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Luis Enrique Mercado, fundador de El Economista, falleció este lunes

El periodista y fundador de El Economista, Luis Enrique Mercado, precursor del periodismo económico y financiero en México, falleció ayer 28 de diciembre.

El periodista y fundador de El Economista, Luis Enrique Mercado, precursor del periodismo económico y financiero en México, falleció ayer 28 de diciembre.

Dirigió el periódico durante 20 años, a partir de 1988, cuando con un grupo de periodistas jóvenes y varios recién egresados de la escuela de periodismo Carlos Septién García emprendieron el proyecto del nuevo impreso, en un momento que anticipaba una era de globalización.

Entre los hitos de la gestión de Luis Enrique Mercado están la consolidación de un medio de información especializada, así como la formación de un buen número de periodistas, columnistas y editores, que enriquecieron con sus conocimientos al gremio, muchos de ellos en activo aún.

Tras dejar la dirección general de El Economista, Luis Enrique Mercado incursionó en la política, al ser diputado federal por el PAN en la legislatura 2009-2012. Posteriormente regresó a su natal Zacatecas, donde encabezaba hasta la actualidad el proyecto de Imagen Zacatecas.

Los testimonios de gente que trabajó con él, que lo conoció en su faceta profesional y personal, coinciden en su capacidad, su don de gente y su genuino estilo de liderazgo.

“Llegué con muy pocos años a El Economista, con tanta ilusión y tan poca experiencia”, recordó Andrea Ornelas, quien durante muchos años fue editora de la sección Valores y Dinero y un pilar en el trabajo cotidiano y la formación de periodistas. “Él dio vida al periódico y lo convirtió en una escuela y un hogar para nosotros. Ir a trabajar era un auténtico placer. Nos transmitió su pasión por las cifras y el periodismo bien hecho, y nos enseñó la magia del trabajo en equipo. Vienen a mi mente tantas frases suyas, tantas charlas de trabajo y de vida. Los grandes, como tú, siempre siguen vivos y son un ejemplo perenne”.

La escuela que formó echó raíces, tantas, que siguen presentes en la actualidad del periódico, en el trabajo de Perujo, que fue fundador del periódico, sigue publicando a diario en El Foro y recuerda sus inicios con Mercado Sánchez:

“Un mes antes del lanzamiento de El Economista, en noviembre de 1988, Luis Enrique Mercado me contrató como editor de Economía Agrícola, puesto en el que sólo duré 15 días. Luis Enrique, que vio algún garabato en mi libreta de apuntes, me pidió hacer un cartón para la edición de lanzamiento y en el número uno de El Economista salió mi primer cartón editorial. Dos semanas después, me nombraron monero formalmente. Era un jefe que paseaba por los escritorios a ver qué pendejada esbozabas. En su afán por mantener los escritorios limpios y sobre aviso, hacía limpias. Algún borrador de tesis tuvo que ser rescatado de la basura. Capaz de hacer bromas muy pesadas, también las aguantaba. Una frase que usaba cuando se entregaba el cartón: ¿A que jirón de la patria le vas a dar en la madre hoy?”

El estilo de Luis Enrique Mercado lo definió en su trabajo profesional. Todos lo recuerdan desparpajado, franco, directo y empático. Con los reporteros tenía un personal gusto por compartirles experiencias y conocimiento, como lo refiere Maribel Ramírez Coronel.

“Nadie mejor para decir ‘Así no licenciada...’ que Luis Enrique Mercado cuando me ayudaba a abordar un tema escabroso siendo yo reportera de la fuente bancaria en plena crisis de Fobaproa o a reenfocar mejor la entrada de una nota. Siempre hablaba de usted con todo su equipo. Un día le pregunté por qué lo hacía y me dijo que así se hablaba en su pueblo, hasta a los niños se les hablaba de usted. Pero el ‘usted’ de Luis Enrique era como tutear porque generaba confianza, sin importar que fuera el jefe. Siempre le agradeceré no sólo haberme guiado en mis primeros pasos como columnista, sino abrir el espacio para escribir una columna sobre industria de la salud”.

Otro de sus atributos fue su estilo que imponía respeto, porque tenía por norma hacer las cosas bien, trabajar en equipo y “no tener miedo a los números” pero también generaba confianza en la gente con la que trabajaba. Ana María Rosas lo describe así:

“Siempre le hablé al licenciado Luis Enrique Mercado de usted y él me llamaba “doña Ana María”. El licenciado Mercado confió en mí desde el primer día, aunque yo no me formé en El Economista como tantos otros; siempre nos dio un voto de confianza. ‘Luis Enrique Mercado formó una familia’, escribió Orquídea Soto, una de las muchas periodistas que crecieron en la redacción de Avenida Coyoacán 515. En los días de elecciones el licenciado Mercado ayudaba a preparar paella para todos. Me atrevo a decir que conocía el nombre de todos sus colaboradores y quizá el de sus familias. A mí me preguntaba siempre cómo estaba mi padre. Muchos lo recordarán como el visionario que fundó un periódico económico en plena crisis, pero otros, como yo, seguramente recordaremos aquellas comidas en el estacionamiento y las largas charlas llenas de anécdotas durante las reuniones en la que fue su casa por casi 20 años”.

El proyecto de El Economista fue la culminación de años de trabajo y preparación de Luis Enrique Mercado en el ámbito de la finanzas y la economía, pues llevaba años en el medio y era conocido y respetado por todos en el periodismo, en el sector privado y en el gobierno.

“Era, antes que nada, un orgulloso zacatecano y también un periodista de cepa. Egresado de la escuela Carlos Septién García, fue pionero del periodismo financiero en México y desde los años setenta exploró la incipiente información de economía y finanzas en nuestro país, para después, en diciembre de 1988, fundar El Economista”, refiere Alejandro Rodríguez, consultor, periodista y amigo de El Economista de muchos años.

Recuerda que Mercado Sánchez era autor de la columna de análisis económico “Perspectivas” y del “Handicap Presidencial” bajo el seudónimo de Alejo Garmendia. “Se hizo notar con su opinión y sus puntos de vista en la opinión pública nacional.  Incursionó en política en 2009 pero nunca dejó de ser periodista, dirigiendo hasta su muerte el diario Imagen de Zacatecas. Era amigo leal de sus amigos, aficionado a los corridos, amante de los caballos y gran conversador, se le va a extrañar mucho”.

No se puede entender la personalidad del que fuera director de El Economista por dos décadas sin su insistencia en dar oportunidad a los jóvenes y mostrarles los caminos de la oportunidad, lo cual fue una constante en la redacción del periódico.

“En 1988 yo cursaba el último semestre de la carrera de Ciencias de la Comunicación y Periodismo, en la UNAM, y como parte de mi calificación final de la materia de géneros periodísticos debía entregar una entrevista, y Don Luis Enrique Mercado accedió a darme una entrevista.  Me recibió en sus oficinas de avenida Coyoacán. Su asistente me dijo, “cuenta usted con sólo 30 minutos”, los cuales se convirtieron en casi una hora media. Don Luis Enrique me compartió anécdotas, consejos de su quehacer periodístico. Me habló del panorama económico que en ese tiempo enfrentaba México, así como del objetivo y reto que, para el Economista, representaba ser un diario especializado. Al concluir le pregunté por qué, siendo una persona tan ocupada, me había brindado tanto tiempo para charlar y cumplir con mi trabajo escolar, y me contestó: “Me gusta apoyar a los jóvenes, y más si todavía están estudiando, si no tienen experiencia; esto les sirve para su formación profesional curricular...” Así lo describe Gabriela Narváez Ovando, responsable de Prensa y Medios de la Universidad Panamericana

Generaciones de egresados, primero de la Septién, y después de otras escuelas, pasaron por la redacción, a la que muchas veces Mercado Sánchez denominaba “La escuela de El Economista”

“Siempre estaré agradecida con Luis Enrique Mercado por llevar de la mano a la generación de periodistas a la que pertenezco”, afirmó la directora de Comunicación Social de Cofece, Gabriela Amador. “Con su don de gente nos convirtió en una gran familia. Siempre me ayudó, me guio, me puso donde había nota, me enseñó a redactar sin miedo. Maestro de corazón y uno de los mejores mentores que he tenido en mi vida. Fue una persona de gran generosidad”.

Y sus colegas también le reconocen, como Eduardo Ruiz-Healy, quien compartió su opinión sobre Luis Enrique Mercado.

“He perdido a un muy querido amigo.

Se nos adelantó Luis Enrique Mercado. El Covid-19 se lo llevó 17 días después de que también se llevara a su querida hermana Susi. Hablé con él entonces y me dijo que mis palabras eran “bálsamos para su alma”. Esa fue la última vez que conversamos.

Durante 25 años tuve el privilegio de tenerlo en mis programas en Grupo Fórmula. Sus comentarios sobre temas económicos y políticos eran siempre atinados, claros y muchas veces muy divertidos porque, además de amplios conocimientos, Luis Enrique poseía un gran sentido del humor y un amor a la vida que he visto en muy pocos. Muy pocas veces discrepamos porque nuestra apreciación de la realidad era similar.

Lo recodaré siempre por su gran generosidad y bonhomía; también por su sencillez y franqueza.

México ha perdido a un gran periodista en su peor momento y sus análisis y comentarios harán falta para entender el presente e imaginar el futuro.

Y yo he perdido a un muy querido amigo al que siempre extrañaré.

Que el recuerdo de Luis Enrique sea una bendición para su querida esposa Luzma, sus hijos y todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo”.

Para Luis Miguel González Márquez, director general editorial de el Economista, “más que la pérdida, se debe destacar el legado de Luis Enrique Mercado como fundador, mentor de generaciones de periodistas, su visión y determinación para incidir en la vida pública, primero desde las páginas del periódico y después en su papel como legislador en la XLI legislatura federal”.

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