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México, ¿mal negocio para Telefónica si vende hoy a Movistar?

El valor que la empresa española le da a Movistar en México es inferior que los 2,500 millones de dólares que en 2014 ofreció AT&T al Grupo Salinas por la marcas Iusacell-Unefon y sus 8.5 millones de usuarios, que entonces ya enfrentaba una sangría de clientes por su deficiente servicio y con una tecnología que luego entorpeció a AT&T en sus planes de fusión con Nextel.

Telefónica sopesa la venta de su marca mexicana. El grupo no ha desmentido oficialmente las versiones en prensa que cifran una cesión de activos en 1,900 millones de euros como la cantidad más elevada para un potencial oferente que sueñe con Movistar México. Tampoco es la primera ocasión en que los medios son utilizados para filtrar informaciones relacionadas con este tipo de transacciones acerca de Telefónica y de otras compañías del sector.

Un alto ejecutivo de Movistar comentó en la semana anterior, fuera del micrófono, que en varias ocasiones los medios ya le han puesto el cartel de venta a la empresa, sólo que esta vez la prensa española reveló un número, que, dijo el directivo, “es muy barato” y tiene razón.

Aún con el atribulado momento histórico que vive Movistar en México, la empresa ha invertido cerca de 13,000 millones de dólares en el país durante sus casi 18 años en el mercado local, desde que comenzó a comprar la marca Pegaso y a unificar en una misma firma también a las otras compañías que un día fueron de Motorola, hasta la reciente compra de 40 MHz de espectro para servicios 4.5G en la banda de los 2.5 GHz, que está próxima a tener en concesión, con la entrega de su título de obligaciones y derechos. 

Sus 26.27 millones de clientes propios a junio de 2018 entre fijos y móviles y entre finales y empresariales, y una subida del 14% en sus clientes de pospago, más el soporte que significa ser la plataforma por donde viajan los servicios de una docena de operadores móviles virtuales, que a su vez atienden a cerca de un millón de clientes y adicionalmente ser uno de los soportes principales para el crecimiento de la Red Compartida en el centro del país por la renta de su infraestructura pasiva, le trae más valor a esta empresa.

Telefónica en México también posee espectro radioeléctrico en las bandas de 850 MHz y de 1.9 GHz, más un título de concesión que la habilita a ofrecer servicios satelitales como televisión de paga, pero que ha preferido explotarlo en la oferta de capacidad para terceras empresas desde su telepuerto en el Estado de México, de ahí que, por ejemplo, los accesos de su negocio de M2M hayan despegado 32% en el primer semestre de año, de acuerdo con el reporte semestral de la empresa a la Bolsa de Madrid. 

Movistar tenía 2,829 empleados en México al cierre de 2016; 2,479 en el ejercicio de 2015 y alrededor de 524 proveedores locales a los que dirigía entonces entre el 86 y 92% de todas sus compras para mantener operativo su negocio en este mercado.

Todo ello hace pensar que la cifra de 1,900 millones de euros o de 2,197 millones de dólares parezca insuficiente para animar a Movistar a salir de México.

La cantidad incluso está abajo de los 2,500 millones de dólares que en 2014 ofreció AT&T al Grupo Salinas por la marcas Iusacell-Unefon y sus 8.5 millones de usuarios, que entonces ya enfrentaba una sangría de cerca de un millón de clientes por un deficiente servicio; con un consumo medio de servicios y a la baja, y con una tecnología que entorpeció a AT&T en sus planes de fusión con Nextel.

“Los activos que Telefónica tiene en México son valiosos y el tema no tiene que ver con el hecho de vender barato, caro o si es arriesgado hacerlo ahora, pues un precio de venta varía por muchos factores. El punto es para qué vender, quién compra y qué hará con ese dinero. El que llegue, si llega otra empresa, deberá ser un operador con hambre de mercado y no cualquiera puede competir en México, porque incluso Verizon y Vodafone salieron de Iusacell y se fueron de México. Si se va, sería para pagar deuda y/o reforzarse en otros mercados”, comenta Juan Gnius, analista en Telracom.

“Desde meses atrás la cúpula de Telefónica hablaba de una venta de activos y se conoció que si esta acción se concretaba, sería una venta con valor, no un mero remate. Porque esta cantidad de 1,900 millones de euros –que también es la primera vez que se escucha un número– no generará un gran alivio a las finanzas del grupo; difícilmente será relevante como para apagar los fuegos que causa la abultada deuda de Movistar. Si se van, es porque han decidido resignarse y apostarle a otros mercados y si deciden mantenerse, Movistar debe tener claro las inversiones que tendrá que hacer muy pronto, en principio con su 2.5 GHz que apenas ganó”, expone Jorge Fernando Negrete, jefe en Mediatelecom Policy & Law.

A escala mundial, Telefónica enfrentaba a junio de 2018 una deuda de 43,593 millones de euros (50,341 millones de dólares), la misma se había reducido en 637 millones de dólares (735 millones de dólares) en el periodo. Ese es el problema que tiene Movistar en el plano global y en el local la competencia de AT&T y Telcel que le mete presión a su operación

México representa aproximadamente el 3% de las ventas totales de Telefónica en el mundo, sostienen los especialistas, y los números de la compañía no se encuentran del todo bien en este mercado.

El reporte anual de 2017 auditado por PwC revela que las ventas de México para Telefónica han tenido notables bajas: 1,783 millones de euros en ingresos en 2015, 1,410 millones de euros en 2016 y 1,336 millones de euros en 2017. Y en el mismo reporte auditado por PwC también se lee que la empresa registró un deterioro de su fondo de comercio por 91 millones de euros en México.

“Movistar tiene muy buenos activos y ha tenido muchas buenas oportunidades, aunque no todas han sido aprovechadas. Sin ir muy lejos, han podido ofrecer TV de paga y representar una verdadera competencia a Sky y Dish y no lo hicieron; pudieron comprar Iusacell y tampoco actuaron y aún no han podido elevar el consumo de sus usuarios –55 pesos promedio–, aunque, cierto, han visto avance en otros rubros”, dice Negrete Pacheco, de Mediatelecom. “México está siendo muy competitivo y demandante de inversión y convergencia. El reto para Movistar es que en el mediano plazo deberá ofrecer servicios convergentes fijo-móvil y en video, pensar en inversión para 5G y para ello tiene ya que generar más positivos para enfrentar a AT&T y Telcel”.

En un foro de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti) de la semana pasada, el presidente de Telefónica México, Carlos Morales, aceptó que en el país “dos operadores no están generando dividendos positivos para sus empresas” y que parte de este diagnóstico tiene que ver con el entorno regulatorio que aún beneficia al agente económico preponderante, que, a decir del ejecutivo, encuentra la manera de invertir menos respeto a su competencia, aun teniendo la mayor participación de ingresos en el mercado.    

“Telefónica está en un momento importante”, agrega Juan Gnius, de Telracom. “Si vende en México es para reducir deuda, para no dirigir más dinero a esa operación que le reporta poco o para concentrarse en otros mercados más rentables y protegerse de lo que ocurra en otros más, como Argentina, que obviamente allí su operación va a caer también como para otras empresas por la crisis. Todo ello es lo que tiene que contemplar”.

Sin duda, Argentina es un mercado prioritario para Telefónica, allí la compañía generó 3,495 millones de euros en 2017, frente a los 1,336 millones de euros de México en el mismo ejercicio.

“Es cuando piensan qué tan dispuestos y cuánto dinero poner en una operación que hoy no levanta el vuelo por todas esas circunstancias de mercado. Las cuentas son claras y en México le está costando a Movistar poner el pie”.

abr

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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