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México, con potencial para bajar “adicción” al maíz amarillo importado
Con semilla de alto rendimiento, infraestructura y certidumbre comercial, es factible alcanzar la meta de la Sader de elevar en ocho millones de toneladas la producción del grano, en el que México es ampliamente deficitario, afirman.
Con semilla mejorada –no transgénica–, acompañamiento técnico y certidumbre en la comercialización, el campo mexicano puede elevar dramáticamente su producción de maíz amarillo y bajar su dependencia del grano importado, afirma Jorge Arturo de Jesús Monreal, gerente senior de Abastecimiento y Logística de Maíz en Ingredion México.
El último ciclo agrícola (octubre del 2020-septiembre del 2021), la demanda mexicana de maíz amarillo ascendió a 19 millones 877,000 toneladas, sin embargo, la producción nacional fue de apenas dos millones 804,000 toneladas, de acuerdo con datos preliminares de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Por su parte, las importaciones escalaron a un máximo histórico de 15 millones 811,000 toneladas. Del 2013 a la fecha, la demanda creció 150%, mientras que la producción nacional avanzó 61% y las importaciones se triplicaron al expandirse 211 por ciento, según las cifras de la Sader.
De la mano con la biotecnológica Corteva, Ingredion lanzó este año Horizonte Amarillo, una iniciativa para invitar a los agricultores mexicanos a cultivar maíz amarillo, ofreciéndoles semilla mejorada, acompañamiento técnico y la compra a precios preferenciales de la producción lograda.
El programa ya está operando en el estado de Jalisco –el primer productor de maíz amarillo de México– y comenzará a implementarse en Sinaloa a finales de este mes o principios de julio, confirmó Jorge Monreal en entrevista.
"El primer año tenemos como proyecto piloto alcanzar al menos una producción de unas 150,000 toneladas como parte de la iniciativa. Sin embargo, México es un país que es totalmente deficitario en maíz amarillo. Realmente lo que se busca a largo plazo es cubrir ese déficit”, dijo.
Aunque no hay una coordinación directa con el gobierno en este tema aún, la iniciativa de Ingredion y Corteva coincide con el propósito del gobierno federal de lograr la autosuficiencia del país en granos básicos.
En la visión de la Sader, si la producción de maíz amarillo aumenta por lo menos ocho millones de toneladas (llevando la producción total a unos 11 millones de toneladas), México podrá declararse autosuficiente, al producir más del 50% de la demanda nacional.
Esta meta, afirma Jorge Monreal, es alcanzable en el mediano y largo plazos, pero para conseguirla es necesario convencer a los agricultores de que el maíz amarillo puede competir en rentabilidad frente a otros cultivos exitosos como los berries, el aguacate o el limón.
El ejecutivo asegura que la semilla de alto rendimiento que suministra su aliada Corteva puede generar rendimientos por arriba de las 10 toneladas por hectárea, es decir, comparables a los de las regiones más productivas de Estados Unidos, el principal proveedor de maíz amarrillo de México.
¿La semilla mejorada compite en rendimiento con las semillas transgénicas?
Sí, por supuesto. Totalmente. Son semillas con el tratamiento tradicional. Son semillas híbridas que tienen un potencial de rendimiento alto. Nosotros hemos visto en el estado de Jalisco parcelas con 15-16 toneladas por hectárea.
De enero a diciembre del año pasado, el valor de las importaciones mexicanas del grano creció un notable 66% a 5,146 millones de dólares, afianzándose como el bien agropecuario más importado por nuestro país, superando por un amplio margen a otros como la soya (3,362 millones de dólares), carne de cerdo (2,030 millones) o el trigo (1,695 millones), según cifras de la balanza comercial que calcula el Banco de México.