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Hay 17 veces más mujeres dedicándose exclusivamente a tareas del hogar y cuidados que hombres
Entre las brechas de género que más se ven en México está la que corresponde a las tareas del hogar y los cuidados, en donde las mujeres dedican una mayor parte de su tiempo a estas en comparación de los hombres.
Entre las brechas de género que más se ven en México está la que corresponde a las tareas del hogar y los cuidados, en donde las mujeres dedican una mayor parte de su tiempo a estas en comparación de los hombres.
El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) destacó que, en México, hay 17.2 millones de mujeres que se dedican, exclusivamente, a las tareas del hogar y cuidados.
La cifra contrasta con la contraparte masculina. Sólo 992,000 hombres son los que se dedican exclusivamente a estas tareas, es decir, hay 17 veces más mujeres que se quedan en casa a desempeñarlas.
"Las mujeres desempeñan primordialmente las labores del hogar y de cuidados, tareas indispensables para la reproducción cotidiana de las familias y sus integrantes, así como para el funcionamiento y bienestar de la sociedad. A pesar de ello, no tienen una remuneración a cambio", destacó el IMCO.
La diferencia también se ve en las horas que cada género le dedica a los cuidados y tareas del hogar. Mientras que los hombres dedican 16 horas a la semana, las mujeres destinan 40 horas.
Además de verde limitadas por el trabajo de cuidados, los trabajos del hogar, que son no remunerados, tiene un valor económico de 7.2 billones de pesos, lo que equivale a 24% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que supera el valor de sectores económicos importantes como las manufacturas y el comercio, que cada una representan 22% del PIB.
Si se suma el valor de las tareas del hogar y de cuidados, las mujeres aportan 2.6 veces más valor económico que los hombres por el trabajo no remunerado que realizan", aseveró el instituto.
El que este tipo de tareas recaiga casi en su mayoría en mujeres provoca que estas vean limitadas su desarrollo económico, además de su bienestar social, físico y mental.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), nueve de cada 10 personas que abandonan el mercado laboral por realizar las tareas de cuidados son mujeres.
En este sentido, el IMCO recordó que en el Congreso está pendiente la aprobación de un Sistema Nacional de Cuidados, el cual ayudaría a las mujeres a poder desarrollarse mejor en varios ámbitos de sus vidas, y el cual es una de las grandes deudas que se tiene con ellas.
“Posterior a ello será necesario expedir las leyes y normas secundarias correspondientes para establecer las atribuciones, competencias y responsabilidades de los gobiernos en esta materia para cada institución y orden de gobierno, así como otorgar las facultades para diseñar la política nacional de cuidados la cual contemple sus fuentes de financiamiento, y que no existe en la actualidad”, agregó.
Informalidad, ingresos y violencia laboral
El análisis del IMCO también mostró que, las mujeres que sí acceden al mercado laboral deben enfrentarse a otras situaciones: que la mayoría esté en la informalidad, una desigualdad de ingresos frente a los hombres, así como violencia laboral.
En el punto de la informalidad, los datos del Inegi muestran que 55 de cada 100 mujeres cuentan con un empleo informal; mientras que en los hombres la tasa baja a 49 por ciento. Si bien las mujeres cuentan con un trabajo, el no estar dentro de la formalidad las impacta en su posible acceso a servicios de salud pública, además de no contar con prestaciones laborales como aguinaldo, utilidades, entre otras.
En el caso de los ingresos, las mujeres ganan en promedio 6,360 pesos al mes contra 9,762 pesos de los hombres, es decir, 35% menos, mientras que tres de cada 10 mujeres aseguran haber enfrentado violencia laboral a lo largo de su vida, en donde la de mayor frecuencia es la discriminación por razones de género, lo que se refleja en menores oportunidades para ascender o mejorar el salario.
“En México, 21.5% de las mujeres no cuenta con ingresos propios. Además, dependen en mayor medida que los hombres de transferencias económicas de terceros, provenientes de programas gubernamentales, remesas o transferencias familiares. Para las mujeres, 54% de sus ingresos provienen de fuentes terceras, mientras que para los hombres esta proporción desciende a 31 por ciento . Esto implica que las mujeres tienen menor independencia económica, lo que puede resultar en limitar su autonomía en la toma de decisiones”.