Lectura 4:00 min
Cambios en etiquetado no impactan consumo en el largo plazo: ConMéxico
En contraparte, el Poder del Consumidor calificó el proceso de modificación de la NOM 051 como el más democrático que se ha hecho.
Las empresas de la industria de alimentos y bebidas se verían afectadas por un lapso de seis meses de aprobarse la norma sobre etiquetado, según lo observado con la misma medida aplicada en Chile, dijo Lorena Cerdán, directora general de la Consejo Mexicano de la Industria del Consumo (ConMéxico).
“Casi todas las empresas que operan en México son las mismas de Chile; coincidimos en que hay afectaciones en los primeros seis meses”, explicó. No obstante, destacó que el lapso cambia dependiendo de la categoría.
En reunión con medios de comunicación, Cerdán denunció que los promotores de la NOM 051 han declarado que las afectaciones en Chile, país donde se aplicó la ley de etiquetado octagonal, fueron innecesarias y no generaron cambios en el largo plazo en cuanto a las tendencias de consumo de la población.
“Sólo afectas el desarrollo de ciertas industrias, como fue la azucarera en Chile. Ahí se perdieron 2,500 empleos y después se recuperó el consumo de azúcar, y ¿dónde crees que lo sacaron? ¿Reabrieron el ingenio? No, de las importaciones”, argumentó.
Por ello, ConMéxico emitió su propuesta en la que señalan que se debe agregar la advertencia sobre los nutrimentos contenidos, que proporcione información y describa al producto, que permita comprar, distinguir entre porciones, que dé el poder de decidir y que fomente la educación en mejores hábitos alimenticios.
De acuerdo con la norma de etiquetado, recién modificada por la Secretaría de Salud en enero del presente año, se estableció que a través de la implementación de sellos en forma de octágonos resaltará si el producto contiene alto contenido de azúcares, grasas trans, saturadas, sodio y calorías.
No sólo es tema nacional
A decir de Jaime Zabludovsky, presidente ejecutivo de ConMéxico, no es un tema que sólo compete a la industria de alimentos y bebidas en México, la cual aporta 2.3% al Producto Interno Bruto del país, sino también a sus socios comerciales.
“México es un gran importador de alimentos procesados, lo que implicaría es que los socios comerciales tendrían que modificar sus líneas de producción para tratar de responder a los sellos y no sólo somos importadores, también somos grandes exportadores de alimentos procesados”, expresó.
Agregó que “tiene muchas implicaciones que no han sido tomadas en cuenta, pero han sido menospreciados, de ahí la preocupación del sector mexicano por la manera en la que se está llevando acabo”.
Proceso para nuevo etiquetado, el más democrático: ONG
En contraparte, la Alianza por la Salud Alimentaria expresó que la propuesta de la IP sólo es un “refrito” del etiquetado llamado GDA (Guías Diarias de Alimentación) que desarrolló la industria en conjunto con el anterior gobierno.
“La oposición de la industria al nuevo etiquetado de advertencia es similar al que expresó esta industria en Chile, Perú y Uruguay contra el etiquetado de advertencia. Presentamos evidencia sobre cómo se trata de los mismos argumentos: no se nos tomó en cuenta, no hay precedente, tendrá enormes costos, va contra las reglas de comercio”, criticó Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor.
La ONG calificó el proceso de modificación de la norma de etiquetado como el más transparente y democrático que se ha realizado, “con una muy amplia participación, con un aporte rico en evidencia científica y con un muy amplio consenso, incluso, con la industria. Considerando el proyecto de norma que más comentarios ha recibido en la historia, más de 5,000, marca un antes y después en la forma en la que se realizan las normas oficiales mexicanas por su transparencia”.