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La emergencia sanitaria supone el aislamiento de 31.7 millones de trabajadores

Poco más de la mitad de los trabajadores en México se encontrarán en paro de actividades por la emergencia sanitaria del Covid-19. Esta población abarca a trabajadores formales e informales, de pequeños negocios y grandes empresas. Los acuerdos entre partes serán la mejor manera de beneficiar a trabajadores y empresas.

Foto: Reuters.

Foto: Reuters.

El mercado laboral será uno de los más golpeados por la crisis derivada de la paralización económica que supone la contingencia por el coronavirus Covid-19. Y eso se notará especialmente en México por la composición de su mercado laboral. Más de la mitad de los trabajadores en el país son informales (56.2%) y la mayor parte de los restantes se ocupan en empresas y negocios pequeños.

La emergencia sanitaria declarada el 31 de marzo contempla la continuidad sólo de las actividades esenciales, como las relacionadas con la salud, la alimentación, la producción y suministro de servicios y mercancías básicas, la información en medios masivos y las actividades de logística.

Utilizando los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), de 55.7 millones de ocupados en México sólo 14.7 millones se ocupan en estas actividades esenciales; la cifra asciende a 24 millones si se considera el comercio minorista. Esta situación implica que aun en el supuesto de que el comercio minorista siguiera operando con normalidad, cerca del 57% de los trabajadores (formales e informales) estarán en aislamiento por la emergencia sanitaria: 31.7 millones de trabajadores.

La problemática creada por la propagación del coronavirus Covid-19 se agrava cuando se observa la composición del sector empresarial en México. Sólo 4% de las empresas son medianas o grandes, es decir sólidas y con capacidad de hacer frente a la emergencia sanitaria; pagar sueldos, salarios y prestaciones aun sin operar.

De acuerdo con Hugo Hernández Ojeda Alvirez, socio del despacho jurídico Hogan Lovells y especialista en derecho laboral, la mejor y posiblemente la única manera de que el impacto de la crisis no sea tan fuerte en el mercado laboral serán los acuerdos laborales entre empresas y trabajadores.

“De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo cuando la suspensión de actividades se da por causas de fuerza mayor como en este caso, los patrones están obligados a pagar íntegras las remuneraciones de sus empleados; pero la mejor manera de ser solidarios y que ambas partes salgan lo menos perjudicadas son los acuerdos entre patrones y trabajadores”, dijo a El Economista.

Hernández Ojeda Alvirez dijo que las autoridades a través de la Profedet (Procuraduría Federal del Trabajo) y la Dirección de Inspección monitorearán los casos de abuso a trabajadores e intervendrán para la conciliación.

El acuerdo entre partes es la única manera de que el mercado laboral no sea tan golpeado por la crisis económica ante la pandemia, debido a que así no sólo se podrán conservar fuentes de trabajo, esenciales en la etapa de reactivación, también se evitaría la quiebra de muchas pequeñas empresas o negocios familiares.

“Lo importante en los acuerdos entre las partes es que se den bajo las condiciones adecuadas, especialmente para los trabajadores, que no se violenten sus derechos ni se pongan en peligro sus ingresos, en caso de ser así, se deberá acudir con las autoridades para ver si es posible lograr un mejor acuerdo o directamente ir a la Junta de Conciliación y Arbitraje”, dijo.

El especialista en derecho laboral agregó que la posibilidad de despidos individuales o colectivos durante la emergencia sanitaria existe y si se extiende el periodo aumentan las posibilidades para muchas empresas, especialmente las micro y pequeñas. Pese a ello, en este ámbito los patrones también están obligados a liquidar a sus colaboradores bajo las normas de la Ley Federal del Trabajo, es decir, con liquidación, vacaciones, primas, partes proporcionales de aguinaldo, etcétera. 

Un sector vulnerable

La crisis sanitaria pegará de manera fuerte a la economía mexicana y al mercado laboral, pero expondrá también el trabajo que falta por hacer en materia de formalización del trabajo.

En México, la población que tiene la protección laboral por una relación formal de trabajo no representa ni a la mitad de los ocupados: 6 de cada 10 trabajan bajo condiciones vulnerables en la informalidad.

El problema de la informalidad no sólo pesará a los trabajadores en términos de acceso a salud durante la emergencia sanitaria sino también en sus ahorros para la vejez.

Una situación regional

El impacto de la crisis sanitaria en el mercado laboral se pronunciará con contracciones en la producción total de muchas empresas y por consecuencia en sus ingresos, que se verán reflejados especialmente en el total del empleo y en el nivel de salarios, de acuerdo con el informe América Latina y El Caribe ante la pandemia del Covid-19 elaborado por la Cepal (Comisión Económica para América Laguna y El Caribe).

“En la región, los sectores que podrían sufrir las mayores contracciones —comercio, transporte, servicios empresariales y servicios sociales— proveen el 64% del empleo formal. (…) Además, el 53% del empleo de la región se da en actividades informales, que serán significativamente afectadas por basarse principalmente en contactos interpersonales”, advierte el informe de la Cepal difundido el viernes 3 de abril.

El informe destacó que en economías como las de la región latinoamericana todas las empresas, independientemente de su tamaño y sector, tendrán repercusiones negativas y que los trabajadores informales son los más expuestos al impacto de la crisis sanitaria.

Además de profundizar el desempleo, el informe destaca que la calidad laboral se debilitará aún en las empresas que sobrevivan a la crisis y los ingresos de los estratos bajos y medios se deteriorarán. 

Para México, las expectativas se han recortado de manera importante en las semanas recientes, la mayoría de las instituciones financieras y organismos internacionales esperan que la economía mexicana se contraiga durante el 2020 y la tendencia macroeconómica negativa que ya se seguía previo a la pandemia se profundice.

ana.garcia@eleconomista.mx

kg

Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista especializada en género, derechos humanos, justicia social y desarrollo económico.

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