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Fijos y móviles; 5G o IoT, todos necesitarán fibra óptica: Furukawa

Entre 2009 y 2016, los operadores telecom mexicanos crecieron al triple sus despliegues de fibra óptica, y proyectos como la Red Troncal o la Red Compartida necesitarán de 50,000 kilómetros adicionales de cables de fibra para dar cumplimiento a sus actuales promesas de conectividad, dice Furukawa Electric.

Renato Ohno, director de Furukawa Electric México.

Renato Ohno, director de Furukawa Electric México.Especial

Renato Ohno es el enviado del grupo japonés Furukawa Electric para imponer el nombre de la marca en el mercado mexicano de la fibra óptica y de otros componentes relacionados con la conectividad. La compañía tiene poco de haber llegado al país, apenas tres años; pero ya tiene el 2% de ese negocio y también ha definido un diagnóstico más claro de las oportunidades que ofrece México para los fabricantes de equipos para telecomunicaciones.

México, dice el director Ohno, significa un mercado para hacer negocio a dos vías. Una es la proveeduría de componentes para los operadores móviles y fijos al otro lado de la frontera y por eso en diciembre abrió una planta en Mexicali que ahora está a punto de lograr su rentabilidad. La otra, “la que promete mucho”, es la misma industria local, pues proyectos como la Red Compartida, la Red Troncal, los despliegues de 4.5G y 5G, más el crecimiento del Internet de las cosas (IoT) y la necesidad de llevar a más de 25 millones de mexicanos su primera conexión a Internet, hará obligatorio para gobiernos a todos niveles y a empresas invertir en más fibra óptica.

La base instalada de fibra óptica en México roza hoy los 410,000 kilómetros, sumando las extensiones de todas de las redes que han venido desplegando todos los operadores comerciales. Entre 2009 y 2016, la industria mexicana creció al triple sus despliegues de fibra, y proyectos como la Red Troncal o la Red Compartida, ésta última ya una realidad, necesitarán cada uno, cuando menos, instalar 50,000 kilómetros adicionales de cables de fibra para dar cumplimiento a sus actuales promesas de conectividad y para no desaprovechar los negocios y servicios que la innovación tecnológica vaya generando en el futuro. Furukawa no ha desaprovechado nada y ya es uno de los dos grandes fabricantes que ofertan fibra y componentes a los que a su vez construyen la red de Altán Redes: Nokia y Huawei.

Ohno explica que no sólo las empresas están obligadas a invertir en sus redes; el gobierno, dice, también puede y debe pensar en los despliegues de red para seguridad ciudadana y la mejora de otros servicios gubernamentales. No sólo eso, el jefe de Furukawa Electric para este mercado advierte que la actual regulación mexicana da oportunidad para la aparición de nuevos jugadores locales de Internet. “Creemos entonces que si antes tiraban un metro de fibra, lo que viene hará que ahora tiren dos”, dice Renato Ohno en entrevista con este medio mientras participa en el foro Fiber Broadband LatAm, México 2018.

Renato, en esta industria nos hablan más de lo que hacen los operadores, los gobiernos y de las políticas públicas para empujar proyectos… Pero casi nadie nos cuenta de todo ese entramado de cables que están enterrados o colgados en los postes; quizá haya un revolución allí y nos estamos perdiendo esa historia.

—Está ocurriendo que todos los días tenemos todos la necesidad de estar mejor conectados y entonces hay una avalancha de tráfico que ha empezado a saturar las redes. Se ha venido hablando de Internet móvil, video interactivo y de otras aplicaciones multimedia de 4G, y ahora del 5G que va a traer más conexión y muchas posibilidades de expandir el conocimiento, los servicios y de hacer negocio también y con eso del IoT. Todo aquello pondrá presión a las redes inalámbricas y entonces hay que irse preparando con un respaldo que soporte todo eso y más. No se habla mucho, pero creemos que la fibra es el insumo del futuro por muchas cosas.

¿Y esto que dice tiene que ver por un tema de capacidad o por qué otra razón la fibra sería el futuro?

—No es sólo un tema de tráfico, sino por creación de otros modelos de negocio; ahora se trata de que una empresa dé servicio a otra empresa (carrier de carriers); que una empresa entre a otro negocio y atienda a otro tipo de usuario o que una empresa venda servicios fijos y móviles (cuádruple play). Y para todo eso se debe proyectar bien una red de fibra óptica y si no se hace un proyecto adecuado, saldrá deficiente el negocio a como debería haber sido. Es decir, si yo tengo una ciudad de 40,000 habitantes entonces debo investigar qué porcentaje de la población me comprará servicios, cuántos usuarios usarán la red en un momento dado y cuánta fibra debo dejar disponible por si alguien me pide un metro o seguir creciendo con otros servicios. Eso tiene que ver con un buen diseño, eficiencia y nuevos modelos.

Transportando esa palabra de “modelos” al aspecto técnico, ¿cómo está evolucionando el sector de la fibra? ¿Qué cambios hay, a qué se debe y cómo podría explicar algo tan técnico en un comentario lo más raso posible?

—El negocio también evoluciona; no es sólo un cable o un componente. Se diversifica y se hace más eficiente; están los cables de alta capacidad, los que se curvan sin afectar el transporte de datos. Por platicar un ejemplo, está la fibra multimodo que va para corporativos; el monomodo, que es planta exterior y dentro de ese grupo hay de varias capacidades y distancias para que el operador pueda transmitir distintos servicios. Inclusive, hay fibras especiales. Es un mundo éste y crecerá con lo que viene. Con el 5G será otra experiencia: habrá más antenas y pequeñas, para reforzar potencia o cobertura; para conectar más con el IoT y eso significará instalar más fibra.

En México el jugador más importante tiene desplegada una red de fibra óptica de 297,000 kilómetros y los siguientes dos más grandes rondan los niveles de los 80,000 kilómetros de extensión cada uno. Pareciera entonces que el país está más o menos cubierto, ¿qué opina usted?

—México es un país más grande para lo que tiene instalado y es más importante para lo que usa. El potencial es todavía muy grande. México tiene una red instalada de 410,000 kilómetros de fibra entre todos los actores y hasta 2016 creció a un ritmo de 32,000 kilómetros por año. La Red Compartida va a consumir 50,000 kilómetros y la Troncal, aunque no está bien definida ahora, estaría en lo mismo. Y el 5G es otro detalle, quien quiera garantizar su señal y su lugar en el negocio, va a tener que colocar más antenas, más componentes, más fibra, más inversión.

El potencial es interesante: si entre 2009 y 2016 hubo un triple de crecimiento, ahora la tecnología, las casas conectadas, las casas inteligentes, los autos conectados definirán… Y no sólo eso; en un tema social está el detalle de la seguridad ciudadana, porque hay posibilidad de que los municipios participen en un despliegue de fibra pero con su propia red para instalar cámaras de monitoreo y desde allí administren sistemas adicionales de vigilancia y todo eso montado sobre big data, lo que necesitará de fibra. Es ejemplo.

Y de toda esa base instalada, ¿en cuánto o cómo participan ustedes con Furukawa?

—En México estamos desde fines de 2014; en realidad tenemos poco de llegados y ya vamos por cerca del 2% del mercado, pero venimos de un Brasil donde tenemos el 50% y somos dueños de la división de fibra óptica que fue de Lucent Technologies. Ese 2% se ve poco, pero para nosotros significa toda la posibilidad de crecer como marca, porque tenemos trayectoria y sabemos todo el camino que está por delante y en cuanto exclusivamente fibra óptica aquí hay mucho por crecer y no sólo nosotros.

Hablando de gobierno y de regulación, más de ésta última, ¿estima que es pro y contra el hecho de que la ley fomente certidumbre en la inversión al dejar más claro el marco regulatorio, pero a la vez aliente la compartición de infraestructura, en este caso de fibra?

—Es un hecho que el mercado de fibra óptica va a crecer; no hay mucha gente que tenga duda de eso y de lo que significa para generar sus modelos de negocio. Si el mercado va por el 5G, por seis, por siete o por un 8G, lo que significa es que van a crecer las conexiones y por tanto la inversión; y si se trata de compartir, los operadores van a comprar cables de 24 hilos hoy, de 48 mañana o de 96 hilos después para soportar… Hay que verlo por otro lado, la regulación mexicana también tiene para abrir oportunidades: en municipalidades, pequeños operadores pueden comprar un enlace y ser proveedores de su región, tirando fibra y haciendo inversión. Fijo o móvil, local o nacional o 4G o 5G, todo requerirá de más fibra.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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