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Dependencia en granos achica superávit comercial agroalimentario

Las exportaciones crecieron 6.1%, pero las importaciones lo hicieron en 14.8%, con aumentos importantes en las compras de maíz, soya, trigo y canola.

Durante el primer trimestre del 2023 el superávit comercial agroalimentario de México se redujo 26% a 2,020 millones de dólares, con lo que hiló tres años de achicarse y registró su menor nivel desde el 2017, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) y del Banco de México (Banxico).

El estrechamiento gradual de este saldo coincide con el mayor dinamismo importador, que en los últimos meses se da en medio de la apreciación del peso mexicano, que abarata las importaciones y encarece los productos mexicanos en el exterior.

Las importaciones récord de granos (maíz, trigo, sorgo, soya) que se han registrado en el país, son la principal causa de que el superávit de la balanza comercial agroalimentaria se estreche.

Aunque tengamos una balanza comercial superavitaria, es un hecho que es menor, en donde el tipo de cambio ha hecho que las importaciones sean más accesibles, pero también en términos de las exportaciones crea problemas de no ser tan competitivos como ha sucedido en res y cerdo; aunque, afortunadamente en frutas y hortalizas se mantiene una importante exportación”, advirtió Juan Carlos Anaya, director de Grupo de Consultores de Mercados Agrícolas (GCMA).

Cabe destacar que en el primer trimestre de 2023 el récord en importaciones de granos y oleaginosas fue de 10.5 millones de toneladas; 13.1% mayor en volumen y 24.9% en valor.

Pese a la cosecha récord de Sinaloa; las compras totales de maíz aumentaron 22.7%, con poco más de 5.2 millones de toneladas, “un volumen no observado anteriormente”, mientras que el valor se incrementó en 44.1 por ciento.

De dichas importaciones de maíz, al menos 543,000 toneladas son de origen sudamericano y unas 141,000 son procedentes de Sudáfrica. También hubo récord en la adquisición de aceites al menos 5.9% mayor. La canola y el trigo también se suman a una mayor importación.

Anaya afirmó que México es un mercado predilecto de Estados Unidos, “por la cercanía sí, pero también porque la fruta (mexicana) tiene buen sabor y es fresca; es cierto que las exportaciones de frutas y hortalizas han salvado el superávit de la balanza comercial”.

El saldo positivo de 2,020 millones de dólares en la balanza agroalimentaria resulta de comparar exportaciones por 13,426 millones de dólares e importaciones por 11,406 millones. Las primeras crecieron 6.1%, mientras que las segundas crecieron 14.8%, es decir, más que el doble.

“Por más que habla este gobierno de la autosuficiencia agroalimentaria, la producción no aumenta, mientras que el consumo sigue aumentando, aunque el precio de los granos había estado subiendo, hoy se tiene un precio menor, siguen siendo mucho en volumen y mucho en valor”, detalló Anaya.

Explicó que México se mantiene como el importador número uno de maíz; “es el grano más importante, pero también somos el importador número dos en soya y el cuatro de pasta de soya. La realidad era que para los productores de Estados Unidos México es muy importante para sus cosechas”.

Focos rojos en granos

Los focos rojos se han encendido prácticamente desde 2021, pero en el gobierno federal no ha implementado una política adecuada que permita incrementar la producción de granos, por lo que “esperemos que no se siga achicando ese superávit. Esperamos que los salvadores sigan siendo las hortalizas, la cerveza y el tequila, a fin de que se logre mantener esa diferencia comercial a favor de México”.

Con respecto al maíz, Anaya resaltó que ante la evidencia “sigue siendo un problema que no se quiere atender. Hay reclamos en el norte del país porque la producción no tiene apoyos más que asistenciales para el pequeño productor; mientras que el resto está abandonando, y eso está provocando que la producción de granos no aumente a lo que requiere el consumo nacional”.

Sin embargo, para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), el resultado es positivo, pues se trata del “noveno año consecutivo en el primer trimestre de 2023, que la balanza comercial agropecuaria y agroindustrial tiene superávit”.

Las exportaciones agroalimentarias que registraron los mayores crecimientos en los primeros tres meses del año fueron las de uvas, frescas o secas y pasas, con un alza de 182.39%, seguidas de las de ganado bovino, con 48.67% y pimiento, con 44.76 por ciento.

pilar.martinez@eleconomista.mx

Pilar Martínez es reportera de Empresas y Negocios.

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