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IFT despliega un tianguis de 6,158 lotes de espectro para detonar el 5G de México

El Instituto Federal de Telecomunicaciones publicó su proyecto de licitación de espectro para servicios 5G en México, si bien las empresas ya han comenzado a ofrecer los primeros productos de este tipo. Esta es la primera vez en la historia de las telecomunicaciones mexicanas en que la autoridad va al mercado con un alto volumen de frecuencias e incentivos para que más empresas participen y entonces se creen más servicios al consumidor, con mejor calidad, capacidad y cobertura de Internet.

Alejandro Navarrete Torres es director general de la Unidad de Espectro Radioeléctrico del IFT. Ilustración EE: Nayelly Tenorio.

Alejandro Navarrete Torres es director general de la Unidad de Espectro Radioeléctrico del IFT. Ilustración EE: Nayelly Tenorio.

México ha conocido este martes un bosquejo de lo que será su primera subasta de espectro radioeléctrico para desarrollar redes de quinta generación (5G) y para ampliación de la conectividad celular 4G.

Se trata de la Licitación IFT-12 que contiene 6,158 lotes de frecuencias de alcance nacional y local, y de naturaleza técnica necesaria para desahogar el tráfico de los servicios de 4G; también para crear otros productos de 5G para empresas, gobierno o público masivo y para crear la primera cobertura 4G-LTE en regiones geográficamente inaccesibles o de escasa rentabilidad económica para las empresas del sector, donde viven 5 millones de mexicanos sin conexión a Internet.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha presentado hoy el plan para licitar esas frecuencias y el primer paso fue el anuncio de una consulta pública para colocar en el mercado bandas de cobertura para zonas rurales y bandas de capacidad para facilitar un Internet móvil de alta velocidad en áreas urbanas, principalmente.

La Licitación IFT-12 es de relevancia para el sector mexicano de telecomunicaciones, pues el concurso de las frecuencias en sí y el necesario éxito de la subasta significará una mayor penetración de Internet y menor concentración del mercado en México, pues entonces existirían nuevos proveedores de servicio que presionarán la competencia con ofertas más agresivas en calidad y precios a favor del consumidor final.

Por eso es que la IFT-12 también es un camino para volver más competitivas a las telecomunicaciones mexicanas en el contexto del nearshoring y para generar concurrencia de actores en el mercado, sobre todo en los 823 municipios del país donde sólo existe un único proveedor del servicio de Internet.

La IFT-12 arrancaría formalmente en septiembre de este 2024, cuando las empresas interesadas hagan público su interés por alguna de las frecuencias y el siguiente hito importante de este proceso ocurriría el 5 de mayo de 2025, cuando las empresas o personas físicas interesadas presenten sus ofertas económicas por los lotes de espectro que hagan sentido a su plan de negocios.

La Licitación IFT-12 saldrá a la luz cinco años después de que Chile y Brasil iniciaron sus propias licitaciones de 5G con un éxito de eco mundial por los millonarios compromisos de inversión logrados, mismos cinco años en los que el IFT sufrió para colocar bandas en un país con una política fiscal para tasar espectro que ahoga las finanzas de los operadores y con un Estado terco a reescribir la tributación. El resultado de esos cinco años está en que Telefónica renunció a sus frecuencias y Telcel y AT&T sopesan comprar bandas de cobertura y capacidad que hoy son caras para pelear por contratos de Internet de las cosas (IoT) en el sector productivo.

El IFT, a través de su Unidad de Espectro Radioeléctrico (UER), ahora maniobrado con la configuración de 320 nuevas regiones celulares bautizadas como “Áreas Parciales de Servicio” o “APS” que concursarán en la IFT-12 el espectro para el empresario que quiera vender Internet en sólo un municipio o en toda una región celular de características geográficas y socioeconómicas similares.

Las APSs permitirán entonces que nuevas empresas o personas físicas compren bandas en regiones muy particulares y eso ha despertado la sospecha de algunos actores de la industria de que en su lado B, la IFT-12 busca apoyar a Altán Redes, una empresa pública-privada financieramente presionada, en su fin de obtener espectro de capacidad, el de la banda de 2.5 GHz que la vuelva atractiva en 5G. Pero el IFT rechaza esa posición: “Estamos obligados a poner el espectro en las mejores condiciones para el mercado”, dice en esta entrevista Alejandro Navarrete Torres, jefe de la Unidad de Espectro Radioeléctrico.

—Después de la subasta IFT-10 malograda, la renuncia de Movistar a sus bandas y la negativa del gobierno a modificar la política fiscal, ¿esto es lo último que pudo hacer el IFT para sacar a buen concurso la IFT-12? ¿Una subasta de 6,158 lotes era la respuesta?

—No podría decir todavía que esto ya es lo máximo que podemos hacer. Sí puedo decir que hemos hecho el mayor esfuerzo por hacer atractiva la nueva licitación IFT-12 y uno de los mecanismos para hacerla atractiva y no el único, pero sí de los mecanismos importante, es tener la asignación por estas nuevas 320 Áreas Parciales de Servicio y digo que no es la única porque, no nada más se trata de regiones pequeñas para que el impacto en los pagos de derechos sean menor, sino que también hay otras cuestiones muy importantes como la posibilidad del diferimiento en la entrega de los títulos de concesión.

Eso es muy importante, pues se prevé un diferimiento hasta por dos años para quienes sean nuevos proveedores de servicios móviles. Pongamos el caso de que un nuevo operador que entra al sector y pide se difiera la entrega del título de concesión, así puede entonces concentrar los recursos en primero en desarrollar la infraestructura de la red; comprar los equipos y de hacer la planeación de su modelo de negocios, y cuando esté listo para proveer servicios, con un mes de anticipación nos pide el título y se le entrega; y hasta que se le entregue y se vuelva formalmente concesionario, es hasta que se le cobran los derechos.

—En lo que se pudo leer de la consulta pública, se aprecian demasiados candados para Telcel y AT&T en la compra de más frecuencias; más candados que incentivos. ¿Sería así?

—En los incentivos tenemos 40% (de descuento) sobre el pago de la contraprestación para quienes no tengan directa e indirectamente concesiones de espectro en las bandas de espectro incluidas en esta licitación; que son completamente nuevos, quienes tendrían este 40% y 35% para quienes tengan una participación no mayor al 10% en esas bandas incluidas y 30% para quienes tengan espectro radioeléctrico con no mayor al 10% en las bandas incluidas y que cuenten con una participación de mercado nula o menor al 20% a la provisión del servicio de Internet móvil; y 25% menos para quienes tengan concesiones de espectro asignado no mayor al 25% en las bandas IMT y una participación de mercado nula o menos al 20% de la provisión de telefonía e Internet móvil.

Hay una serie de incentivos que están puestos allí para que beneficiar a quienes tengan una participación de mercado menor. Entre menor sea su participación de mercado, mayores van a ser estos incentivos, además de la posibilidad de poder postergar, el diferimiento, de la entrega de título de concesión hasta por un periodo de dos años.

—Con base en ese argumento, ¿entonces hasta Movistar podría volver a comprar espectro, pues ya tiene nada?

—La idea de los incentivos es hacer lo más atractiva la licitación, con el mayor número de potenciales participantes. Si eres completamente nuevo y en este caso, pues Movistar cae en el sentido de nuevo actor porque no tiene espectro asignado y entonces sí podría tener estas ventajas y hay otra ventaja, es que está en las bases de la licitación que contemplan tres concursos:

En el primer concurso pueden participar quienes tengan un nivel de acumulación de espectro de hasta el 20% a nivel nacional. Quienes tengan hasta el 20% pueden participar en el primer concurso. Terminado ese concurso, se abre un segundo concurso y se eleva el límite de acumulación de espectro al 30%, así quienes tengan un nivel de acumulación de hasta el 30% podrán participar y terminado este concurso y si queda espectro en la mesa se abre un tercer concurso con un límite final y máximo del 35% de acumulación.

En el primer con concurso estarían Altán y Movistar y los que no tienen espectro o que tienen una cantidad muy pequeñita como TV Zac. Altán puede, porque tiene menos del 20% de acumulación espectral. AT&T podría participar, con su tenencia actual, desde el segundo concurso, y Telcel hasta el tercero.

—En la industria se comenta que la IFT-12 está a modo para que Altán gane frecuencias en 2.5 GHz, porque Telcel y AT&T no podrían comprar más de esas bandas, que son de capacidad para 4G y 5G…

—Ellos, Telcel, sí pueden ir, pero también hay una acumulación de espectro por banda: ninguno puede tener más del 35% de una banda. Telcel ya tiene 60 MHz y la propuesta es que la 2.5 GHz se asigne por mecanismo de APS.

Telcel sí podría. Si quiere un 2.5 GHz, puede comprarla donde la APS le alcance, porque si van, por ejemplo, por la APS 9.0.1, que sería la CDMX, por la cantidad de habitantes que tiene esta región, sería un problema porque va rebasar el límite de tenencia.

—Siguiendo con bandas de capacidad, ¿por qué no se asignó la banda de los 3.5 GHz? ¿Descarta un riesgo de que el IFT la “guarde” y luego la asigne por vía directa a Altán, ante el hecho de que Telcel y AT&T ya tienen de ese espectro para 5G?

—Ese tramo no la podemos ofrecer al mercado mientras siga habiendo un titular, la SICT, que es el titular de esa banda. No la podemos guardar. No estamos guardando nada, simplemente no la podemos asignar porque está ya asignada.

Y no puede haber ventaja para nadie, AT&T o Telcel que ya tienen 3.5 GHz, pues mientras no podamos disponer de ella, no la sacamos.

Debemos quitarnos de la cabeza la idea de que sólo existen tres operadores en el mercado, hay otros actores que también quieren y pueden tener espectro en cualquier banda; en bandas medias, bandas bajas. Aquí no solo es cuestión de que se permita a una empresa participar, sea Altán, TV Zac o Movistar, porque hay cientos de empresas que dan servicio y quieren y por eso estamos poniendo espectro en mecanismo APS, para que cada quien tenga el espectro que quiera llevarse.

—¿Está preparado el IFT para procesar un tropiezo con la IFT-12? Pues en el imaginario suena más fuerte una subasta con 6,000 lotes desiertos, a 38 bloques como pasó en la IFT-10…

Nosotros estamos obligados a poner el espectro en el mercado en las mejores condiciones posibles. No está en función del IFT modificar la Ley Federal de Derechos y a todo mundo le consta que durante muchos años hemos trabajado para que baje el costo del espectro.

Estamos poniendo las frecuencias en el mercado con los mayores incentivos posibles en nuestras manos, utilizando las facultades que tiene el IFT y si a pesar de ello no entra nadie al mercado y quedan los 6,158 lotes, pues será la decisión del mercado. Nuestra obligación es poner las mejores condiciones y eso es lo que estamos haciendo dentro de lo que sí podemos hacer y lo que el país necesita.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también finalista en los premios de periodismo de la Cofece y citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE y en 2020 en informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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