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El 87% de los contratos colectivos no cumplirán con la legitimación: CFCRL
En el marco del Foro: Cuenta regresiva, retos de la reforma laboral rumbo a mayo de 2023, representantes sindicales coincidieron en que no debe haber prórroga para la legitimación de los contratos colectivos de trabajo.
Después del 1 de mayo de 2023, fecha en la que concluye el plazo para la legitimación de contratos colectivos de trabajo, “no se acabará el mundo”, el proceso de legitimación es un escalón más de la reforma laboral, y lo que “prevemos es que haya una alta demanda de Constancias de Legitimación”, afirmó el director del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL), Alfredo Domínguez Marrufo.
Entrevistado al término de su participación en el Foro: Cuenta regresiva, retos de la reforma laboral rumbo a mayo de 2023, Domínguez Marrufo explicó que la mayor demanda de Constancias de Representatividad protegerá a los trabajadores y a los patrones de organizaciones sindicales fantasma, ya que éstas deben contar con el 30% del apoyo de los trabajadores, en caso de que se quiera demandar la titularidad de un contrato colectivo.
Lo anterior, debido a que se espera que en 90 días se den por terminados 87% de los contratos colectivos existentes en el país -al no cumplir con la legitimación- por lo que abundarán los contratos individuales, con la posibilidad de que vuelva a solicitarse un nuevo contrato colectivo por nuevos sindicatos.
Cabe señalar que la Constancia de Representatividad fue creada en la reforma de 2019 para evitar que las empresas puedan ser extorsionadas para obligarlas a firmar un contrato colectivo de trabajo. Datos del CFCRL destacan que entre el 18 de noviembre y 31 de diciembre se habían solicitado 1,762 Constancias de Representatividad.
El director del Centro Federal Laboral afirmó que “lo que esperamos es que para el primero de mayo no tengamos más de 20,000 contratos colectivos de trabajo, ¿Qué va a pasar? No se va a acabar el mundo. Dicen que se van a cerrar las empresas, van a matar a la gallina de los huevos de oro si no se legitiman. No es así. No ha sido así”.
Detalló que hasta el momento se tienen más de 12,600 contratos colectivos que han sido legitimados y otros 146 que fueron rechazados por los trabajadores.
Adelantó que el saldo final será 18,000 contratos legitimados después del 1 de mayo. Y se espera que después de esa fecha se incrementen las solicitudes para obtener constancias de representatividad por parte de los sindicatos.
En el mismo panel participó Pablo Solorio, agregado Laboral Principal de la Embajada de Estados Unidos en México, advirtió que no debe haber prórroga para la legitimación de los contratos colectivos de trabajo.
“El proceso de legitimación es para poder depurar el sistema que tenía muchos contratos colectivos de protección. Al igual que el gobierno de México, anticipamos que muchos contratos simplemente caducarán después de mayo. El propio gobierno ha declarado públicamente que no extenderán el plazo, nosotros apoyamos este enfoque, tendríamos preocupaciones sobre la extensión de una fecha límite de las legitimaciones. Ya que la legitimación de los contratos y la fecha límite están enmarcadas dentro del T-MEC”, comentó Solorio.
En su oportunidad, José Carlos Bazán, agregado principal Laboral de Canadá en México, advirtió que la reforma laboral es un cambio tremendo que no se puede dar de la noche a la mañana, pero también están conscientes que se debe cumplir con los tiempos de ley.
En tanto, Paolo Marinaro, director de Programa México del Centro Solidaridad comentó que “las organizaciones democráticas deben ser el sujeto fundamental del cambio que se promueva a través de la reforma laboral”, pues tienen la oportunidad de que su voz y voto realmente cuentan en los procesos vinculados a sus derechos laborales; con dos acontecimientos importantes: los cambios en la Reforma Laboral y la inclusión del Capítulo Laboral que tiene sanciones como parte del T-MEC”.
Así, representantes sindicales hablaron de los problemas que han surgido para poder legitimar contratos colectivos, como resistencias por parte de las empresas hasta actos de violencia por parte de los sindicatos que pierden el control de los contratos colectivos.
pilar.martinez@eleconomista.mx
kg