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Combustóleo domina en repunte de refinación de Pemex el año pasado
La empresa consiguió elevar su volumen de crudo procesado por primera vez desde el 2013, pero la producción de combustibles de mayor valor pasó a segundo plano, de forma inédita.
En materia de refinación, Petróleos Mexicanos (Pemex) tuvo un 2021 agridulce. La estatal consiguió elevar por primera vez desde el 2013 su proceso de crudo pero, en un hecho inédito, el combustóleo se convirtió en el primer producto elaborado en el sistema de refinación de la estatal, superando a la gasolina y el diésel, los carburantes de mayor valor.
El año pasado el volumen de petróleo crudo procesado en el sistema de seis refinerías de Pemex creció 20.6% a 712,000 barriles diarios, equivalente a 121,000 barriles más, que le permitieron a la estatal elevar su porcentaje de uso de capacidad refinadora a 43.4%, desde el piso histórico de 36% del 2021, de acuerdo con datos de la base de datos institucional de la empresa.
Pemex rompió así una racha de siete años de caídas en proceso de crudo, que le significaron una caída acumulada de 57% en el 2020 desde su último pico, de un millón 224,000 barriles de crudo procesado en el 2013, año en el que el uso de capacidad refinadora llegó a 72.4 por ciento.
La mejora en el volumen de proceso de crudo permitió que la producción de petrolíferos repuntara 16.6% a 806,000 toneles diarios, siendo el combustóleo el producto de mayor abundancia, con 244,000 barriles diarios.
Esta cifra fue 38.9% superior a la del 2020 y alcanzó una cuota de 30.3% del total de refinados elaborados por la estatal.
Le siguieron la gasolina, cuyo volumen de producción creció 25.5% a 233,000 barriles diarios; y el diésel, que creció 3.5% a 118,000 barriles diarios. La elaboración de gas licuado de petróleo (LP) cayó 8.8% a 92,000 barriles diarios, un mínimo de al menos dos décadas.
Este aumento en la disponibilidad de combustóleo se da en un contexto en el que el gobierno mexicano presentó una iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica que prevé devolver a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) el monopolio en la comercialización de energía eléctrica y limitar la participación privada en el mercado de generación.
Lo anterior dejaría por entero la responsabilidad a la CFE de organizar la oferta eléctrica nacional y establecer un tope de 46% de la electricidad total a la generación de privados –que producen principalmente con gas natural y fuentes renovables.
Debido a esto, la estatal podría verse obligada a elevar la utilización de sus plantas de generación fósil que hoy no despachan por producir energía eléctrica cara. Varias de estas utilizan combustóleo, que es una de las fuentes fósiles para generación eléctrica más sucias junto con el carbón y el diésel.
Además de elevar la comercialización del combustóleo en territorio mexicano –en donde la CFE es prácticamente el único comprador– Pemex también tiene la alternativa de exportar el combustible para que sea reprocesado y puedan producirse más refinados a partir de él en refinerías con una mejor tecnología, como las del sur de Texas.
Plantes ambiciosos
Estas cifras se dan en medio de la ejecución de planes de la presente administración para reflotar la producción de refinados de Pemex, tras casi una década de baja inversión en mantenimiento en la planta de proceso, a medida que el enfoque de la administración pasada se decantó por la comercialización más que por la producción de refinados.
Se trata también del punto de partida de un ambicioso plan de negocios de Pemex, en el cual proyecta elevar nada menos que en 68% su volumen de crudo procesado, para alcanzar un millón 200,000 barriles diarios en el 2022, lo cual implicaría llevar el uso de capacidad a 73.2 por ciento.
Lo anterior iría de la mano de una reducción de casi 60% en la exportación de petróleo crudo de la empresa, pues la esencia de la nueva estrategia de negocios es enfocarse en el procesamiento doméstico del aceite para abastecer el mercado interno, según se desprende de los planes hechos públicos por su director Octavio Romero Oropeza los últimos días de diciembre del 2021.
La meta última de la empresa es dejar completamente el negocio de la exportación en el 2023, con lo que procesaría ella misma toda su producción de aceite.
En ese año pretende procesar un millón 308,000 toneles diarios en las seis refinerías que posee actualmente, más 340,000 barriles en la nueva refinería de Dos Bocas y 323,000 barriles más en la recién adquirida refinería Deer Park, en Texas.