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Mabe impacta en la agenda climática del país con sus productos

Para Mabe, “incorporar la sustentabilidad como estrategia de negocio hoy más que nunca es necesario, debido a que el mundo cambia constantemente y si hay algo que demanda de las organizaciones es esta apertura y sensibilidad a la adaptación”, explica Daniel Sosa.

Para Mabe, “incorporar la sustentabilidad como estrategia de negocio hoy más que nunca es necesario, debido a que el mundo cambia constantemente y si hay algo que demanda de las organizaciones es esta apertura y sensibilidad a la adaptación”, explica Daniel Sosa, gerente corporativo de Sustentabilidad en la empresa. Además, indica que “la sustentabilidad no es un activo reputacional, no es sólo algo que miremos desde una sola dirección, sino que buscamos impulsar un modelo integral que abarque las tres fronteras de la sustentabilidad: económica, social y ambiental, todas con la misma importancia”.

Así, a través de la Semarnat y el PNUD, trabajan en el proyecto de conversión tecnológica en sus plantas de manufactura. También, Sosa explica que “a mediados del próximo año estaremos logrando una reconversión de 100% de todo nuestro portafolio de productos para la región de América Latina con uso del gas refrigerante R-600a, para transitar de gases de tercera generación a gases de cuarta generación que ya no tienen ningún impacto en la capa de ozono y tienen una nula contribución al calentamiento global”.

Daniel Sosa menciona que “en este proceso identificamos que la sustitución del gas refrigerante nos iba a permitir incrementar la eficiencia energética y generar un impacto positivo en el medio ambiente. esto tiene que ver también con la congruencia y sentido de anticipación para poder estar alineados con acuerdos internacionales a los que se ha suscrito nuestro país, a través de la Semarnat, como el Protocolo de Montreal y la Enmienda de Kigali, que es justamente un acuerdo internacional en el que se anima a transitar a gases refrigerantes con menor impacto ambiental de una manera mucho más veloz”.

De tal suerte que uno de los beneficios es la reducción de 240,000 toneladas de CO2 al año, lo que nos permite encaminar nuestros esfuerzos hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Con ello “le brindamos a nuestros consumidores productos que poseen características adicionales que les permiten saber que consumen un producto integral”.

jocelyn.ramirez@eleconomista.mx

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