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PIB industrial sufre su mayor caída desde 2009

El desempeño de las manufacturas fue insuficiente para compensar lo que ocurrió en el sector de la minería, que es el componente que más está sufriendo de la industria.

La industria mexicana cerró 2017 con el mayor descenso en el Producto Interno Bruto (PIB) desde la gran recesión de 2009. Las cifras originales arrojan que el producto del sector industrial se contrajo 0.6% anual al finalizar el año, enmarcando la primera caída acumulada para la actividad en cuatro años y la más importante desde 2009.

La estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) sobre los resultados del PIB durante el cuarto trimestre del año expuso que durante el último trimestre del año el PIB del sector secundario descendió 0.7% a tasa anual, acumulando tres trimestres en cifras negativas. Estos datos señalan una racha no vista por el sector desde hace ocho años.

Cerca de 30% de la producción de México se origina en la industria, lo que la ubica como el segundo motor más importante del aparato económico del país, sólo detrás de los servicios. La construcción y sobre todo la manufactura son los brazos más importantes de la actividad industrial.

José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), dijo que el sector manufacturero resaltó como el elemento que impidió una contracción mayor, ya que tuvo crecimientos que rondaron el 3.0% la mayor parte del año, derivado del buen desempeño de las exportaciones de manufacturas y de que el mercado interno demandó productos del sector.

Lo cierto es que el desempeño de las manufacturas fue insuficiente para compensar lo que ocurrió en el sector de la minería, que es el componente que más está sufriendo de la industria, sobre todo por la parte vinculada con la extracción de petróleo. Ahí prácticamente se vive una recesión que se ha prolongado durante tres años, dijo De la Cruz. En segunda instancia se tiene la construcción.

En el transcurso del año la construcción se vio seriamente limitada tanto en el segmento público como en el privado. En el primero, por los recortes al gasto público por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y, en el segundo, por el clima de incertidumbre debido a la inestable relación comercial entre Estados Unidos y México, que provocó que proyectos privados fueran pospuestos o cancelados.

Como tercer elemento de arrastre dentro del sector industrial, De la Cruz señaló a las actividades de generación y distribución de electricidad, gas y agua, que prácticamente no tuvieron crecimiento.

Alejandro Cervantes, economista senior de Banorte, coincidió en que la caída del sector industrial estuvo explicada por el descenso en la construcción y la recesión de la industria minera, aunque añadió la desaceleración del sector manufacturero.

Expectativas moderadas

Para este 2018 las expectativas siguen siendo moderadas. Existen elementos que hacen pensar que persistirá la debilidad industrial. La parte de la construcción, de acuerdo al presupuesto, seguirá teniendo un bajo dinamismo. La parte vinculada con la minería y, sobre todo, la extracción de petróleo seguirán sin tener inversiones que permitan su repunte, dijo De la Cruz. Para la parte de electricidad, gas y agua, añadió, seguirán observándose elementos que obstaculizarán un crecimiento importante.

Para Cervantes, la construcción pública vislumbra posibilidades de recuperación en el primer cuarto del año, en el marco de las campañas electorales que se espera detonen el crecimiento de obras de infraestructura. Para la construcción privada los pronósticos no son tan optimistas, “es probable que la incertidumbre respecto al dinamismo de la economía mexicana genere una fuerte desaceleración en los flujos de inversión privada destinados a la construcción”, dijo.

Se dependerá de que las manufacturas sean capaces de mantener el dinamismo de 2017. “No tener ese pilar, ese motor de crecimiento sí es un factor que inhibe que el país pueda crecer realmente de manera robusta, más de 2 por ciento. El escenario desde mi punto de vista, y agregando que en la parte del sector servicios el cierre de 2017 marcó una desaceleración, lo que vemos es que la economía difícilmente va crecer más de 2 por ciento”, dijo De la Cruz.

Las afectaciones en el sector productivo lastraron al agregado de la economía, que cerró con el crecimiento anual más bajo en cuatro años, al alcanzar una expansión de 2.1% al terminar el año.

thamara.martinez@eleconomista.mx

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