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¿Qué es el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos?

Este proceso permite que las sociedades sigan operando bajo una pausa de su pago de deuda mientras se reestructuran; y al término de este proceso los acreedores sean pagados de acuerdo con los lineamientos acordados. A diferencia de otros recursos que buscan el término parcial o total de las actividades de una empresa; el Capítulo 11 es una posibilidad utilizada principalmente como medida precautoria.

Foto EE: Archivo

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El Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en Estados Unidos es uno de los apartados más comunes a los que se adscriben las empresas o individuos cuando no están en condiciones para pagar a sus acreedores pero buscan reorganizarse y continuar con sus operaciones. 

Básicamente permite que las sociedades sigan operando bajo una pausa de su pago de deuda mientras se reestructuran; y al término de este proceso los acreedores sean pagados de acuerdo con los lineamientos acordados. A diferencia de otros recursos que buscan el término parcial o total de las actividades de una empresa; el Capítulo 11 es una posibilidad utilizada principalmente como medida precautoria y no significa que los sujetos que inician este proceso están en quiebra total.

En este Capítulo, el 11, el deudor utiliza el tiempo que transcurre desde el momento de presentar los papeles de solicitud hasta el momento de confirmar el plan para liquidar la deuda y reorganizar sus finanzas. En caso de que la empresa, sociedad o individuo no pueda lograr reorganizar su deuda, y recibir la aprobación de un plan para liquidar su deuda, el caso del Capítulo 11 podría ser convertido a conformar con las normas de liquidación, del Capítulo 7.

¿Quiénes pueden protegerse bajo el Capítulo 11?

Esta protección está dirigida a las empresas grandes, medianas, pequeñas, los propietarios únicos y las asociaciones. 

La legislación estadounidense establece que cualquier empresa o individuo que cuente con domicilio, lugar de negocios o simplemente cuenta con activos en los Estados Unidos puede solicitar la supervisión de la corte para reestructura de sus finanzas y operaciones bajo las normas del Capítulo 11. 

De hecho, no importa la cantidad de activos que la empresa extranjera tenga en Estados Unidos, no hay un mínimo ni máximo para ser elegible a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras. 

En algunos casos, los depósitos retenidos en la firma legal contratada para el procedimiento en Estados Unidos podrían calificar como activos para ser un deudor elegible para acogerse al Capítulo 11.

¿Qué beneficios ofrece el Capítulo 11?

Este apartado es un tipo de conmutación de penalizaciones; generando que la empresa o los individuos que se acogen a él se desintegren; entren en liquidación inmediata y empiecen a producir recortes. En este lapso la ley da espacio al sujeto que continúe con sus operaciones y se reestructure sin presiones generadas por los acreedores. Al mismo tiempo da oportunidad para que negocie y plantee el plan de pagos de sus deudas. 

Adicionalmente, los procedimientos de reorganización bajo el Capítulo 11 tienen la ventaja de que la administración de la empresa mantiene el control de la compañía (a menos que el juez determine por condiciones extraordinarias nombrar a un interventor o fideicomisario), esta condición poco común en las legislaciones globales permite que los planes de reorganización sean por lo general más efectivos al mantener a directivos con capacidad de decisión que conocen a fondo la situación de la empresa, asociación o del individuo en cuestión. 

Los sujetos que se acogen a este apartado tienen, además, la posibilidad de acceder al “DIP Financing” (financiamiento de deudor en posesión, por sus siglas en inglés), uno de los más accesibles y baratos. 

¿Cuál es el procedimiento? 

La solicitud puede ser presentada de manera voluntaria por las empresas o individuos que buscan ampararse bajo el Capítulo 11 o bien, por alguno de los acreedores. 

Cuando ya ha sido presentada la petición, el solicitante se convierte en “deudor en posesión”, que implica que mantiene la propiedad y continúa con las operaciones. 

Para que la petición proceda deben también estar de acuerdo los acreedores con el plan de reestructuración de deuda y reorganización; adicionalmente también el juez asignado debe aprobar que el proyecto se encuentra en condiciones de viabilidad, justicia, buena fe, factibilidad y equidad para los intereses de los acreedores.

Después del proceso de convencimiento a acreedores, la votación y el conteo, el tribunal celebra una audiencia de confirmación para determinar si el plan es aprobado o no.

De pasar, las deudas existentes se descargan, y el declarante será el responsable de pagar a los acreedores según lo detallado en el plan de reorganización.

El Capítulo 11 puede tardar entre unos meses y hasta algunos años en completarse, dependiendo de las circunstancias. 

Algunos datos: 

Informes y estudios realizados en Estados Unidos sugieren que sólo entre el 10 y 15% de los casos aceptados bajo Capítulo 11 finalizan en reorganizaciones exitosas, esto referenciado del total de casos ingresados a la corte, no teniendo una estadística particular sobre la estadística de reorganización exitosa en compañías extranjeras.

Gran parte de los procedimientos que inician bajo la protección del Capítulo 11 con fines de reorganización terminan concluyendo en el apartado contenido en el Capítulo 7 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, que implica el cese definitivo de operaciones. 

Durante la pandemia Covid-19 gran parte de las aerolíneas de América Latina que tienen activos en Estados Unidos, como LATAM Airlines, Aeroméxico y Avianca, iniciaron sus procesos de reestructuración bajo el Capítulo 11.

Economista por la Universidad Nacional Autónoma de México. Periodista especializada en género, derechos humanos, justicia social y desarrollo económico.

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