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Ben Harburg: hora de evolucionar el perfil de propietarios en el futbol
A sus 40 años, es copropietario del Cádiz FC de España, al igual que otros inversores estadounidenses en Europa. La edad y adaptación a la tecnología que tiene su camada son oportunidades para cambiar el prototipo de empresarios en la industria futbolera.
Cada vez es más frecuente ver a empresarios estadounidenses al frente de equipos de futbol en Europa. Es una mezcla que al principio resultaba sorpresiva porque el llamado ‘soccer’ no es el deporte top en Norteamérica. No obstante, los inversores se están dando cuenta de las oportunidades más allá de patear el balón.
Uno de los casos más recientes es el de Ben Harburg, un empresario estadounidense de 40 años especializado en el sector de la tecnología y en mercados globales. En 2021 adquirió el 6.5% de la propiedad del Cádiz FC, que participa en la primera división de España (LaLiga), y eso le ha permitido explorar el horizonte completo del futbol.
“Creo que lo que se viene es una siguiente generación de propietarios en el futbol europeo. Hay una generación mayor que ha sido muy exitosa pero que está muy lejos de los aficionados. Tienen un asiento alto en el estadio, visten trajes perfectos para los partidos, ni siquiera tienen cuentas de redes sociales y no generan engagement con sus aficionados.
“Pero si tú eres un propietario cercano a ellos, que los escucha directamente, tratas de construir un producto que impulse a la comunidad más allá de la cancha y respondas a sus preocupaciones, puedes crear un ambiente muy positivo”, platica el copropietario del Cádiz FC en entrevista con El Economista.
En la actualidad, una gran cantidad de clubes desde la élite europea hasta divisiones inferiores cuenta con propiedades estadounidenses. Destaca el Liverpool con Fenway Sports o el Manchester United con la familia Glazer, pero también están el AC Milan en Italia, el Olympique de Lyon en Francia y el Mallorca en España.
Harburg explica que hay varios atractivos para que los estadounidenses inviertan en el futbol europeo, empezando por los precios y la expectativa de retorno de inversión. Señala que con 40 o 45 millones de dólares puedes ser copropietario de un equipo, algo que está completamente lejos de la realidad en su país.
“En Estados Unidos no podrías comprar ni siquiera un equipo de beisbol de segunda división con esa cantidad. Es casi imposible tener acceso a adquirir al menos una parte de alguno de los equipos de las ligas top (NFL, NBA o MLB), no creo que haya un solo equipo allí, en este momento, que puedas comprar por menos de 1,000 millones de dólares. Si nos trasladamos a Europa, los precios son impresionantemente más bajos”.
Además, están entendiendo que lo que ellos llaman ‘soccer’ es un deporte mucho más global de lo que puede ser la NFL o MLB en términos de exposición y negocio, empezando por vitrinas como los campeonatos europeos (Champions, Europa League o Conference League) y las Copas del Mundo de la FIFA.
“El futbol es el único deporte global, la NFL no va a serlo y el beisbol es para ciertas partes geográficas; el futbol es una gran oportunidad global con enorme poder. Otra razón por la que entramos es para impulsar nuestro valor. Es claro que no todos los equipos logran crecer inmediatamente, pero este es un negocio muy diferente que tiene un componente bastante emocional. Hay que entender al futbol para entrar en él”.
Harburg, por ejemplo, vivió parte de su infancia en Cádiz y define como “un sueño” estar al frente del equipo. Ese contexto emocional es clave para impulsar a la nueva generación de propietarios del futbol a la que se refería con anterioridad.
“La buena noticia para los (empresarios) jóvenes es que, debido a que estamos muy involucrados con este ambiente, nacimos y crecimos con tecnología en nuestras manos, sabemos cómo hablarle mejor a la Generación Z e incluso a algunas generaciones mayores que tienen niños.
“Al final, los jugadores y propietarios vienen y van, pero los que se mantienen son los aficionados, ellos son los que hacen un gasto fuerte para entrar al estadio y seguir a su equipo a donde vaya. Esta es una gran oportunidad para los nuevos propietarios alrededor de mi edad para ser diferentes a la generación anterior”.
_¿Cuál es la esencia que intengas impregnar en el Cádiz y qué innovaciones has traído desde el deporte estadounidense?
“Trato de traer la globalización y calidad en nuestras redes sociales, estamos haciendo mucho trabajo en la estructura, inspirados en los deportes de Estados Unidos, con las previas de los partidos, los diseños, conocimiento de los vestidores, el ambiente del estadio, intentamos estos pequeños detalles. El deporte es secundario cuando buscas entretenimiento y me encanta la pureza del futbol”.
El empresario resalta que el Cádiz ha superado los 7 millones de seguidores en redes sociales gracias a una amplia cantidad de contenidos en diferentes plataformas, sobre todo en Tiktok. Además, han generado estrategias de nicho como la única cuenta de Twitter de un club de LaLiga especializada en Nigeria y también una fuerte de red de comunicación con los mercados de habla árabe y china.
Menciona que sí es un negocio con panorama de alta escabilidad, que le dejó más de 300,000 euros de ingresos en la última parte de 2023. Pero tiene claro que para mantenerse en la rentabilidad debe sostener al equipo lejos de los puestos de descenso de LaLiga; su objetivo es ser top 7 para aspirar a calificar a alguno de los torneos continentales, teniendo como panorama más realista la Conference League o en todo caso la Europa League.
“Cuando te conviertes en empresario del futbol europeo es definitivamente más doloroso de lo que esperabas. Primero, piensas que todo será diversión y que serás aplaudido por todos los aficionados, pero hay veces que ni siquiera quieres salir de casa porque el equipo juega mal y los fans te culpan. Por otro lado, esto es altamente adictivo porque son sensaciones increíbles. Tomas decisiones duras para los aficionados que no los hacen felices, esto es como criar un niño. Probablemente me gustaría comprar más propiedad del Cádiz y considerar algún día otro club en otra liga”, concluye Ben Harburg.