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Socio de Oceanografía, bajo la lupa ante robos de gasolina

Pemex Refinación detectó que el efectivo manejado por el Grupo Gasolinero Mexicano, de Martín Díaz Álvarez, no se corresponde con el volumen de gasolina que se le entregaba para la venta al público.

Pemex Refinación detectó una serie de anomalías entre el combustible que le entregaba a Grupo Gasolinero Mexicano (GGM) -donde los accionistas principales son Javier Rodríguez Borgio y Óscar Rodríguez Borgio, junto con Martín Díaz Álvarez- y los recursos en efectivo que manejaba la empresa.

La disparidad entre ambas cuentas era impresionante , comentó una fuente con conocimiento del hecho. La cantidad de recursos que manejaba en efectivo el grupo no correspondía con la cantidad de combustible que se le entregaba. Había además diferencias imposibles por la cantidad de entregas que se hacía. En algunos casos los camiones de Pemex salían y regresaban cargados y en los registros se anotaba una entrega inexistente.

Martín Díaz Álvarez es socio en GGM y tiene apenas 3% de acciones de Oceanografía y de manera particular, sin la empresa prestadora de servicios en medio. También es socio de Amado Yáñez en los equipos de futbol Gallos Blancos de Querétaro y Delfines de Ciudad del Carmen.

Hasta ahora la posición de Pemex Refinación es que revisará a GGM siempre y cuando lo pida la Procuraduría General de la República como parte de las investigaciones que hace en torno al fraude en que habría incurrido la empresa de servicios petroleros en contra de Banamex, usando información falsa de supuestos contratos que tienen con la paraestatal.

En esta investigación lo que se tiene definido, hasta ahora, es que muchos de los recursos que se obtuvieron de Banamex sirvieron para pagar los primeros proyectos y, al continuar el flujo de recursos, se pagaban los siguientes. El problema para Oceanografía inició cuando fue inhabilitada porque se cortaban los ingresos futuros que habrían de pagar las deudas presentes.

Por otra parte, en las investigaciones en torno al mercado negro de combustibles se han obtenido resultados importantes y ya toda esa información está en manos del gobierno, específicamente de la PGR.

CAMBIO DE LÓGICA

A partir del año pasado la paraestatal cambió el enfoque de combate al robo de petrolíferos y en lugar de estar solamente cuidando los ductos se enfocó hacia el usuario final que son las estaciones de servicio.

Con este cambio de estrategia localizaron las estaciones de servicio que mayores ventas tienen, según el efectivo que manejan, y cruzaron estos datos con las cargas y entregas que se hacen a las empresas. GGM tiene cerca de 61 estaciones de servicio en el Estado de México, Distrito Federal, Aguascalientes, Tamaulipas, Michoacán, Hidalgo y Morelos y es de las pocas empresas gasolineras que pueden prestar servicios de crédito a los flotilleros.

De acuerdo con datos de Pemex la mayor parte de la infraestructura de la empresa coincide con los principales estados donde los reportes de robo de petrolíferos son comunes y la práctica de forzar a los clientes a vender combustible robado es una costumbre de parte del crimen organizado, que vende en 80,000 o 90,000 pesos un camión completo que vale más del doble.

luis.carriles@eleconomista.mx

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