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Cuota de mercado de combustible importado baja a mínimo de seis años

En gasolina y diésel los porcentajes de producto importado en el consumo nacional bajaron de 65% a 60% y de 59% a 51%, respectivamente, en coincidencia con una mayor producción de Pemex y crecientes obstáculos para las actividades de importación de particulares.

Durante el primer bimestre del año la importación mexicana de combustibles automotrices tocó su nivel más bajo como porcentaje del consumo nacional de estos carburantes desde el 2016; en el caso de la gasolina la cifra fue 60% y en el caso del diésel, de 51%, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Energía.

En comparación con los dos primeros meses del 2021, estas cifras representaron una baja de cinco puntos porcentuales, en lo que toca a la gasolina, y de ocho puntos, en cuanto al diésel.

Esta caída en la dependencia del producto importado coincidió con un aumento en la elaboración nacional de carburantes, pero también con las mayores trabas que han enfrentado los privados para elevar o mantener sus actividades de importación.

En el caso de la gasolina, durante el primer bimestre el consumo nacional aparente creció 6.1% interanual a 712,000 barriles diarios, cifra que resulta de sumar la producción de Petróleos Mexicanos (Pemex), la importación que realiza esta misma empresa, las importaciones de los privados y sustraer las exportaciones (que representan menos de 3% de la producción nacional).

Resalta que la elaboración de gasolina de Pemex subió 22.5% a 290,000 barriles diarios, ubicándose en su mejor nivel desde enero-febrero del 2017 (305,000 toneles diarios).

La importación que realiza Pemex, a su vez, bajó 4.1% a 298,000 barriles diarios, mientras que la importación realizada por particulares creció 4.2%, su menor ritmo prácticamente desde que se abrió la importación al capital privado, en el 2016.

El volumen importado total fue de 430,000 barriles diarios, lo que representa 60% del consumo aparente, la menor proporción desde el 2016 (56%) y lejos del pico del 2018 (82 por ciento).

En cuanto al diésel, el consumo aparente creció 9.2% a 302,000 barriles diarios. A su interior se observó un notable aumento de 29% en la producción de Pemex a 148,000 barriles diarios (el mejor registro desde el 2017), en tanto que la importación hecha por la empresa subió apenas 1.7% a 82,000 barriles diarios y la importación realizada por particulares cayó 11.3% a 71,000 toneles diarios, su peor nivel desde el 2019.

El volumen importado total fue de 154,000 barriles diarios, que representó 51% del consumo aparente, la menor proporción desde el 2017 (59%) y lejos del pico del 2020 (72 por ciento).

Privados, cuesta arriba

El 17 de febrero pasado, luego de recibir el espaldarazo del poder judicial, la Secretaría de Energía publicó en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo que reactiva otro publicado el 26 de diciembre del 2020 –que estaba congelado por diversas suspensiones judiciales provisionales–, mismo que elimina los permisos con vigencia de 20 años para importar y exportar combustibles.

De modo que a partir de ahora solo se otorgarán permisos de un año, renovables hasta en dos ocasiones, para sumar máximo tres años; y de cinco años, que podrán renovarse en una ocasión para llegar a un máximo de 10 años.

En su momento, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) advirtió que restringir el plazo de los permisos de importación atenta contra la libre competencia y la libre concurrencia en el mercado de combustibles, además de que reduce los incentivos para invertir en infraestructura de transporte y almacenamiento.

“De aprobarse en los términos propuestos (el ante proyecto del acuerdo del 26 de diciembre del 2020), dificultaría seriamente la competencia y libre concurrencia en el mercado de comercialización de petrolíferos, debido a que podría complicar y encarecer la obtención de permisos de importación de gasolinas, afectando la posibilidad de los consumidores de acceder a más opciones de suministro y los mejores precios posibles”, advirtió la Cofece.

Además de los obstáculos puestos en la obtención de permisos de importación de carburantes, en el mercado también se han observado hechos como el cierre de la terminal de almacenamiento de combustibles de Monterra Energy, en Tuxpan, Veracruz, por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), quien acusó a la empresa de actividades de contrabando, lo que ha sido rechazado por la firma

Debido al cierre, la empresa notificó su intención de iniciar un arbitraje contra el gobierno mexicano en el marco del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC).

octavio.amador@eleconomista.mx

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