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La Red Compartida tendrá su punto de equilibrio en el séptimo mes de 2024: Carlos Lerma, CEO de Altán Redes
Carlos Lerma, nuevo director de Altán Redes, trata de alejar de la quiebra a esa compañía de telecomunicaciones y de allegarle un mayor volumen de usuarios que usen sus servicios de telefonía, Internet y otras aplicaciones para el mercado masivo y el sector productivo. Altán, aun con la escasez de recursos, invirtió 30 millones de dólares para mantener estables sus operaciones y no descarta en el mediano plazo comprar más espectro para ofrecer productos de 5G a nivel nacional. Pero antes, quiere alcanzar la rentabilidad apenas unos meses previos de que concluya el gobierno de la 4T.
Carlos Lerma Cotera, contador público egresado con honores del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y con un posgrado de administración de negocios en la State University of New York por su especialidad en finanzas corporativas y mercados financieros, cuenta cien días efectivos al frente de Altán Redes, un operador de telecomunicaciones con 7.2 millones de usuarios alcanzados en todo México. El jueves 3 de noviembre esa empresa público-privada salió del concurso mercantil, después de un proceso que duró un año entre negociaciones con acreedores y visitas a los tribunales para reestructurar casi 30,000 millones de pesos en deuda.
En cerca de cuatro meses, Lerma Cotera asumió la dirección general de Altán y renegoció, actualizó o desechó, según cada caso, contratos comerciales que impedían a la compañía avanzar en el negocio de las telecomunicaciones y gracias a estas primeras acciones para rescatar la compañía de una eventual quiebra, Altán Redes ahora se ahorrará 1,500 millones de pesos en el ejercicio del año 2023 y por eso también ya pudo invertir 30 millones de dólares en las últimas semanas en la actualización de su cerebro tecnológico, dinero que permitirá la operación cotidiana de la empresa sin incidencias de consideración.
Lerma fue hasta julio pasado un alto funcionario de la Secretaría de Hacienda. Todavía antes, estuvo detrás de un programa del Bancomext que financió con cerca de 1,500 millones de dólares a emprendedores industriales de todo el país. En lo que va de su corta gestión, el gobierno, vía la banca de desarrollo, y los accionistas privados de Altán, inyectaron 388.1 millones de dólares a la empresa, muestra de la confianza que esos actores tienen en su nombre para enderezar a Altán.
El nuevo director general de Altán Redes —la empresa que construye, opera y mantiene la llamada Red Compartida de servicios móviles e inalámbricos fijos mayoristas desde el espectro de los 700 MHz a nivel nacional en México— analiza todas las posibilidades comerciales y regulatorias a la mano para monetizar el negocio de Altán, sea a través de la renta de espectro a terceros operadores vía el mercado secundario o con el ingreso de Altán al segmento minorista, pero reconoce, que por ahora, el entramado legal complica la cristalización de esas dos ideas.
Carlos Lerma asegura que por ahora Altán puede sobrevivir con la oferta de productos desde la banda de cobertura de los 700 MHz y que será hasta dentro de dos años, cuando Altán deberá “sí o sí” pensar en comprar espectro de capacidad para configurar poderosos servicios de 5G. “Por ahora, la instrucción es dar viabilidad a la empresa y que siga como un APP, que así permanezca”, dice el CEO de Altán Redes en esta entrevista.
—Una parte de la industria móvil dice que usted tiene credenciales de hacer un buen trabajo de limpieza y planchado por donde ha pasado… ¿Le está costando trabajo lavarle la cara a Altán? ¿Está siendo ese trabajo lo que se imaginaba, por ejemplo, hace un año?
—No sé si el término más válido para este caso sea el de limpiar la casa, pero sí vine a eficientar. A mi paso por Bancomext ya conocía el proyecto y participaba en los créditos de Bancomext. Entonces el proyecto lo conocía yo desde el 2016 y claramente conocíamos los objetivos y las bondades del mismo, y a su vez le estuvimos dando seguimiento al proyecto y sí veíamos ciertas acciones que se tomaban con las que no estábamos de acuerdo como Bancomext.
Ya más activamente, desde el lado la Secretaría de Hacienda, empezamos a tomar un papel más protagónico, si lo diría así. La banca de desarrollo contrató a asesores para que hicieran un diagnóstico de lo que estaba pasando en la empresa, por lo que diría que no encontramos grandes sorpresas; lo que nos habían dicho nuestros asesores fue lo que encontramos.
Lo que hicimos en estos primeros cuatro meses, fue, uno, reducir los costos de manera sustancial. Había muchos contratos que estaban fuera de mercado, por eso hicimos negociaciones con los grandes proveedores y logramos reducir ya una gran parte de ellos, de tal manera que el año próximo estamos esperando ahorros allí por 1,500 millones de pesos que se traían del 2022. Por otro lado, se había dejado de invertir por varios meses, por no decir años en la infraestructura de la empresa, tanto en los sistemas como en los despliegues, y fue por razones de falta de liquidez; y lo que ahí hicimos fue hacer una actualización de pagos a los principales socios tecnológicos y empezar a hacer un programa muy agresivo de actualización de infraestructura.
Hasta esta plática, hemos pagado e invertido en estos cuatro meses unos 30 millones de dólares en sistemas, nada más para su actualización, porque teníamos bastante inestabilidad en nuestros sistemas, que ya era un tema crítico. Diría que septiembre y ahora octubre, fueron los meses con menos incidencias en los últimos 24 meses en términos de fallas. Tenemos un plan que termina en su parte más crítica en el mes de diciembre después de seis meses de trabajo.
—Estando cuatro meses de ese lado y conociendo más el interior de la Red Compartida, ¿cuál cree que pudo haber sido el obstáculo por el que Altán tuvo que ir al concurso mercantil?
—Ellos, y nosotros, ya cumplimos con el hito que teníamos de llegar en un corto plazo al 70% de cobertura poblacional. Hay esa necesidad de cumplir con ciertos hitos de cobertura. Ahora mismo estamos pasando el 72% de cobertura poblacional y alrededor del 9.2% de cobertura social. El presidente nos instruyó, tanto a CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos (CFE-TEIT), como a nosotros, a que aceleráramos el despliegue para hacer llegar en una forma más dispersa y más inclusiva el Internet a todo mundo, y particularmente nos pidió que llegáramos a esas metas que son las partes más marginadas.
En ese sentido, hicimos acuerdos con CFE-TEIT en agosto, con lo que CFE-TEIT va invertir más de 20,000 millones de pesos en 5,513 sitios y éstos nos llevarán a incrementar nuestra cobertura propia del 72% que comentaba al 84.5% de cobertura poblacional. Este hito es relevante, porque recientemente recibimos una extensión por parte del Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel) para cumplir al 2027, pero lo estaremos cumpliendo en 2023 por este compromiso que hizo el presidente para conectar a todo México en su mandato.
La infraestructura de CFE-TEIT la vamos a subir dentro de los sistemas de infraestructura ya existentes de Altán, como si fuera un socio privado pero ahora lo haremos con CFE-TEIT, porque la instrucción es que el Estado mexicano tenga la propiedad de esa infraestructura, conforme vaya ésta creciendo. En resumen, hemos eficientado costos, estamos incrementando la cobertura y estamos actualizando todo lo que es nuestro sistema.
Antes, estaban ellos muy enfocados al despliegue; a invertir por las mismas presiones que tenían con base en el contrato de Asociación Público-Privada (APP), de que tenían que llegar a tal hito. Por eso estaban mucho más enfocados en desplegar infraestructura, que en comercializar ésta.
Si lo ponemos en términos tangibles, construyeron la carretera, pero no construyeron los accesos a esa carretera y no subieron autos a esa carretera. En ese sentido, se dio un desfase entre las inversiones y los ingresos, que es en lo que ahora estamos enfocados en hacer alianzas con nuestros operadores móviles, justamente para monetizar esta red y comercializarla.
—Ustedes tienen una de las tres autopistas más veloces de México… Telcel es una carretera por su enorme volumen de usuarios y AT&T es una suerte de nueva red compartida, y ellos dos abiertamente han dicho que les interesa un carril de Altán Redes, siendo así, ¿ven factible rentar espectro de los 700 MHz a terceros operadores de red, aún si saltan los operadores móviles virtuales?
—Estamos tratando de optimizar el contrato APP, pero el mismo contrato APP, conforme lo que hemos leído y comentado con el propio Promtel, hay cláusulas que señalan expresamente la prohibición para que Altán subarriende el espectro. En este momento no nos lo permiten. El espectro es de Promtel y ese espectro fue otorgado al contrato APP por ellos, entonces es muy expresa la prohibición que tenemos allí.
Sí estamos buscando monetizar los activos que tenemos y monetizarlos en ese sentido: en arrendar el espectro o vender un servicio diferente.
Estábamos enfocados ahorita en otras prioridades, como es el concurso mercantil y que era cumplir con el hito de la cobertura del 70% poblacional. Ya estando avanzados en esos pasos, pues sí tenemos que ver qué es lo eficiente para monetizar la red y tener recursos adicionales a los que ya tenemos con los OMVs. Pero siendo francos, ahorita no podemos por una cláusula que dice que no podemos arrendar el espectro. Nos lo prohíbe y por lo tanto no lo estamos viendo en este momento. Lo queremos, sí.
—Usted dijo en un foro que le interesa llevar a Altán al menudeo y vender productos de 5G, pero bien sabe usted que para lograr ese plan, Altán necesita otro tipo de espectro. Altán tiene una red 4.5G LTE Advanced con los 700 MHz, pero al final no es 5G. ¿Se interesa Altán en comprar espectro de capacidad en la próxima subasta del IFT?
—En este momento, aclaro, en este momento, no necesitamos otra banda. Con la banda que tenemos en los 700 MHz, para el nivel de tráfico y volumen de usuarios, con eso que tenemos, es suficiente.
Si ahora hay problemas técnicos con la señal, es por cómo se diseñó la red. En una forma coloquial de decirlo, se “estiró” la red lo más que se pudo. Y se instaló en las distancias no más óptimas. Cuando hay demasiados edificios o cuando hay concentraciones de usuarios, la capacidad de sitios no son suficientes. Lo que estamos haciendo con estos nuevos despliegues, si bien estamos haciendo estos 5,513 sitios, unos 800 sitios tienen que ver con incrementar la capacidad y cubrir algunas zonas donde tenemos bastantes usuarios.
En cuestión de dos años, creemos que los retos los vamos a resolver con temas más de diseño, usando nuestro propio espectro.
Conforme vayamos avanzando, definitivamente, sí requeriremos de espectro adicional. Estamos tomando todas las acciones y las inversiones para estar adelante, pero ese punto en particular no lo estamos viendo.
Con la banda que tenemos ahora sería suficiente para cubrir los dos próximos años.
Sin embargo, sí o sí, en algún momento tendremos que voltear a ver espectro de capacidad; o compramos la banda de 3.5 GHz o la banda de 2.6 GHz para poder complementar particularmente una mayor capacidad con 5G. Pero el 5G, en este momento con lo que tenemos, podemos hacer algo; sólo tenemos que hacer unas inversiones en radio, incluso, nuestro core, está habilitado para 5G.
—Qué le diría al Congreso y la misma Secretaría de Hacienda, que están por aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación, estableciendo un espectro caro… Si Altán estuviera hoy en posición de comprar espectro, el mismo gobierno, como accionista de Altán, se estaría dando un balazo en el pie al venderle a su propia empresa espectro demasiado caro…
—El tema de la fijación de las tasas de espectro es un tema de política hacendaria. Entonces, no tendría yo una opinión válida. Pero me iría más al origen de este proyecto: algo que todo mundo comenta es que lo que paga actualmente Altán por su espectro, comparado con las otras operadoras, es sustancialmente mínimo.
Mi respuesta allí sería que eso, si bien es parcialmente cierta esa afirmación, la realidad también es que éste es el único operador al que le impusieron condiciones de cobertura social de forma tan relevante y ese costo lo tiene que asumir la empresa privada y esperaría entonces un apoyo de otro lado, que es justamente lo que está haciendo la Secretaría de Hacienda.
Tenemos 9.2% de poblaciones ya cubiertas con menos de 2,000 habitantes que no van a ser rentables ni ahorita ni un largo plazo. Esos costos operativos los tenemos que sufragar nosotros y de alguna forma cubrirlo con otros activos rentables que tiene el proyecto. Este proyecto tiene particularidades y argumentos muy sólidos como para seguir llevando a esas zonas un servicio de Internet de mejor calidad, que ese es su espíritu, y que claramente nosotros estamos asumiendo ese costo para nuestra empresa.
—El gobierno es hoy el accionista principal de Altán y el director de Altán es un funcionario público… ¿Es por tanto Altán hoy una paraestatal que busca beneficios o volverá algún día a ser dirigida por un privado?
—Esto es una Asociación Público-Privada, como así fue concebida y así mismo continúa. El espectro está cedido a una APP por un órgano público. El proyecto es un APP y la instrucción es que así permanezca. Algo muy relevante que pasó en julio pasado, fue que si bien los accionistas originales cambiaron su nivel de participación, inyectaron nuevos recursos al proyecto, eso es muy relevante. Los inversionistas nacionales e internacionales siguen participando en el proyecto. Eso le da de alguna forma un hito de confiabilidad y viabilidad al proyecto.
En términos legales, también existe una concesión APP que fue renovada en enero pasado. El APP terminaba en el 2037 y se amplió veinte años más. Y eso fue para garantizar a los acreedores que se iba en serio con esta reestructura.
Diría, por todo eso, que el andamiaje legal está para que esta empresa siga como un APP a largo plazo y siendo un proyecto transexenal que además lo hacen inclusivo. En lo comercial y lo legal el proyecto está armado para que siga como APP por varios años más.
Los más de 377 millones de dólares que se levantaron están para dispersar más lejos la operación y para alcanzar el punto de equilibrio. Estamos terminando el nuevo plan de negocios que estaremos implementando y que estaremos presentándolo a nuestro consejo de administración en diciembre y todo apunta con ese plan a que el proyecto de Altán podrá alcanzar el punto de equilibrio por allí del sexto o séptimo mes del 2024. Es la misión.