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Productividad laboral mejora a junio, pero no revierte descenso sexenal

Aun con el ligero avance del segundo cuarto del año, Índice Global de Productividad Laboral de la Economía que mide el Inegi se encuentra 4% por debajo de los niveles del 2018, lo que plantea dudas sobre la capacidad de la economía para sostener la reducción de la pobreza laboral.

Durante el segundo trimestre del 2024 la productividad de la mano de obra en México tuvo una leve mejora, pero sigue 4% por debajo del nivel que tenía al cierre del 2018 y se perfila a concluir el sexenio en números rojos, lo que genera dudas sobre la capacidad de la economía mexicana para seguir revirtiendo la pobreza laboral.

En el segundo trimestre del 2023, el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) con base en horas trabajadas se incrementó 0.2% en comparación con el primer cuarto del año, con lo que mantiene un discreto avance de 0.6% en el último año, de acuerdo con el reporte de indicadores de productividad laboral y del costo unitario de la mano de obra publicado este lunes por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

La historia reciente del indicador se resume en un desplome que se profundizó tras lo más crítico de la pandemia de Covid-19 hasta que tocó fondo en el segundo trimestre del 2022, y una leve recuperación desde entonces.

De acuerdo con la serie desestacionalizada, entre el cuarto trimestre del 2018 y junio del 2022, el IGPLE cayó 6.8% y, desde esa última fecha se ha recuperado 2.9%, lo que no revierte las pérdidas y deja la productividad laboral en un nivel 4% inferior frente al nivel que tenía al inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La productividad laboral de México cerrará el sexenio en terreno negativo (...) sin más productividad, no habrá prosperidad”, opinó Carlos Ramírez, consultor en Integralia Consultores, desde su cuenta de X.

El IGPLE resulta de la relación entre el Producto Interno Bruto (PIB) a precios constantes y el factor trabajo de todas las unidades productivas del país, calculado a partir de las cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi.

El avance de la productividad del factor trabajo refleja tanto el crecimiento de los acervos de capital fijo —y por lo tanto de la inversión fija— como el ritmo de crecimiento de la mano de obra y su capacitación.

En el caso mexicano, la moderada recuperación del IGPLE con base en horas trabajadas a partir de mediados del 2022 coincide con una fuerte reactivación de la inversión en capital fijo, ya que, entre junio del 2022 y junio del 2024, la inversión fija creció 25.5%, de acuerdo con el Indicador Mensual de la Formación Bruta de Capital Fijo (IMFBCF), del Inegi.

A nivel sectorial, el IGPLE con base en horas trabajadas del segundo trimestre creció 1.9% trimestral para el caso de las actividades primarias y 0.3% en cuanto a las secundarias, mientras que se observó un retroceso de 0.1% en las terciarias.

Este rezago de la productividad en las actividades terciarias es más evidente al observar la evolución sexenal, ya que el sector arrastra una caída de 7.4% entre el último trimestre del 2018 y el segundo del 2024, mientras que en el sector secundario la caída es de 1.3% y en el primario, por el contrario, hay un avance de 8 por ciento.

Remuneraciones, al alza

La atonía reciente de la productividad contrasta con la recuperación de las remuneraciones, lo que se palpa con la política de mejora salarial de este sexenio. Según el reporte del Inegi, el índice de remuneraciones medias reales en el sector de la construcción creció 13.4% anual entre abril y junio, mientras que la productividad bajó 2.3 por ciento.

En el comercio al por mayor las remuneraciones crecieron 7% en presencia de una caída de 5.6% en la productividad. En el comercio al por menor, las primeras crecieron 5.7% y la segunda bajó 1.1 por ciento.

Únicamente en las industrias manufactureras se observó un avance a la par de 2.8% en las remuneraciones y de 3.2% en la productividad.

Esta disparidad en el crecimiento de los salarios y el producto por hora trabajada plantea un desafío para sostener la política de recuperación salarial sin una mejora más contundente en la productividad, la cual debe asociarse a un mayor gasto en capital y capacitación.

“Tenemos una productividad igual a la de hace 24 años. No pueden crecer los salarios (sostenidamente) si la productividad no crece”, afirmó Eduardo Loría, investigador de la Facultad de Economía de la UNAM.

octavio.amador@eleconomista.mx

Editor de Empresas y Negocios en El Economista

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