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Economía informal, la más golpeada por el Covid

A pesar de que absorbe a más de la mitad de la población ocupada, su contribución al PIB es de poco más de 20 puntos porcentuales.

En el 2020 la economía informal del país y quienes en ella laboran sufrieron con mayor severidad los efectos de la crisis desatada por la pandemia de Covid-19.

El año pasado, el Valor Agregado Bruto (VAB) de la economía informal –el valor del conjunto de bienes y servicios producidos descontando los impuestos indirectos y los consumos intermedios–, cayó 12.2%, esto es un desliz más profundo que el observado en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional (-8.2%) y que el experimentado por el VAB de la economía formal (-7.1%), de acuerdo con un reporte difundido ayer 16 de diciembre, por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Este comportamiento contrasta con el de la crisis del 2009 –la última antes de la provocada por la pandemia–, cuando la economía informal amortiguó la caída del PIB. En ese año, el VAB de la economía informal descendió 3.5%, mientras que el de la formal se desplomó 5.8%, con lo que el PIB nacional terminó contrayéndose 5.3 por ciento.

La magnitud de la crisis de Covid-19 en la economía informal puede verse a partir del impacto en el empleo, pues en abril del 2020 unas 10.3 millones de personas que laboraban en este sector perdieron sus trabajos, lo que equivalió a 33.4% de la población ocupada en condiciones de informalidad.

En tanto, la población ocupada en la formalidad se redujo en 2.1 millones de personas, es decir, 8.4%, cifra que resultó muy inferior a la observada en el rubro informal.

En el acumulado anual, esto se reflejó en una caída de 23.1 a 21.9 puntos porcentuales en la contribución del VAB de la economía informal en el PIB nacional, monto que es la menor participación de esta categoría desde el 2003, cuando el Inegi inició la medición de la economía informal.

Destaca el hecho de que en la economía informal se desempeña 55.6% de la población ocupada, lo que implica que su contribución al PIB nacional es mucho menos que proporcional, lo que refleja una baja productividad.

La medición considera dentro de la economía informal (unidades económicas que no cuentan con los registros legales básicos), sino también por otras modalidades de la informalidad, como el servicio doméstico remunerado o el empleo en empresas formales, pero sin las prestaciones contempladas en la ley.

octavio.amador@eleconomista.mx

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