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Empresarios en México frenan su confianza en la economía nacional; ven panorama complejo para invertir
Durante junio del 2022, el Indicador de Confianza Empresarial registró caídas mensuales en los sectores de la manufactura, la construcción, el comercio y los servicios privados no financieros. Esto refleja una moderación importante en las expectativas del sector empresarial.
En medio de una crecimiento modesto de la economía y la ola inflacionaria, los sectores de la construcción, manufactura, comercio y servicios privados no financieros, recortaron sus expectativas sobre la economía nacional y el dinamismo de sus unidades económicas.
Durante junio del 2022, los empresarios que redujeron con más fuerza su nivel de confianza fueron los del sector de servicios privados no financieros. En sólo un mes recortaron 4.4% su nivel de confianza empresarial, de acuerdo con cifras desestacionalizadas del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Por su parte, en el sector de la construcción registró una caída mensual de 0.6% en su Indicador de Confianza Empresarial durante este sexto mes del año.
En los sectores del comercio y la manufactura los empresarios redujeron su confianza de manera más moderada con bajas de 0.3 por ciento.
Aunque a inicios del 2021 el sector empresarial se mostraba optimista respecto de la reactivación económica pospandemia; el ritmo de la recuperación perdió dinamismo. Las cifras actuales muestran que desde inicios del 2022 el sector empresarial sigue una tendencia de moderación en sus expectativas, con especial cuidado en el rubro de inversiones.
En los cuatro sectores (industria manufacturera, construcción, comercio y servicios privados no financieros) el componente que muestra el menor nivel de confianza empresarial es que evalúa la confianza de que exista un momento adecuado para realizar inversiones al menos en los próximos 12 meses.
Este componente se ubicó por debajo del umbral de referencia de 50 puntos en todos los sectores empresariales.
En términos generales, los empresarios se mantiene moderados ante una recuperación económica significativamente más débil de lo que se proyectaba. La inflación también representa una de las presiones más importantes en el dinamismo económico y, por ende, a la actividad empresarial.