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No avanza la igualdad en el trabajo del hogar y los cuidados: mujeres realizan 73% de estas tareas

Pese a todos los esfuerzos empujados desde distintos ejes, la brecha de género en la distribución de las tareas del hogar y los cuidados persiste. Las mujeres dedican casi tres veces más tiempo que sus pares hombres a estas actividades.

El trabajo de hogar y de cuidados no remunerado al interior de los hogares recae desproporcionadamente en las mujeres y, pese a los esfuerzos de política pública para redistribuirlo, estas brechas no logran cerrarse. 

En términos del tiempo se observó que las mujeres siguen dedicando casi tres veces más tiempo al trabajo del hogar que sus pares hombres, sin importar si trabajan en el mercado o si son amas de casa.

El 73% de estas tareas es realizado por las mujeres, mientras que los hombres aportan el 27% restante, según las estimaciones de la Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado en los Hogares.

Seguir la tendencia de esta distribución de trabajo es fundamental: pese a que muchas más mujeres se han integrado al mercado laboral y aportan económicamente al hogar, eso no se ha traducido en una distribución más igualitaria de las tareas dentro de casa. 

Las cifras muestran que en los últimos 20 años, el valor económico del trabajo del hogar que realizan los hombres incrementó 3 puntos porcentuales, mientras que el de las mujeres 2.8 puntos. Y la brecha se mantiene casi igual. 

Alimentar, limpiar y cuidar, lo que más tiempo consume

En el desglose por tipo de actividades se observa que la compra y preparación de alimentos es la que más tiempo consume en los hogares mexicanos: 3 de cada 10 horas de trabajo no pago del hogar se van en la alimentación

La limpieza y mantenimiento de la vivienda consume el 26% del tiempo dedicado al hogar, particularmente de las mujeres. Por su parte, el cuidado a terceros consume cerca del 15% de este tiempo.

El 29% restante se destina para actividades de limpieza de ropa y calzado, compras y administración del hogar y apoyo en otros lugares o trabajo voluntario.

Si el trabajo del hogar se pagara...

Aunque las personas no reciben un pago por las tareas de limpieza, organización, alimentación y cuidado a otros, sí tienen un valor de mercado. Si los integrantes del hogar no limpiaran o cuidaran de los niños, tendrían que pagar a alguien por hacerlo.

Durante 2022, el valor de estas actividades fue equivalente a 7.2 billones de pesos, de los cuales las mujeres, adolescentes y niñas que participan en el trabajo del hogar generaron 72% del valor económico de estas tareas.

Esto implica que, si se pagara por realizar el trabajo del hogar, cada mujer tendría que recibir 6,433 pesos cada mes por las tareas que realiza en la vivienda.

Esto se profundiza cuando se desglosa por decil o por condición indígena: las mujeres más pobres y las que hablan alguna lengua indígena realizan casi el doble de trabajo del hogar que la cifra general. 

¿Por qué es importante?

La persistente y profunda desigualdad de género en el trabajo no pagado de los hogares tiene un impacto negativo en el desarrollo de las mujeres y el ejercicio de sus derechos.

Según las estimaciones del Inegi, en promedio, cada mujer dedica alrededor de 6 horas al día a limpiar, cocinar, lavar ropa, cuidar a niños o abuelos o hacer las compras. Y, en México, al menos 45% de las mujeres en edad laboral tienen un empleo remunerado.

Esto produce que cerca de la mitad de las mujeres adultas enfrenten dobles jornadas laborales: una de 8 horas fuera del hogar y una de 6 horas —sin pago— por su trabajo dentro de casa.

Las mujeres en México tiene menos tiempo que sus pares hombres para dedicarse al desarrollo profesional, al ocio, al entretenimiento o al deporte. Adicionalmente, los tiempos excesivos de trabajo —remunerado o no— golpean la productividad. 

En México se trabaja por la creación del primer Sistema Nacional de Cuidados de América Latina, impulsado por el Inmujeres y ONU Mujeres. La iniciativa busca, desde la política pública y la acción de instituciones contribuir al cierre de brechas sociales y de género, a la movilidad social y a la universalización de derechos.

Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista especializada en género, derechos humanos, justicia social y desarrollo económico.

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