Lectura 2:00 min
Igualdad de género se mantiene en el discurso; hace falta apoyar a empresarias: Fuentes Téllez
La Secretaría de Trabajo y Previsión Social calcula que el valor económico del trabajo no remunerado de las mujeres ronda los 4.4 billones de pesos al año.
Aun cuando el discurso organizacional actual busca la igualdad de género, en los hechos todavía se favorecen los atributos masculinos, limitando la incorporación, permanencia o ascenso de las mujeres en el mercado laboral, sostuvo la empresaria Angélica Fuentes Téllez.
Si bien el panorama de desarrollo para las mujeres en el sector empresarial ha cambiado durante los últimos años, existen impedimentos intangibles para su acceso a puestos de dirección o para participar de forma equitativa en el mercado laboral, advirtió la especialista en materia de equidad de género.
Se estima que, en México, las mujeres dedican cuatro horas del día al trabajo del hogar y de cuidados de la familia, actividad que deben complementar con su vida profesional.
Al respecto, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) calcula que el valor económico del trabajo no remunerado de las mujeres ronda los 4.4 billones de pesos al año.
En tanto, sólo una de cada 10 mujeres llega a dirigir una empresa y quien lo logra, lo hace con un sueldo 34% menor que los hombres.
“El mercado de trabajo se sigue discriminando a la mujer, relegándola en sectores de menor cualificación, remuneración y escaso valor añadido”, lamentó la empresaria.
Recientemente, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se pronunció por reforzar estrategias que incluyan a las mujeres, como líderes, en el sector energético, pues reconocieron que la inclusión de las féminas no debe ser una moda, sino la punta de lanza para aportar a la economía.
La persistencia de los estereotipos de género mantiene separados a hombres y mujeres en espacios paralelos. En el sistema en el que vivimos los hombres tienen mejor remuneración por el mismo trabajo y se castiga a las principales encargadas del ámbito doméstico, refirió.
“El efecto del ‘suelo pegajoso’ tiene una relación directa con la sobrecarga que enfrentan las mujeres: la doble jornada al tener responsabilidades domésticas y laborales”, detalló Fuentes Téllez.