Lectura 2:00 min
México y EU hacen visibles diferencias en electricidad
Rocío Nahle afirmó que su contraparte no había expresado preocupaciones, pero por primera vez, la administración Biden externó sus inquietudes.
La visita a México de Jennifer Granholm, secretaria de Energía del gobierno estadounidense encabezado por el demócrata Joe Biden, concluyó con apreciaciones opuestas sobre las conclusiones de las reuniones que sostuvo con el presidente Andrés Manuel López Obrador y otros altos funcionarios de su gobierno.
En la visión de la secretaria de Energía del gobierno mexicano, Rocío Nahle, externada el jueves por la noche, no hubo ninguna preocupación de su homóloga con respecto a la iniciativa de reforma eléctrica que está próxima a discutirse en el Congreso mexicano.
“Fue un diálogo muy ameno, muy respetuoso, tanto de la política energética de Estados Unidos como la de México y (hubo) una descripción breve de la reforma que presentamos, que es muy buena, y todo bastante bien, con mucho respeto”, dijo al término de la reunión de Granholm con el presidente López Obrador en Palacio Nacional.
¿Hubo alguna preocupación del gobierno de Estados Unidos? Se le cuestionó de forma directa. “No, todo muy bien”, aseveró Nahle.
El viernes, sin embargo, Granholm dejó claro que, al margen de la cordialidad y la buena actitud de ambas partes, el gobierno que representa tiene “verdaderas preocupaciones” sobre los posibles impactos negativos que los cambios constitucionales tendrían sobre la inversión estadounidense.
En un comunicado, la funcionaria agregó que, de aprobarse la iniciativa, se dificultaría la cooperación binacional en materia de transición energética y cambio climático.
Y el sábado, en la misma tónica, se hizo pública una carta firmada por Gina Raimondo, secretaria de Comercio, Katherine Tai, representante comercial de la Casa Blanca, y la propia Granholm, en la que le expresan al representante republicano Earl Carter que comparten su preocupación por los cambios planteados en México, dándole respuesta así a una misiva enviada por el legislador el pasado 3 de noviembre.
Hasta ayer por la noche ni la secretaria Nahle, ni el canciller Marcelo Ebrard –también partícipe de las reuniones con la funcionara estadounidense– habían emitido alguna respuesta respecto del posicionamiento de Jennifer Granholm.