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Altán valora comprar banda de 2.5 GHz y contratar a Telcel o AT&T para vender productos de 5G

Carlos Lerma Cotera, exfuncionario de la Secretaría de Hacienda que ahora dirige a la Red Compartida y conocido por arreglar proyectos en declive, cumple un año al frente de Altán Redes, empresa público-privada que vende servicios de telefonía e Internet y próxima a conseguir su rentabilidad, pero que necesita de espectro que le permita competir con la oferta de servicios 5G, acepta Lerma Cotera.

Carlos Lerma Cotera es el director general de la empresa Altán Redes. Ilustración EE: Nayelly Tenorio.

Carlos Lerma Cotera es el director general de la empresa Altán Redes. Ilustración EE: Nayelly Tenorio.

El usuario de telefonía e Internet móviles no sólo vive de cobertura celular y está demostrado por el regulador IFT que el consumo mensual de los mexicanos promedia los 7 gigabytes en 2023, un 84.21% más que en 2018. Pero un vaticinio de Ericsson también advierte que los mexicanos consumirían hasta 35 gigas para sus necesidades de comunicación en el año 2027, una advertencia que para las compañías celulares sólo significa mayor inversión en infraestructura.

Esta explosión de consumo de datos móviles la entiende Altán Redes, el operador de la Red Compartida, que si bien reconoce que su banda radioeléctrica de los 700 MHz es muy poderosa como para llevar comunicación celular hasta 50 kilómetros de distancia sin tantas complicaciones, necesita ahora un espectro con poder de alta capacidad para el transporte de datos y penetración de estructuras, como aquellas que Telcel y AT&T poseen en los 2.5 y 3.5 Gigahercios (GHz).

Altán Redes, por naturaleza de su nacimiento el operador mayorista de servicios de telecomunicaciones en México, estudia la viabilidad de comprar ese tipo de frecuencias en una próxima subasta del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), para no quedarse relegado en el mercado móvil con la prestación de productos de 5G a industrias y usuarios finales, y si esa posibilidad naufraga, Altán acepta que contrataría capacidad a Telcel o AT&T, dos compañías que también se han convertido en operadores mayoristas por obligación regulatoria y por necesidad de maximizar comercialmente su inversión a redes.

La compañía asegura contar todavía con un colchón de 18 meses para atender a los consumidores desde la banda de los 700 MHz, pero ya siente la presión de que sus clientes, unas 74 empresas y principalmente operadores móviles virtuales, identifiquen mayores posibilidades de negocio en redes de quinta generación como las de Telcel y AT&T que ya existen desde hace un año, que competir desde una red 4.5G LTE Advanced como es la de Altán, aun cuando su cobertura celular propia rozaba el 75.46% de la población mexicana en junio del 2023.

El primer objetivo de Altán está ahora en lograr eficiencias de inversión y costos operativos para conseguir una rentabilidad financiera en julio del 2024 que asegure la viabilidad de la Red Compartida en el muy largo plazo, exista o no una 4T en el gobierno que salga a su rescate, pero si en los siguientes meses el Estado modifica el tabulador de precios para comprar bandas en México, entonces Altán Redes valorará ir por espectro en los 2.5 Gigahercios, cuenta el director general de la empresa, Carlos Lerma Cotera, en su primera entrevista del año con medios.

—En las tres semanas anteriores hubo notas en prensa dudando de los logros de cobertura de la Red Compartida, ¿aprovecharía esta oportunidad para platicar de los hitos a los que está sometida Altán Redes en materia de cobertura celular?

—Aclararía que vamos en tiempo y forma con esos hitos. Teníamos que haber cumplido con uno del 30% en enero del 2018. En diciembre del 2019, teníamos que haber llegado al 50% y el 30 de noviembre del 2022 teníamos que haber llegado al 70 por ciento. En marzo de este año, el Promtel hizo una evaluación y nos dio un certificado de cumplimiento de haber alcanzado ya el 71.95 por ciento.

Estamos cubriendo, de acuerdo con esta certificación del Promtel, a más de 111,000 localidades, de las que unas 110,000 son poblaciones menores a 5,000 habitantes. Ese es uno de los mandatos más relevantes de este proyecto, en términos de cerrar la brecha digital.

Tenemos todavía que llegar a una cobertura del 85% y del 92%, que fue lo que en su momento se comprometió, pero esos hitos están para lograrse en enero del 2027 y enero del 2028. Altán tiene entonces un margen importante de tres años y medio para lograr estos hitos. Sin embargo, por las alianzas que estamos haciendo con CFE Internet para Todos y Altán, al tener inversión del gobierno, estas alianzas se vuelven más relevantes, pues ese hito que se contempla para enero del 2027, estamos contemplando alcanzarlo en diciembre de este año y adelantarlo cuatro años al compromiso que se tiene.

—El hito para la industria es que Altán sólo vende desde la banda de los 700 MHz y dicen los ingenieros que un operador debe tener una canasta con una amplia variedad de frecuencias para dar cobertura o capacidad de servicios. ¿No ha llegado el momento de comprar otro tipo de espectro?

—Esto, sin lugar a dudas, es muy cierto. Los proyectos, tarde que temprano, necesitan al menos de dos bandas. Hoy por hoy, por el número de usuarios que tiene Altán, la banda de 700 MHz, también en el sentido de una propagación y difusión, es la banda más eficiente, porque se alcanza a propagar de mayor forma, porque nos permite alcanzar el objetivo de cobertura, pero hemos crecido de forma muy acelerada en el número de usuarios, y es verdad que tarde que temprano, en algunos sitios, sobre todo en los sitios más densos en términos de población, requeriremos de otra banda.

Hoy por hoy, con la banda que tenemos de 700 MHz, es suficiente. Pero ya estamos haciendo algunos ejercicios de optimización y estamos poniendo más radiobases en algunos casos que nos permiten un servicio de calidad y nos aleje la interferencia y cubrir por tanto a esas zonas más pobladas.

Pero eventualmente sí va a haber la necesidad de que tengamos que tener otra banda de capacidad, que ya sería la de 2.3 o 2.5 GHz o 2.7 GHz, o de 3.5 GHz, que en su momento evaluaremos.

Por el momento, por los próximos 18 meses, estamos estimando que con las proyecciones que tenemos es que este espectro es suficiente y nos da tiempo suficiente para poder analizar y en algún momento participar en la adquisición de nuevas frecuencias o bien, hacer alguna sinergia con algún otro operador que también tenga espectro de capacidad. Estamos hoy en esa evaluación justamente.

—¿Entonces valora que el mayorista Altán le compre capacidad al Telcel, que es mayorista por obligación y que tiene bastante espectro de capacidad en los 2.5 y 3.5 GHz?

—Sin lugar a dudas esto sería posible. Yo creo que en todos los sectores uno tiene que aprovechar la infraestructura que ya está instalada. Aprovechar las economías de escala y hacer eficiencias con otros operadores y otros socios comerciales.

Esto es un tema que sí se está evaluando, que es una posibilidad. Y el tema del espectro es una posibilidad. Va a depender del crecimiento que tengamos en los próximos meses y de las condiciones económicas en las que podamos hacer estas alianzas o bien en las condiciones económicas que podamos conseguir de alguno de estos otros operadores con espectro, pero ambas posibilidades ya están en la mesa.

—Hay como 40 MHz nacionales disponibles en la banda de 2.5 GHz y hasta 150 MHz en la banda de 3.5 GHz, pero el IFT está retrasando la subasta por la terquedad del Congreso en bajar los precios del espectro, si ya no fuera así y si en los próximos meses sale ahora sí la IFT-12, ¿se aventuran ustedes a comprar esas bandas, aun estando Altán con retos financieros?

—La pregunta es muy válida y este es un tema de optimización de recursos. Si se ven condiciones favorables, veríamos la posibilidad de participar, buscar esa posibilidad. El que tengamos tiempo para la ejecución y planeación de qué espectro o de qué alternativa poder tener, nos permite tomar una mejor decisión en el intermedio.

Sin en el corto plazo, los próximos seis meses, se hace una licitación sobre esas bandas, nosotros veríamos, dependiendo de las condiciones económicas del costo del espectro y del flujo que tengamos, sí veríamos esa posibilidad de una vez asegurarlo. Si no, nuevamente seguiríamos evaluando otras alternativas para el otro año ya tener cubierta esa capacidad para los sitios densamente poblados.

—Técnica y regulatoriamente, ¿se podría conseguir un acuerdo de MOCN con Telcel para que Altán pudiera configurar un producto de 5G?

—Básicamente serían acuerdos financieros. Cuando utilizas otras alternativas como el MOCN, ahí sí la regulación permite hacer convenios con otros operadores y creo que es muy relevante y eficiente en términos de la utilización de la infraestructura y es además un poco del tema de cómo nació la Red Compartida, de que se pueda tener una red troncal o que las redes existentes se puedan compartir esa capacidad no utilizada por otros operadores. En términos de eficiencia económica es lo más productivo para todos.

—Pareciera que la lógica de Telcel a negarse a la firma de convenios de MOCN obedece a que así ustedes tienen que invertir más en infraestructura, pero con la misma cuota de mercado, ¿acompañaría entonces la posición de Movistar y AT&T de que el IFT debe forzar en su resolución bienal a Telcel a ese tipo de acuerdos?

—Se necesitan integrar medidas para que todos los operadores podamos tener acceso a los insumos esenciales de los otros operadores y poder hacer así economías de escala; que puedan tener acceso a la fibra óptica, a las torres que ya usa el preponderante y tener allí modelos de costos que permitan que no solamente tengamos acceso a esta infraestructura activa o pasiva de otros operadores, sino que también sea a precios de mercado.

En los acuerdos que tenemos con el preponderante sí vemos unos precios sustancialmente superiores a los que el preponderante da a sus operadores móviles virtuales. Entonces, eso crea una asimetría en el mercado y una distorsión. Entonces, otro de los temas importantes, una vez que se puedan implementar este tipo de mecanismos, que existan mecanismos de supervisión y de verificación y de, ser el caso, de que se pueda también forzar o sancionar cuando no se cumplan esas medidas.

Diría que los tres operadores que tenemos infraestructura todavía en el país además del preponderante, básicamente coincidimos en esos temas, porque si bien se habla mucho de los costos del espectro, yo creo que los temas de competitividad hoy en el sector están más dados por las medidas de preponderancia.

Claramente estas medidas que se han hecho en los primeros años después de la reforma de telecomunicaciones no han desconcentrado el sector y el preponderante sigue teniendo prácticamente el 70% de los ingresos del mercado y además, con un flujo operativo que no se ve en otros sectores, con niveles del 40 por ciento. Entonces esa participación de mercado, derivada de competencia o medidas de competencia que fomente el mejor desempeño en beneficio de los usuarios y se puede repartir mejor el pastel, es todavía más relevante que los costos del espectro.

—Usted va para un año en el control de Altán y en el pasado ya estuvo en la Secretaría de Hacienda. Estando aquí y viendo las necesidades de este sector, ¿cree que existe margen para que el Congreso baje los precios del espectro?

—Estando ya de director general de Altán veo más importante que se puedan regular las medidas y acciones de preponderancia que el propio espectro. Si ese pastel se pudiera distribuir de forma más equitativamente, creo que todos los carriers estaríamos en mejor posibilidad de tener una mejor participación de mercado y en ese sentido agregar mayor valor al usuario.

En el tema de espectro es que también claramente esos recursos son recursos que se utilizan para cumplir ciertos mandatos de política pública y en ese sentido, esos recursos están siendo utilizados para cobertura social a través de diferentes instrumentos que tiene el gobierno federal, cosa que los operadores móviles tradicionales no tienen dentro de su mandato tener o ir a esas zonas rurales y cerrar la brecha digital, porque no son rentables y es entonces el papel del gobierno cerrar esas brechas que existen en el mercado.

—Decía meses atrás que en julio del 2024, Altán lograría la rentabilidad. Si eso se logra, ¿cree que haya vida más allá de la 4T, que el año pasado salió al rescate de esta compañía público-privada?

—Este año estamos esperando un incremento del 50% en ventas respecto al 2022, que nos llevarán a esa sustentabilidad financiera. Vamos cumpliendo con el presupuesto y hemos incrementado en este año alrededor de 2.1 millones de usuarios, para llegar a 8.2 millones de usuarios totales.

En la parte de costos hemos seguido negociando con los principales acreedores. En estos primeros seis meses del 2023 hemos podido reducir los costos operativos, derivados de negociaciones, en más de un 15%, más de 1,400 millones de pesos, y eso nos mantiene en el camino de que tenemos para llegar a esa sustentabilidad económica en julio del 2024.

Y sería importante resaltar que con estas reducciones en costos, hemos invertido adicional al Opex más de 1,700 millones de pesos en los últimos doce meses y que van justamente al crecimiento de la infraestructura para soportar el crecimiento que tenemos con nuestros actuales operadores móviles virtuales.

¿Qué le espera a Altán en los siguientes años? Altán está hoy en día está en 15,000 localidades donde no está ningún otro operador y estamos en casi 45,000 localidades donde somos los únicos proveyendo 4G-LTE. Y con las ofertas que hemos puesto en el mercado, que son sustancialmente menores a las de otros operadores, hemos podido hacer llegar a la población en general ofertas que son hasta tres o cuatro veces inferiores a lo que otros operadores ofertan en el mercado y eso ha sido un driver para que los precios no solamente se incrementen en el mercado, sino que bajen en términos de la inflación.

Esos dos temas son los que le dan viabilidad al proyecto hacia el largo plazo e independientemente el dirigente que tenga el país. Eso apoya a que el proyecto cumpla con sus objetivos y no le cueste al erario. Todo eso permitirá a asegurar una vida de largo plazo.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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