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Renuncias ya alcanzaron a 34% de los contratos petroleros en México

Para la industria de la exploración y producción de hidrocarburos en el país, 2023 fue el año con más abandonos públicos a contratos desde la apertura del sector, pues 26 de los 38 procedimientos de renuncia (de un total de 111 bloques adjudicados) ocurrió en el recién finalizado año.

La tercera parte de los contratos petroleros otorgados en la administración pasada: un total de 38 de los 111 bloques adjudicados, ha sido devuelta total o parcialmente por las empresas al Estado. Estas renuncias suman un total de 42,958 kilómetros cuadrados, superficie que es 23% de los 184,000 kilómetros cuadrados adjudicados.

Y de estas renuncias, un total de 24 campos han sido devueltos en su totalidad, con lo que al llegar a diciembre de 2023 quedan 88 contratos de exploración y producción de hidrocarburos en México.

Según la búsqueda avanzada en actas del órgano de gobierno y el portal de administración de contratos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), los campos que ya fueron totalmente devueltos acumulan una superficie de 38,515 kilómetros cuadrados.

Esto equivale al 20% de la extensión territorial donde el gobierno calcula que existe potencial petrolero, según el plan quinquenal para estas actividades de la Secretaría de Energía.

A la vez, se han devuelto 4,443 kilómetros cuadrados en 14 contratos donde los operadores encontraron potencial sólo en una fracción de los campos y por tanto ejercieron su derecho de devolver la parte que no consideraron rentable. En las devoluciones ha participado un total de 21 operadores, de todos los tamaños y nacionalidades. En los procesos de renuncia, se encuentran multinacionales como BP, China Offshore, Repsol, Shell y Total, junto con otras de menor calado como las mexicanas Jaguar y Newpek.

Entre las empresas involucradas en consorcios que han renunciado a campos, están otras como Exxon Mobil, el consorcio entre argentinas formado tras la reforma del 2014, Hokchi Energy e incluso Petróleos Mexicanos.

En aguas profundas, casi 60% de devoluciones

En cuanto a las ubicaciones donde se han llevado a cabo los abandonos de bloques, destaca que un total de 19 contratos -que son más de la mitad de los 28 adjudicados- con una superficie de 36,823 kilómetros cuadrados, que es el 85% del área devuelta, corresponde a bloques en aguas profundas del Golfo de México.

En lo que respecta a devoluciones totales, van 16 bloques devueltos con tirantes de agua de más de 500 metros, es decir, el 57% de lo adjudicado en esta geología.

Como devoluciones parciales en aguas profundas, únicamente está el campo Trión, donde la australiana Woodside conservó únicamente 36 kilómetros cuadrados, correspondientes al 2.8% del área que obtuvo en licitación, para llevar a cabo el desarrollo en el yacimiento que ya se había encontrado y donde trabajará con Pemex. También están dos bloques en las Cuencas Salinas, operados por Murphy Sur y PC Carigali.

Las devoluciones en aguas someras suman 11 contratos, de los cuales siete son renuncias totales y cinco más regresaron una fracción del campo. En total, se ha devuelto una superficie de 5,039 kilómetros cuadrados en los litorales de baja profundidad del país.

Y en bloques terrestres las renuncias ascienden a ocho contratos, de los cuales siete fueron devoluciones de una parte. En total, se ha devuelto al Estado un área conjunta de 1,094 kilómetros cuadrados tierra adentro.

Sin penalizaciones

Conforme se ha detallado en las autorizaciones de renuncias dentro del órgano de gobierno de la CNH, el abandono de los bloques es un derecho conferido a los operadores desde la firma del contrato, por lo que no existen penalizaciones si se cumple con las actividades e inversiones comprometidas hasta ese momento. Así, se observa que únicamente ocho contratos devueltos han tenido multas, que en total suman 149.8 millones de dólares que las empresas en falta deberán pagar al Estado.

De las renuncias presentadas hasta ahora, 26 fueron desahogadas únicamente a lo largo del 2023.

Según involucrados, como representantes del órgano de gobierno del regulador y la industria, es bastante normal y hasta sano que se realicen actividades de búsqueda de hidrocarburos y si no son exitosas, se abandonen, con las inversiones necesarias. El problema, dicen, es que se realizaron 11 rondas abiertas, dos de asociaciones con Pemex y tres de migraciones de contratos en cinco años y luego, a partir del 2019, se dejaron de realizar y se va rezagando la posibilidad de encontrar hidrocarburos en el subsuelo mexicano.

Para Merlín Cochran, director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi), los ciclos de abandono de áreas petroleras son recurrentes.

karol.garcia@eleconomista.mx

Karol García es reportera de Empresas y Negocios.

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