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GSK, detrás de retrasos en abasto
Después de haber conseguido una exitosa compra de antirretrovirales donde se logró un ahorro de 1,700 millones de pesos, no visto antes en este rubro, y se logró incluir la terapia más avanzada para VIH hoy en día en el mundo, ahora el atorón está en el reparto.
Después de haber conseguido una exitosa compra de antirretrovirales donde se logró un ahorro de 1,700 millones de pesos, no visto antes en este rubro, y se logró incluir la terapia más avanzada para VIH hoy en día en el mundo, ahora el atorón está en el reparto. La percepción generalizada es que hay un desabasto absoluto.
La ola de quejas de pacientes con VIH haciendo filas reclamando su medicamento se reflejó con fuerza en redes sociales desde muchos rincones del país. Hace un par de meses se llegó a mencionar que el sistema SALVAR —mediante el cual se controla la cobertura de medicamentos para pacientes que viven con VIH— no era confiable porque tenía igualmente un retraso en sus registros y las existencias no se estaban actualizando en tiempo real. Pero en esta ocasión no se trata de problemas en SALVAR.
Según un análisis obtenido por fuentes que pidieron el anonimato, el problema obedece a retrasos de parte de la inglesa GlaxoSmithKline (GSK) que no entregó la compra completa y lo que entregó lo hizo muy tarde. De las 26,000 dosis que ofertó y ganó en la licitación, apenas entregó 9,000 piezas, es decir ni la mitad.
La complicación se exacerbó porque no les avisaron a los encargados en las entidades de la República sobre el desfase en las fechas de las entregas. En Nuevo León es donde mayor insuficiencia hay de antiretrovirales, en tanto que los estados de Colima y las dos Baja Californias no han ido por sus medicamentos.
Sobre GSK, comentaron las fuentes, es una de las farmacéuticas que usualmente entregan a destiempo y de manera dosificada. De ahí la importancia de que las compras de insumos tan delicados como los medicamentos se hagan con bastante tiempo de anticipación, para precisamente evitar el riesgo de desabasto.
A ello se suma que los distribuidores (que en esta ocasión no son los especializados) no tienen claras las fechas de entrega en cada lugar, de modo que lo hacen sin control de dónde se necesita con mayor urgencia.
Nos dicen que ya hubo jalones de orejas de funcionarios para que pongan orden en esto de las entregas porque con esto se echa por la borda el gran logro con la negociación conseguida. Donde sí existe problema real de desabasto —y que no se trata de retrasos en las entregas— es en los centros del ISSSTE, dirigido por Luis Antonio Ramírez, y ello debido a los retrasos de muchos meses en sus pagos, de tal modo que cada vez son menos las farmacéuticas y distribuidoras que le siguen distribuyendo porque no tienen claridad de que recibirán el respectivo pago.