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Sener da pie a cumplir de forma irreal meta de energía limpia
Con sus centrales viejas, CFE puede producir cuatro veces la electricidad limpia que se impuso como obligación para este año.
Los nuevos lineamientos para el otorgamiento de certificados de energía limpia (CEL) en México no solo multiplicarán la oferta de estos instrumentos en detrimento de su precio, sino también permiten un “cumplimiento artificial” de las obligaciones de generación eléctrica a través de fuentes limpias en México, advirtió la consultora Energyby5.
Las nuevas reglas permitirán que las centrales eléctricas limpias de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) instaladas antes del 2014 reciban CEL, y la CFE, a través de sus centrales hidroeléctricas y su nucleoeléctrica poseen la capacidad de producir casi cuatro veces la electricidad necesaria para cumplir con la meta de 5.8% de producción mínima de energía limpia, explicó Andrea Marín, directora general de Energyby5.
La analista detalló que de este modo se superará por mucho y de forma artificial la obligación de energías limpias hasta el 2022, invalidando así este mercado y su posibilidad de incentivar nuevas plantas renovables en el país.
Únicamente al considerar la generación hidroeléctrica, geotérmica y nuclear de los contratos legados de la estatal, se sobrepasa este 30% en la actualidad, explicó. Para el 2019, la obligación es de 5.8% de la generación a través de energías limpias, porcentaje que sube a 7.4% en el 2020, a 10.9% en el 2021, y a 13.9% en el 2022, para después regirse por la oferta y la demanda, según la Ley de Transición Energética.
“Ya se están cumpliendo de manera automática y artificial las metas. Si existe una oferta de más del doble de las obligaciones de CEL, éstos no valen nada, no existe ya el incentivo de ingresos para instalar nuevas plantas de generación limpia para los privados”, aseguró.
Según la experta, los precios de los CEL que se lograron comercializar en el 2018 rondaron los 300 pesos por unidad equivalente a un megawatt hora de energía sin emisiones de CO2. Estos ingresos influyeron en el diseño de nuevos proyectos y su apalancamiento para obtener financiamientos, mismos que buscarán amparos ante el acto de autoridad que ejecutó la Secretaría de Energía (Sener).
Con una comercialización de 9.3 millones de CEL entre enero del 2018 y el primer trimestre de este año —cuando concluyó la auditoría de estas obligaciones— se sobrepasó 5% de los alrededor de 18 millones de megawatts hora generados durante el primer año de este nuevo mercado. Sin embargo, la cancelación de las subastas de largo plazo dejó a la CFE sin mecanismos para adquirir CEL y, al ser responsable de la distribución de 80% de los consumidores —como único responsable del suministro básico—, la Sener modificó las reglas de otorgamiento de estos instrumentos, probablemente para garantizar las obligaciones de la estatal.
Pérdidas
Las potenciales pérdidas a que hizo alusión el Consejo Coordinador Empresarial, de 9,000 millones de dólares en ingresos para las plantas que iniciaron sus construcciones en el país ponderando la venta de CEL, no se comparan con las potenciales pérdidas no cuantificables de proyectos que con incentivos podían haber llegado y que hoy mirarán hacia otros mercados.
Además, los cambios en las reglas generan incertidumbre ante las empresas inversionistas y los agentes que otorgan financiamiento, lo que le resta competitividad a México para atraer nuevas instalaciones de energías renovables.
“Es un paso atrás en la expansión de la matriz de generación limpia y la mitigación de emisiones de CO2. Justo cuando Estados Unidos anuncia su salida del Acuerdo de París, México elimina la posibilidad de incentivar renovables, lo que nos deja bastante desamparados como planeta”, dijo.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Eólica, para que realmente incremente la capacidad limpia con los nuevos lineamientos, la meta debió iniciar entonces en por lo menos 25 por ciento. Además, la estatal podrá guardar certificados para venta posterior, porque éstos no tienen vigencia.
