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Impacto de Semana Santa: estancamiento de la pandemia y repunte económico para el turismo
A diferencia de la temporada decembrina, cuando se observó un efecto casi inmediato de los festejos, reuniones, desplazamientos y vacaciones en el nivel de hospitalizaciones y fallecimientos, la época de Semana Santa parece mostrar un impacto más moderado, o al menos, más paulatino.
A quince días del periodo vacacional de Semana Santa se puede observar que, si bien, se registraron alzas importantes en la movilidad de personas y las aglomeraciones, los registros de salud, por el momento, no sugieren una tercera ola del virus. Pese a esta tendencia de estabilidad sanitaria, las entidades del país todavía actúan con moderación a la espera de posibles alzas en los contagios y hospitalizaciones.
Simultáneamente, el turismo experimentó un repunte en su nivel de actividad, que ha sido uno de los más golpeados por la emergencia sanitaria. Especialmente las playas mexicanas registraron importantes aumentos de ocupación hotelera, arribos en aeropuertos y flujo de personas.
A diferencia del periodo vacacional por temporada decembrina, el asueto por Semana Santa se encontró con restricciones más laxas, la mayoría de las entidades permanecían en los colores naranja y amarillo del Semáforo Epidemiológico y se incentivó, desde el discurso de las autoridades, un ejercicio de “turismo seguro”.
De esta manera, los desplazamientos de personas al interior y desde el exterior hacia las playas y centros turísticos de México sólo estuvieron condicionados por el cumplimiento de las normas básicas sanitarias.
En la zona metropolitana de la Ciudad de México no se observaron cambios de tendencia significativos en los niveles de movilidad. Durante la semana del 28 de marzo al 4 de abril en la capital los flujos de personas en zonas residenciales se mantuvieron 12% por encima de los niveles prepandémicos, mientras que, en centros comerciales, parques o estaciones de transporte público la movilidad continúa por debajo de los niveles antes de la Covid-19, de acuerdo con data procesada de los reportes de Google sobre movilidad.
Esta misma tendencia siguen las urbes de Jalisco y Nuevo León, en lo que va del 2021, la movilidad se ha recuperado totalmente en lugares habitacionales, supermercados o farmacias, pero en centros comerciales, lugares de entretenimiento, centros corporativos y en el transporte público todavía se registran flujos menores de gente en comparación con la vida antes de la pandemia.
Siguiendo esta línea, es posible deducir que los incrementos en los flujos turísticos en las playas mexicanas están más relacionados con una mayor llegada de turistas internacionales que con desplazamientos de turistas nacionales desde las grandes ciudades.
La ciudad de Cancún, una de las perlas favoritas del turismo internacional y la quinta ciudad más turística del continente, fue la región que experimentó alzas más sustanciales en sus niveles de movilidad urbana y, según reportes de la industria, la derrama económica más importante durante este periodo vacacional.
Según la data de Google, los lugares donde se identifican los picos más altos de afluencia fueron los supermercados, las zonas habitacionales y los centros comerciales y de entretenimiento. En promedio durante Semana Santa la movilidad superó en 6 y 5% la movilidad respectivamente en los primeros rubros, mientras que en centros comerciales y de entretenimiento no alcanzó a superar los niveles prepandémicos pero sí logró recuperar más de tres cuartas partes de los flujos de personas habituales.
Por su parte, los reportes de movilidad publicados por Apple también basados en datos por geolocalización mostraron que después de una tendencia constante de movilidad al 80% en los primeros meses del 2021, en Semana Santa los conductores y transeúntes en las playas de Quintana Roo incrementaron la movilidad a un 119 y 131% respectivamente.
En Guerrero y Baja California Sur, otros dos estados que albergan a miles de turistas todos los años, se identificaron tendencias similares. Un incremento importante de la concentración de gente especialmente en casas de descanso, centros de entretenimiento y comerciales, hoteles y supermercados.
Pese a estos desplazamientos, las autoridades sanitarias de Guerrero y Quintana Roo determinaron que, al menos por el momento, las tendencias en hospitalizaciones, nuevos contagios y fallecimientos por la Covid-19 se mantienen estables. La Secretaría de Salud federal, de hecho, mantuvo a estas entidades en el color amarillo del Semáforo Epidemiológico que indica un nivel de riesgo medio.
Sólo en Baja California Sur se determinó un riesgo alto, por lo que permanecerá hasta el 25 de abril en el color naranja.
Los reportes sobre casos diarios y ocupación de camas para Covid-19 en hospitales públicos muestran apenas incrementos moderados respecto de las tendencias antes de las vacaciones de Semana Santa.
A diferencia de la temporada decembrina, cuando se observó un efecto casi inmediato de los festejos, reuniones, desplazamientos y vacaciones en el nivel de hospitalizaciones y fallecimientos, la época de Semana Santa parece mostrar un impacto más moderado, o al menos, más paulatino.
La Riviera Maya, beneficiada por la Semana Santa
El turismo ha sido uno de los sectores más golpeados por la emergencia sanitaria y uno de los que habitualmente más ingresos de divisas dejan y más empleos generan en el país. Los representantes y las organizaciones del sector anuncian una importante recuperación de la actividad durante la temporada de Semana Santa.
El Caribe mexicano fue la región que muestra los mejores indicadores económicos por la actividad turística estacional. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Turismo de Quintana Roo, se registraron ingresos monetarios y entrada de turistas mayores a las esperadas.
Durante el lapso del 27 de marzo al 11 de abril la entidad captó cerca de 450 millones de dólares por concepto de turismo y abrió sus puertas para poco más de 860,000 turistas. La ocupación hotelera en resorts de lujo superó el 60 por ciento.
Las autoridades de turismo en las entidades de Guerrero, por su parte, informaron que aún con el incremento en el flujo de turistas, este 2021 la Semana Santa no alcanzó ni la mitad de los ingresos de turistas que vacacionan en las playas de Acapulco, Ixtapa o en el pueblo mágico Taxco. La ocupación hotelera también se mantuvo en un nivel cercano al 34 por ciento.
En Baja California Sur se recibieron cerca de 100,000 visitantes durante estas vacaciones, un nivel significativamente menor a los registros antes de la pandemia, pero una recuperación importante en los niveles de actividad, con una ocupación hotelera de alrededor de 49 por ciento.
A la expectativa en el proceso de vacunación y el avance de los contagios, hospitalizaciones y decesos relacionados con la Covid-19 después del periodo vacacional, las autoridades sanitarias aseguran que no hay evidencia suficiente todavía para hablar de una tercera ola.