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México logra la novena posición en atracción de IED en el mundo en 2023
El flujo de capital extranjero que recibió nuestro país el año pasado (36,000 millones de dólares) le permitió superar a cuatro países en comparación con 2022 (España, Austria, India y Suecia), a la vez que fue rebasado por Alemania, por lo que avanzó tres posiciones netas.
México se ubicó en el noveno sitio entre los mayores receptores de Inversión Extranjera Directa (IED) en el mundo en 2023, con 36,000 millones de dólares, informó la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Se trata de la mejor posición histórica que registró México, tras haber alcanzado el décimo puesto en tres ocasiones previamente.
El monto de IED que recibió México de 36,000 millones de dólares, el mismo que un año antes, le permitió superar a cuatro países en comparación con 2022 (España, Austria, India y Suecia), a la vez que fue rebasado por Alemania, por lo que avanzó tres posiciones netas desde el lugar décimo segundo.
De acuerdo con el Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2024, la lista de los mayores receptores de IED en 2023 está encabezada por Estados Unidos, con 311,000 millones de dólares, seguido por China (163,000 millones), Singapur (160,000 millones), Hong Kong (113,000 millones) y Brasil (66,000 millones).
Mundialmente, los flujos de IED en 2023 totalizaron 1.33 billones de dólares, 2% menos que en 2022. Esta cifra se vio afectada por las fuertes oscilaciones de un pequeño número de economías europeas. Excluyendo el efecto de estos conductos, las entradas mundiales disminuyeron más de 10 por ciento.
Desde 2019, la distribución geográfica de los proyectos de fabricación se ha desplazado hacia ubicaciones más cercanas a los mercados de origen de las empresas multinacionales, especialmente en sectores estratégicos.
La UNCTAD indicó que Europa y América del Norte han surgido como destinos principales -como era de esperar, teniendo en cuenta que la mayoría de las empresas multinacionales en el ranking son de Estados Unidos (19), Europa (53) y Japón (10)-, con América Central (incluido México -así lo clasifica este organismo-), África del Norte y Asia Occidental y Central también ganando tracción.
Esta tendencia refleja un giro estratégico hacia la regionalización y la relocalización (nearshoring), impulsado por la necesidad de mejorar la resistencia de la cadena de suministro y reducir los riesgos geopolíticos”, dijo la UNCTAD en su informe.
Empresas como Hon Hai Precision Industry y Samsung Electronics han reevaluado su huella de fabricación en China debido a las tensiones comerciales.
Una parte significativa de sus productos, especialmente chips y productos electrónicos de alta tecnología, se producen en plantas de fabricación en China y se exportan a Estados Unidos.
Hon Hai redujo sus proyectos de nuevas inversiones (greenfield) en China de 23 a seis, mientras que Samsung disminuyó los suyos de nueve a uno.
“Ambas empresas han empezado a invertir en nuevas instalaciones de fabricación en sus mercados nacionales y en otros países como Vietnam, India y México, por orden de tamaño de la inversión. Hon Hai Precision Industry triplicó el número de proyectos de fabricación en Vietnam”, agregó la UNCTAD.
La cuota de inversión estratégica en fabricación en Centroamérica también ha venido aumentando. Fabricantes de la industria automotriz, como Robert Bosch (Alemania), Toyota Motor (Japón) y Volkswagen (Alemania), han optado por invertir en México, en gran medida por su proximidad a Estados Unidos.
Empresas multinacionales de los sectores farmacéutico y de instrumentos médicos, como Bayer (Alemania), Medtronic (Irlanda) y Johnson & Johnson (Estados Unidos), han elegido Costa Rica para sus proyectos de inversión.
A nivel global, las entradas de IED en las economías en desarrollo, que han sido sólidas en los últimos años, disminuyeron 7% en 2023.
A su vez, los flujos hacia las economías desarrolladas, netos de conductos, cayeron 15 por ciento. Se vieron afectados por las reconfiguraciones financieras de las empresas -impulsadas en parte por las medidas para introducir un impuesto mínimo mundial para las grandes empresas multinacionales (EMN)- y por una gran caída del valor de las fusiones y adquisiciones transfronterizas.