos con los usuarios, tuvieron que ver con intervenciones que hubo por mejoras de los sistemas. Esta es una red viva y que afortunadamente está creciendo. El servicio está garantizado y este tipo de inconvenientes pueden presentarse mientras incrementamos la infraestructura. Esto se soporta mediante los indicadores de desempeño que mes con mes enviamos al IFT. Ofrezco disculpa a los usuarios, ya se corrigieron en su totalidad. Estamos enfocados en ofrecer un mejor servicio de red y cobertura.

Hoy estamos enfocados en necesidades de Capex, pues será en 2026 cuando se empezará en firme a hacer los pagos a los acreedores, conforme la cascada que se determinó en el concurso mercantil.

—Mejor cobertura y red también derivan de mucho espectro, y después de que el Congreso negara reducir los precios de las frecuencias, complicando sus planes, ¿ustedes buscarán a AT&T o Telcel para rentarle espectro que les permita hacer un producto de 5G?

—Lo que estamos haciendo desde octubre del año pasado es que empezamos ya las conversaciones y un programa de trabajo con el Instituto Federal de Telecomunicaciones, para ver la posibilidad de tener un segundo espectro. Nosotros vamos avanzando en ese sentido. La idea allí es tener ese espectro adicional, en alguna proporción de alguno de los espectros que estén libres para aprovecharlos.

Lo que nosotros estamos solicitando vía los procesos que están permitidos por la ley, es un espectro adicional. En 2.3 GHz o en 2.5 GHz hay frecuencias que nos sirven bastante bien para complementar la red que actualmente tenemos y para potenciar el crecimiento que actualmente venimos teniendo.

Básicamente buscamos lo que está permitido en la ley, como las asignaciones o las subastas; los dos esquemas y veremos cuál es el más eficiente y más conveniente para ambas partes. ¿Cuánto es necesario? Todavía lo estamos definiendo, pero para nosotros algo razonable serían 40 Megahertz, que entiendo están disponibles por ahí. Pero todavía está en definiciones.

—Hace un año afirmaba usted que en septiembre de 2024, Altán alcanzaría la rentabilidad, para que así hubiera más Red Compartida después de la 4T. ¿Sigue esa meta? ¿Con qué planes?

—La meta sigue. El 2023 fue un año mejor al esperado. Tuvimos menores pérdidas a las esperadas y también tuvimos crecimiento en el número de usuarios, y programamos una eficiencia de costos. Cerramos un año mejor al estimado y seguimos apuntando a que en septiembre alcanzaremos el punto de equilibrio operativo.

Estamos explorando ya algunas opciones con empresas para poder formar redes privadas y con esquemas de Internet de las cosas, donde la red de nosotros proporcione bastantes ventajas y con lo que el nearshoring presenta en necesidades. Tenemos esa fe y estamos avanzando en ese proceso. Todo indica que podríamos hacerlo.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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