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¿Cuán interesante será la subasta IFT-10 de espectro móvil para Telcel, AT&T y Movistar?

El IFT deberá pensar en incentivos para colocar con éxito la IFT-10, pues los operadores se encuentran presionados en sus carteras y cabe la posibilidad de que prefieran apostar a las licitaciones de espectro que les pueda funcionar en servicios de 5G para después combinarlos con tecnologías de Internet de las cosas.

Foto: Adriana Hernández

Foto: Adriana HernándezAdriana Hernández

El Instituto Federal de Telecomunicaciones alista un proceso para licitar frecuencias regionales sobre la banda de 2.5 Gigahercios y un bloque nacional de 1.7/2.1 GHz (AWS) a finales de 2019 y que bautizará como la Licitación IFT-10, para que los operadores interesados consigan espectro adicional con el que puedan crear o robustecer productos como Internet móvil de alta velocidad.

Ahora mismo, el regulador estudia los mecanismos para colocar esas frecuencias en el mercado y que no queden otro año más en el desuso. Por ejemplo, para la banda de 2.5 GHz, analiza si es más conveniente licitar de manera conjunta o por separado las frecuencias regionales y locales, o si un mismo operador, incluso el agente económico preponderante, pudiera adquirir todas las frecuencias aún disponibles en esa banda. 

Las señales corresponden a los 60 MHz de ancho de banda en el espectro de 2.5 GHz que perteneció a concesionarios regionales que incumplieron en 2018 con el despliegue de redes propias de telecomunicación y en el otro caso, que tienen que ver con un bloque nacional de 10 MHz de AWS que no pudo ser adjudicado en una subasta del año 2015, en la IFT-3. 

El IFT ya adelantó a El Economista que se dará prioridad a las licitaciones que en 2019 también se entregarán para radiodifusión y para complementos de servicios satelitales, para inmediatamente continuar con la IFT-10 y los estudios que terminarán por definir las subastas de espectro para 5G en las bandas de 600 MHz y de 3.4 GHz, ya bien entrado el 2020. 

Pero este último factor y por otros motivos, como la recuperación de inversiones por anteriores compras de espectro y el despliegue de infraestructura para lanzar por primera vez en México productos de 4.5G, advierten que los operadores evaluarán a profundidad qué tanto hará sentido a su plan de negocios el adquirir frecuencias regionales muy dispersas –conocidas en la industria como pedacería espectral–, que dan cobertura a mercados, en algunos casos, poco rentables y cuando estará en puerta la primera subasta para 5G que se realiza en el país, más de 220 MHz repartidos en dos bandas

Para que la industria se interese en ese conjunto de setenta Megahertz, el regulador mexicano tendrá que presentar un atractivo plan de subasta e incentivos como precios de espectro apegados a la realidad del mercado internacional y evaluar si los bloques se licitan de manera local o nacional, pues los operadores se encuentran presionados en sus carteras y cabe la posibilidad de que prefieran apostar a las licitaciones de espectro que les pueda funcionar en servicios de quinta generación para después combinarlos con tecnologías de Internet de las cosas

Por separado, AT&T arrastra una pérdida financiera de su negocio mexicano y para palear esta complicación se ha visto obligada a elevar los precios de sus servicios, mientras que Movistar decidió vender activos de su marca mexicana a un grupo internacional con presencia en el país. 

Altán Redes decidió no competir por espectro de 2.5 GHz en la IFT-7 del año pasado.

Con los resultados de las licitaciones IFT-3 e IFT-7 sobre espectro radioeléctrico para servicios de telecomunicaciones, AT&T se convirtió en el primer tenedor de frecuencias en el país, con el 33.73% de las señales para comunicaciones inalámbricas disponibles, mientras que Telcel llegó a una participación de 29.74% y Movistar, a 17.36% y 15.04% para Altán Redes. El resto lo tienen otros operadores. 

Las telefónicas también han hallado la manera de hacer más eficiente el uso de las frecuencias que ya tienen en sus manos para desplegar sus servicios. Por ejemplo, Telcel, en las regiones donde no tuvo cobertura con la banda de 2.5 GHz que había comprado a MVS Comunicaciones, utilizó espectro en otras bandas para crear su “GigaRed 4.5G”. A su vez, Movistar definió que hacía mejor sentido concentrase en la banda de 1.9 GHz y por ello intercambió señales de AWS con AT&T, quien desde 2015 las utilizó para apuntalar su red nacional de 4G, de ahí que la IFT-10 tendrá que salir al mercado con muchos atractivos.

“Son espacios, algunos, bastante pequeños e irregulares o no tan rentables y eso pega al tema de inversión y es donde ahora los operadores están limitados para invertir, no sólo en México, sino a nivel mundial, como es el caso de Telefónica, dadas sus dificultades económicas, y AT&T, que ya tiene gran parte de esas bandas”, plantea Gerardo Mantilla, gerente de proyectos regulatorios de Artifex Consulting. 

Una señal de lo que puede ocurrir en cuanto a los recursos que recaude la IFT-10 está en los resultados de la IFT-7. En aquella ocasión, Movistar y AT&T –Telcel declinó competir– ofertaron el monto mínimo establecido por cada lote nacional de frecuencias de 2.5 GHz y los montos pagados servirán de referencia al IFT para establecer los precios de salida de espectro en la IFT-10.

En años recientes, tanto AT&T como Movistar, han argumentado que los precios del espectro son demasiados caros en México y entonces han exhortado al regulador a redefinir sus criterios de valuación de ese insumo. Hoy todavía pagan por las renovaciones de 1.9 GHz y en suma, esas dos compañías, como ganadoras de la IFT-7 están obligadas a cumplir con compromisos de cobertura social.

El analista de la firma Telracom, Juan Gnius, escribió en un artículo que los precios del espectro llegan a triplicarse en América Latina en comparación con la media internacional, por factores como precios de salida muy elevados, los diseños de subastas y por la incertidumbre que genera el hecho de no conocer cuándo será la siguiente licitación y para qué tipo de servicio, aunque en el caso de México, el IFT ya define un informe en el que marcará sus planes para frecuencias de 5G.

“Es una licitación en la que parece que el único interesado firme sería AMX, esto por sus coberturas regionales y que le interesaría completar esa banda, porque no tiene espectro a nivel nacional”, dice Gerardo Mantilla, de Artifex Consulting. “También puede ocurrir que piensen en guardar sus recursos para invertirlos en otras bandas que serán parte del proceso de 5G y a pagar las bandas que ya poseen”.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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