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Libre de traba arancelaria, T-MEC sigue bajo presión
El momento óptimo para la aprobación en el Congreso de Estados Unidos sería agosto del 2019; demócratas mantienen preocupación sobre garantías de cumplimiento del acuerdo por parte de México.
El acuerdo migratorio aprobado el viernes entre México y Estados Unidos abrió una coyuntura para la ratificación del nuevo tratado comercial de América del Norte.
La amenaza arancelaria del presidente Donald Trump catapultó un rápido y amplio proceso de discusión sobre la integración económica bilateral tanto en el sector público como el privado de los dos países, lo que condujo a un mayor cabildeo del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) con los demócratas del Congreso estadounidense.
A través de su cuenta de Twitter, Trump llamó el sábado a los legisladores demócratas a “abrir el camino” para aprobar el T-MEC, el cual ya inició su proceso de ratificación en los poderes legislativos de los tres países, con el objetivo de sustituir al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994.
“La nerviosa Nancy Pelosi y los demócratas no están haciendo nada. Tal vez podrían liderar el camino con el T-MEC, el nuevo y espectacular acuerdo comercial que remplaza al TLCAN, el peor acuerdo comercial en la historia de Estados Unidos. Genial para nuestros agricultores, fabricantes y sindicatos”, Trump escribió en Twitter.
Antes de votar el T-MEC, Pelosi y otros demócratas quieren fortalecer el cumplimiento efectivo de las disposiciones laborales y ambientales en el acuerdo comercial.
Sin embargo, la amenaza de los aranceles dejó ver con mayor claridad la posición de Pelosi sobre México y el nuevo tratado comercial.
El pasado miércoles, en una conferencia de prensa en el Capitolio, Pelosi informó que justo cuando iba a tener una reunión sobre el T-MEC, llegó la noticia de que Trump “tenía la idea de que iba a tratar a México como un enemigo”.
“Entonces, no sé si eso significa que el presidente quiere detener el proceso (de ratificación del T-MEC); pero nosotros, en nuestra relación con México, queremos encontrar una reforma migratoria integral que ayude a abordar el problema, tener asistencia humanitaria en la frontera para ayudar a satisfacer las necesidades de las personas que entran y, una vez más, no castigar a México, porque al castigar a México, también castigaremos a Estados Unidos”, dijo Pelosi, quien es la líder de la Cámara de Representantes.
De haber entrado en vigor, los aranceles podrían costar miles de millones de dólares a los importadores de Estados Unidos y afectar negativamente a la economía, especialmente en sectores con cadenas de suministro extensas, como la industria automotriz.
Además, México podría imponer aranceles de represalia en un valor igual de las exportaciones de Estados Unidos. México es un mercado clave para los productos agrícolas estadounidenses y es probable que México se enfocara a los productos agrícolas de Estados Unidos a cambio de tarifas de represalia.
En tanto, Nancy Pelosi ha insistido en llevar a un junio político a Trump. Varios demócratas reclaman que Trump sea sometido a un proceso de revocación del mandato (en inglés impeachment) debido a la obstrucción de la justicia documentada en el informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la pesquisa por la injerencia rusa en la campaña presidencial del 2016.
Oportunidad acotada
Trump inició a finales de mayo el proceso de ratificación del T-MEC, pero sin que haya llegado a un acuerdo para ello con Pelosi.
A pesar de que, en la práctica, la presentación del proyecto de ley de implementación generalmente se coordina entre el presidente de Estados Unidos y los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado, Trump entregó al Congreso el Statement of Administrative Action (SSA, por su sigla en inglés) el 30 de mayo.
Este requisito inicial debió cumplirse preferentemente en mayo, para que el proceso de ratificación no se empalme con las elecciones presidenciales del 2020 en Estados Unidos.
En segundo término, podría presentarse al Congreso el acuerdo para la aprobación (Implementing Bill) 30 días después del SSA, lo que ocurriría en el verano. Así, el plazo óptimo para la aprobación en el Congreso sería en agosto del 2019. De no lograrse esos objetivos, el plazo máximo para la aprobación por el Congreso sería 90 días después de la presentación del Implementing Bill, lo que alargaría este proceso hasta la primavera del 2020. Este último periodo ya no sería el más adecuado, debido a que las elecciones presidenciales del 2020 se celebrarán el 3 de noviembre.
México le comprará más a EU: Trump
En suspenso, polémica sobre productos agrícolas
A pesar de que el acuerdo al que llegaron México y Estados Unidos el viernes se refiere a la migración, el presidente Donald Trump afirmó el sábado que México convino mayores compras de productos agrícolas estadounidenses.
“México ha acordado comenzar inmediatamente a comprar grandes cantidades de productos agrícolas de nuestros grandes agricultores patriotas”, dijo Trump a través de Twitter.
Sin embargo, en la declaración conjunta de Estados Unidos y México no se mencionó el comercio agrícola como parte del acuerdo, a la vez que funcionarios mexicanos dijeron no tener conocimiento de ningún convenio paralelo a las negociaciones.
Después de ese episodio, Trump dijo el domingo que su gobierno dará a conocer posteriormente detalles sobre su acuerdo con México.
“México no estaba cooperando en la frontera en las cosas que teníamos, o no teníamos, y ahora tengo plena confianza, especialmente después de hablar con su presidente de que serán muy colaboradores y querrán hacer el trabajo correctamente”, dijo Trump en Twitter.
“Es importante destacar que se acordaron algunas cosas que no se mencionaron en el comunicado de prensa una en particular. Eso se anunciará en el momento adecuado”, agregó.
En el año fiscal del 2018, que abarca los 12 meses concluidos en septiembre, Estados Unidos exportó productos agrícolas al mercado mexicano por un valor de 18,767 millones de dólares, ocupando la segunda posición como mayor destino, después de Canadá (20,569 millones de dólares).
Por el contrario, el mercado estadounidense importó bienes agrícolas originarios de México por 25,700 millones de dólares, con lo que ocupó la primera posición como proveedor externo, superando incluso al bloque de la Unión Europea (28 naciones) con 23,700 millones de dólares, a Canadá (23,000 millones) y a toda Asia (22,500 millones).
Las principales exportaciones agrícolas estadounidenses a México fueron productos de origen animal, granos, piensos, semillas oleaginosas, edulcorantes, frutas, verduras, nueces, otros productos hortícolas, algodón, semillas y productos de viveros.