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Economía mexicana muestra menor dinamismo: IMEF

El Indicador IMEF Manufacturero de junio registró una caída de 1.6 puntos con respecto al mes de mayo de 2022, situándose en 49.2 unidades. Con ello, rompe una racha de cuatro meses consecutivos en los que estuvo en zona de expansión.

Foto: Shuttlestock

Foto: Shuttlestock

La economía mexicana avanza a un menor dinamismo, indicó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) al interpretar sus mediciones anticipadas de indicadores clave de la producción de manufacturas, consumo y los servicios.

Por un lado, el Indicador IMEF Manufacturero de junio registró una caída de 1.6 puntos con respecto al mes de mayo de 2022, situándose en 49.2 unidades. Con ello, rompe una racha de cuatro meses consecutivos en los que estuvo en zona de expansión (>50 puntos).

El Indicador IMEF varía en un intervalo de 0 a 100 puntos y el nivel de 50 puntos representa el umbral entre una expansión (mayor a 50) y una contracción (menor a 50), de la actividad económica.

Por otra parte, durante junio, el Indicador IMEF No Manufacturero se ubicó en 51.8 unidades, sumando así cinco meses consecutivos por arriba del umbral de 50 puntos.

El IMEF indicó que estos resultados sugieren que la economía vinculada al comercio interno y servicios siguió expandiéndose al cierre del segundo trimestre de 2022, no así el sector manufacturero.

“En el agregado, los Indicadores IMEF del segundo trimestre nos anticipan un crecimiento de la economía respecto al primer trimestre de 2022, aunque a un menor ritmo. De hecho, los últimos indicadores disponibles muestran que la economía mexicana mantiene una expansión menos vigorosa que lo observado en los primeros meses de 2022”, dijo el IMEF en su reporte mensual.

El Instituto estima que el ajuste ordenado de la política monetaria y el mantenimiento del equilibrio en las finanzas públicas, permitirán condiciones de estabilidad macroeconómica y financiera en lo que resta de 2022. No obstante, la situación global advierte mayores riesgos para 2023.

Después de un visible estancamiento en el segundo semestre del año pasado, la economía mostró un mayor dinamismo en el primer cuatrimestre del presente año, periodo en el que creció 1.5% anual.

Sin embargo, los datos disponibles para mayo y junio muestran que este dinamismo ha disminuido en el segundo trimestre.

Adicionalmente, el retiro de los estímulos fiscal y monetario en Estados Unidos, así como los ajustes en marcha en nuestro país, han aumentado los riesgos sobre el crecimiento y la incertidumbre sobre la actividad económica en lo que resta de 2022.

Las exportaciones totales y no petroleras han mostrado una recuperación importante; en mayo crecieron a tasa anual en 22.4% y 20% respectivamente.

Sin embargo, la persistencia de los problemas de suministro global y la posibilidad de un menor crecimiento en Estados Unidos apuntan a un menor dinamismo de la demanda externa en los próximos meses y en 2023.

Cabe notar que las exportaciones han sido el principal motor de la actividad manufacturera en lo que va del año y han permitido que esta haya alcanzado niveles superiores a los que prevalecían antes de la pandemia. En el sector secundario, destaca la persistente debilidad de la construcción y su lenta recuperación.

Si bien la demanda interna mantiene signos de debilidad, las ventas al menudeo han mostrado una trayectoria ascendente y una reactivación visible respecto al estancamiento observado en el segundo semestre de 2021.

Esto es congruente con la recuperación de la confianza del consumidor observada a lo largo de 2021 y 2022, detonada en buena medida por la reapertura de la economía tras los confinamientos relacionados con la pandemia.

Sin embargo, el apalancamiento de los hogares causado por el Covid-19 en 2020 y la lenta recuperación del empleo formal, hace incierta la persistencia de la recuperación en el consumo privado hacia adelante. 

“En síntesis, el ajuste ordenado de la política monetaria y el mantenimiento del equilibrio en las finanzas públicas, permiten anticipar condiciones de estabilidad macroeconómica y financiera en lo que resta de 2022. No obstante, la situación global advierte mayores riesgos para 2023”, concluyó el IMEF.

roberto.morales@eleconomista.com.mx

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