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Chile: apagones reviven debate sobre la calidad de red de distribución
Para la industria y expertos, la actual regulación que existe en el país, que data de 1980, ha quedado obsoleta frente a nuevos desafíos como el cambio climático y la transición energética.
Los cortes de luz de las últimas semanas en Chile, que afectaron a más de 200,000 usuarios en la Región Metropolitana, revivieron una antigua conversación en el mundo eléctrico: la calidad de la red de distribución eléctrica que existe en Chile y en particular en Santiago.
Se trata de un debate que se viene extendiendo desde hace varios años y que hoy vuelve a estar en primera plana, no solo por los cortes, sino también en el contexto de la crisis climática y en medio del proceso de transición energética.
Para los expertos, la actual regulación que existe en el país, que data de 1980, ha quedado obsoleta frente a estos nuevos desafíos. Y advierten que se requieren modificaciones legales para lograr avanzar hacia una red de distribución más resiliente.
Detrás de los cortes de luz hay varias explicaciones que tienen que ver con la fragilidad de las redes, la demora en actuar de algunas empresas distribuidoras, el bajo porcentaje de redes soterradas.
Pero, en medio de la discusión para buscar responsabilidades y compensaciones a los clientes afectados, está también un debate de más largo plazo sobre el tipo de red que tiene Chile, las mejoras que requiere y los incentivos para esas inversiones.
La necesidad de cambios regulatorios. Hay consenso en la industria eléctrica, y también entre las autoridades del sector, que la regulación de las tarifas hoy está obsoleta. Es un sistema que cumplió su objetivo en sus primeros años cuando lo que se buscaba era el crecimiento de las redes, pero hoy la clave es la calidad de éstas.
Hoy, las tarifas eléctricas se calculan cada cuatro años con base en una empresa modelo, un diseño que busca de manera ficticia simular la forma más eficiente de operar de una compañía distribuidora. El problema, advierten los expertos, es que este modelo no se ajusta a la realidad de las firmas, no considera su historia y no toma en cuenta todas las inversiones realizadas para entregar el servicio. Para Rosa Serrano, exdirectora de estudios y regulación de Empresas Eléctricas y experta en distribución, “se requiere un cambio de paradigma y avanzar hacia un esquema que permita reconocer inversiones que realmente se necesitan, en forma eficiente”.
Hace 40 años que esta regulación no se cambia, pero los desafíos que estamos enfrentando ahora hacen importante una modificación”, señala Víctor Tavera, gerente de distribución de Enel.
Otro punto a considerar es la mayor cantidad de fenómenos climáticos asociados al calentamiento global. Los vientos, lluvias, inundaciones e incendios hacen cada vez más frágiles los tendidos eléctricos.