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¿Por qué el capital privado es clave para el éxito de empresas en México?

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Cada vez más se habla del capital privado en nuestro país y es común escuchar que se ha convertido en una herramienta exitosa que las compañías utilizan para materializar los planes de crecimiento y lograr el éxito que se plantean sus accionistas y directivos.

Las cifras confirman este impacto positivo. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Capital Privado (AMEXCAP), en los últimos 20 años el capital comprometido por inversionistas ha acumulado más de 61,600 millones de dólares y las inversiones han alcanzado 39,900 millones de dólares a través de 3,260 transacciones. Esta industria es responsable de más de 1.4 millones de empleos en el país, casi el 10% del total de los puestos generados los últimos 18 años.

Para analizar los principales factores de éxito y los retos que enfrenta esta actividad, es importante primero conocer en qué consiste este mecanismo. El capital privado, también conocido como capital de riesgo, es una estrategia de inversión en la que fondos de pensiones, inversionistas privados, family offices, bancos de desarrollo, fundaciones, entre otros, participan de forma temporal en empresas con alto potencial de crecimiento.

El administrador de fondos se encarga de identificar a las organizaciones y canalizar los recursos, al mismo tiempo que brinda un acompañamiento. Para el inversionista, el objetivo es propiciar un crecimiento acelerado, lo cual le traerá como beneficio los retornos esperados sobre su capital invertido.

Es posible que las inversiones de capital privado se asignen para obtener una porción de capital mayoritaria o minoritaria en empresas de diferentes industrias. Asimismo, dependiendo del perfil y apetito de riesgo por parte del inversionista, el capital puede ser inyectado en empresas que se encuentran en las primeras etapas de su desarrollo, startups o en empresas ya establecidas que buscan una buena posición para consolidar sus planes de crecimiento.

El éxito de este mecanismo de financiamiento radica en diversos factores, como que los objetivos de las partes están bien alineados. Por un lado está el inversionista que busca obtener retornos importantes en un periodo limitado —idealmente con una salida a bolsa— y, por otro, la empresa que quiere enfocarse en el crecimiento de su negocio.

El capital privado no solo proporciona financiamiento, también facilita el acceso a otras alternativas de fondeo, al mismo tiempo que fortalece la posición de la empresa ante su industria, proveedores, distribuidores y canales de venta. Se pueden abrir puertas y generar oportunidades que, de otra manera, no están disponibles para la empresa.

Contar con un inversionista de capital privado en la empresa ayuda a mejorar la estructura organizacional, los sistemas de gestión y las prácticas operativas de una empresa, ya que los administradores de fondos quieren contar con los mejores elementos para reportar la situación actual y avances de la compañía a los inversionistas.

Otro factor clave para el éxito del capital privado es que, dada su naturaleza de operación a largo plazo, los inversionistas son más pacientes para obtener los retornos esperados y flexibles en el tipo de estructuras que pueden manejar. Durante los periodos largos de inversión el capital privado aporta —además de los recursos financieros— experiencia y conocimientos significativos.  Los administradores de fondos suelen tener una amplia red de contactos y experiencia en la industria donde invierten, lo que les permite dar asesoramiento estratégico, apoyo operativo y orientación en la toma de decisiones clave.

Si bien los beneficios de la inversión de capital privado son numerosos, también hay grandes retos por enfrentar. En primer lugar está la idea de que se trata de una alternativa de financiamiento demasiado cara o que implica la venta de la empresa, sin considerar los esquemas flexibles en el mercado y beneficios que trae el acompañamiento durante la inversión.

Se ha observado también que la percepción de valor que los accionistas tienen de su propia empresa frecuentemente está muy lejos de la estimación de valor realizada por el administrador de fondos de capital privado al evaluar una posible transacción de capital privado.

Aunque los administradores de fondos saben que la mayoría de las empresas objetivo de inversión son familiares y con bajos niveles de institucionalización, en ocasiones la informalidad en su operación y una estructura de negocio compleja son factores que pueden ahuyentar al inversionista por considerar que no hay suficiente transparencia.

En adición a estos retos relacionados con la empresa, el capital privado enfrenta la escasez de oportunidades de inversión, las barreras legales y regulatorias, por ejemplo.

Superar estos retos requerirá esfuerzo conjunto de los actores involucrados, incluyendo a los gobiernos, reguladores, empresas y la comunidad de inversores de capital privado. Medidas, como mejorar el entorno regulatorio, fomentar la transparencia y la educación financiera, promover la colaboración público-privada y fortalecer las instituciones, contribuyen a superar estos desafíos y promover un crecimiento más sólido del capital privado en México.

Jorge Schaar, Socio Líder del Sector de Inversiones.

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