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Milei batalla también para ampliar gasoducto
“No hay plata”, parecen haber dicho las empresas privadas que podrían participar de la construcción de la segunda etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta, algunas de las cuales incluso se podrían beneficiar de esa mega obra al acelerar sus negocios de producción y transporte de gas natural y eventualmente las exportaciones a Brasil.
“No hay plata”, parecen haber dicho las empresas privadas que podrían participar de la construcción de la segunda etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) de Vaca Muerta, algunas de las cuales incluso se podrían beneficiar de esa mega obra al acelerar sus negocios de producción y transporte de gas natural y eventualmente las exportaciones a Brasil.
El presidente Javier Milei empieza a sufrir lo mismo que les pasó a sus antecesores Mauricio Macri y Alberto Fernández entre 2019 y 2020 con la primera etapa del gasoducto: ningún privado se acerca definitivamente con financiamiento propio, por lo que la obra sigue demorándose in aeternum.
Así, la empresa pública Energía Argentina (Enarsa) postergó hoy, por tercera vez, el plazo de presentación de ofertas para la compra de cañerías hasta el 22 de abril. La fecha original era el 1 de diciembre y se fue prorrogando primero hasta el 20 de diciembre y después hasta el 22 de enero.
Hasta el momento solamente estaba firme el interés de Techint para hacer los caños en su planta de Usiminas, en Brasil, con el financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) por unos 400 millones de dólares, pero la tensión bilateral entre Milei y su par vecino, Luiz Inácio Lula Da Silva, enfrió el proceso.
Fuentes cercanas a la licitación señalaron que China y Arabia Saudita preguntaron tiempo atrás por la obra, mientras que también merodean los hermanos Mas, dueños del Inter Miami -el equipo donde juega Leo Messi-, quienes ven en la Argentina un enorme potencial para su constructora Pumpco, a partir de los negocios que abren el petróleo y el gas de Vaca Muerta.
A los privados, más allá del enorme interés, les está costando viabilizar una propuesta técnica y económica con un esquema financiero posible en este contexto de Argentina, el riesgo país continúa en la zona de los 2,000 puntos básicos.