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Ecuador redujo la multa de Chevron a la mitad
La petrolera Chevron debía pagar 9,500 millones de dólares, tras dejar sin efecto una parte del fallo anterior que duplicaba ese monto.
Lejos de poner punto final, el fallo que condenó a Chevron a pagar 9,500 millones de dólares por daños ambientales escaló todavía más una guerra judicial con tintes políticos que comenzó dos décadas atrás en la selva amazónica y llegó hasta las cortes internacionales.
El pleito entre el gigante petrolero y el socio más pequeño de la OPEP entró el miércoles en un nuevo capítulo. El máximo tribunal ecuatoriano ratificó una condena del 2012 contra la compañía por la contaminación ambiental causada por su filial Texaco, aunque redujo a la mitad la multa de 19,000 millones de dólares que le fue impuesta inicialmente.
La justicia decidió que Chevron debía pagar 9,500 millones de dólares, tras dejar sin efecto una parte del fallo anterior que duplicaba ese monto por la negativa de la empresa a ofrecer disculpas públicas.
Chevron, que impulsa demandas en Nueva York y en La Haya a raíz de un juicio que tilda de fraudulento, consideró "ilegítima e inejecutable" la sentencia, mientras los demandantes -unos 30,000 indígenas y campesinos- anunciaron que redoblarán las acciones legales en unos 30 países -incluidos Argentina, Brasil y Canadá- para intentar hacer efectiva la sentencia.
Chevron, la segunda mayor petrolera de Estados Unidos con beneficios por 11,543 millones de dólares en el primer semestre de 2013, no tiene activos en Ecuador.
EL PLEITO
Chevron nunca ha trabajado en Ecuador pero asumió el pleito en el 2001 cuando adquirió Texaco. Esta última empresa operó entre 1964 y 1990, y parte de ese tiempo lo hizo en sociedad con la petrolera estatal ecuatoriana como accionista minoritaria.
Texaco salió del país después de que Petroecuador asumiera 100% de las operaciones, tras lo cual fue acusada en Nueva York, en 1993, de contaminar el agua y la tierra con toneladas de desechos tóxicos. Ocho años después, un juez estadounidense ordenó que el proceso siguiera en Ecuador.
El desastre es "cinco o seis veces superior" al derrame de British Petroleum en el Golfo de México en 2010, según el presidente de ecuador Rafael Correa.
En la región amazónica se pueden ver todavía las piscinas con desechos tóxicos, que no han sido selladas debido a que son parte de la evidencia judicial. Lugareños -varios de los cuales exhiben úlceras y manchas- aseguran que los casos de cáncer en la región están por encima del promedio del país, y lo atribuyen al contacto con las aguas contaminadas.
Chevron cree que el daño lo originó el mal trabajo de reparación ambiental que hizo Petroecuador, y exhibe como prueba un acuerdo suscrito en la época que liberaba a Texaco de responsabilidades posteriores a su salida.
El tortuoso pleito llegó a una primera sentencia en el 2011. Entonces la petrolera fue condenada a pagar 9,500 millones de dólares por una corte de la provincia de Sucumbíos (noreste), y un año después la justicia duplicó la multa por la negativa de Chevron a presentar disculpas.
Chevron lanzó una campaña mucho más agresiva para intentar demostrar que los jueces ecuatorianos fueron sobornados, que el proceso está plagado de irregularidades y que el gobierno de Correa intervino indebidamente.
Como parte de esa ofensiva, planteó en el 2009 una demanda en una corte de arbitraje de La Haya para que el Estado ecuatoriano asuma la millonaria indemnización, y desde hace casi un mes alienta un juicio por corrupción en Nueva York contra Steven Donziger, defensor estadounidense de los ecuatorianos. Los dos procesos están en marcha.
Correa, de su lado, lanzó en octubre una campaña para denunciar el desastre ecológico en la Amazonía y el intento de la multinacional de endosar al Estado la jugosa indemnización. Antes de conocerse el último fallo, el mandatario aseguraba que el Estado ecuatoriano podría quebrar si era obligado a asumir esos costos.
rgs