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Con matices, México acepta regla más dura en el T-MEC

El planchón de acero y aluminio para el ensamble de autos deberá ser regional, pero dentro de siete años para el primer caso y 10 años para el segundo.

México y Estados Unidos acordaron establecer periodos de transición para poner en vigencia una nueva regla de origen para incorporar productos de acero y aluminio a automóviles y camiones que se exporten con arancel cero entre los países de América del Norte. / Para el caso del acero, el periodo se estableció de siete años y para el aluminio se fijó en 10 años, de acuerdo con fuentes consultadas por El Economista.

Asimismo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que Estados Unidos quitó su demanda de usar en forma generalizada inspectores estadounidenses para supervisar el cumplimiento de las disposiciones laborales del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en plantas productivas instaladas en territorio mexicano.

El domingo, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, especificó que sólo quedaban dos “líneas rojas” en la negociación: el uso generalizado de inspectores laborales de un país en plantas de otro país y una cláusula automotriz que endurece las reglas de origen para productos de acero y aluminio.

De hecho, en este último punto, México hizo una primera contrapropuesta: aceptó que el planchón fuera 70% de acero de la región, para que se utilice en la producción de autos y camiones nuevos, siempre y cuando este requisito comience después del quinto año de la entrada en vigor del T-MEC.

Respecto a una cláusula idéntica con relación al aluminio, México rechazó ese requisito, por carecer de producción de este metal.

Ya con los nuevos plazos de transición establecidos, la industria automotriz mexicana afirmó que “sí habrá T-MEC y sólo se espera el espacio para el hand shake (estrechar la mano)” entre los tres países y enviar la ratificación al Congreso de Estados Unidos y al Parlamento de Canadá, y adendas en el Senado mexicano.

Así lo informó Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), quien dijo que se encuentra a la espera de que sus proveedores del acero acuerden con sus contrapartes y puedan convivir con la nueva regla de origen de 70% de contenido regional de Norteamérica.

Afirmó que la ratificación del T-MEC traería certidumbre a los inversionistas y los productores automotrices que operan en México.

Por su parte, López Obrador dijo que Estados Unidos quería mandar inspectores para el cumplimiento de acuerdos y de la ley laboral.

“Entonces, eso se modificó y se llevó al acuerdo inicial de que haya paneles, es decir, que si hay una diferencia, México proponga a un experto, Estados Unidos a otro y un tercero, y que esto aplique para los dos países, es decir, que así como ellos pueden hacer un cuestionamiento sobre la situación laboral en México, que lo podamos hacer nosotros sobre la situación laboral en Estados Unidos. Eso, entre otras cosas, fue lo que se trató. Tengo el informe de que se aceptó por parte nuestra”, comentó.

México ha propuesto que, en vez de inspectores extranjeros, se pueda llevar a empresas en específico a panes de solución de controversias si se violan las normas laborales del T-MEC.

rmorales@eleconomista.com.mx

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