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Preparan lucha contra la talavera pirata
Interpondrán denuncias contra comerciantes que se aprovechan del nombre y tradición que tiene esta artesanía poblana.
Puebla, Pue. En la entidad únicamente entre 10 y 20% de las empresas dedicadas a la elaboración de talavera cuentan con la certificación de denominación de origen, entre ellas Talavera Uriarte, Talavera Reyna y Talavera Armando.
José Miguel León, gerente de ventas de la compañía Talavera Uriarte, reveló que el Consejo Regulador de Talavera interpondrá en el 2011 aproximadamente 100 denuncias en contra de comerciantes de Guanajuato, Puebla, Estado de México y el Distrito Federal que utilizan la palabra talavera para vender sus productos cuando no lo pueden hacer, ya que no la han certificado como lo dispone la Norma Oficial Mexicana (NOM) 132-SCFI-132-SCFI 1998.
Entrevistado por El Economista José Miguel León dijo que en la entidad hay al menos 50 talleres dedicados a la elaboración de este producto, aunque la mayoría no se ha certificado por la falta de recursos e interés de sus propietarios.
No obstante, agregó, el mayor problema no proviene de ellos, sino de comerciantes que ni siquiera fabrican este tipo de cerámica, sino que se aprovechan del nombre y tradición que tiene esta artesanía.
Explicó que una gran parte de los talleres dedicados a la elaboración de este artículo se localizan entre los límites de Puebla y Tlaxcala; sin embargo, ninguno de ellos se ha certificado, por lo que sus procesos de manufactura no están regulados.
Características
Detalló que los talleres que tienen la denominación de origen de talavera deben elaborar sus piezas a mano y únicamente hay seis colores permitidos: azul, amarillo, negro, verde, naranja y malva, los cuales deben estar constituidos de pigmentos naturales.
Las empresas certificadas deben obtener el barro negro y rojo en las zonas de Valsequillo y Atlixco del estado de Puebla. La pintura debe sentirse al tacto con una ligera elevación sobre la base. De hecho, el proceso de manufactura -que se remite al siglo XVI- lleva de tres a cuatro meses y es arriesgado, ya que una pieza se puede romper en cualquier momento.
Asimismo, las compañías certificadas deben pasar por una inspección bianual de sus procesos de fabricación.
Aunado a esto, hay una prueba hecha por la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Puebla para asegurar que el vidriado no contenga plomo en más de 2.5 partes por millón, dado que la mayoría de las piezas son usadas para servir alimentos, por lo que sólo aquellas piezas salidas de los talleres que alcanzan los estándares están autorizadas para llevar la firma del alfarero, el logotipo del taller y el holograma especial que certifica la autenticidad de la pieza.
Tradición de cuatro siglos
Los inicios se remontan a los Dominicos
A fines del siglo XII, los árabes introdujeron a España la loza blanca, antigua cerámica comúnmente cubierta de arcilla blanca y barnizada con estaño. De la región de Mallorca, España, pasó a Italia y de ahí se extendió a toda Europa.
En México, la alfarería tradicionalmente conocida como talavera es la más destacada de la cerámica mexicana.
Los inicios de la talavera se remontan a los Dominicos, quienes la elaboraban en su monasterio de talavera de la Reina en Toledo, España. Cuando los monjes se establecieron en México durante el periodo colonial trajeron vasijas con ellos o quizás alguien imitó los diseños, aseguró el investigador Luis Alberto Martínez Álvarez.
tdamian@eleconomista.com.mx