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Subasta 5G: IFT teme que se subutilice el espectro por la atomización de regiones

La subasta IFT-12 es hasta ahora la licitación de frecuencias más robusta en la historia de México, pues irá al mercado con el concurso de 6,158 lotes de espectro para crear nuevos servicios de Internet, televisión, telefonía, telemedicina, educación a distancia y productos empresariales de alcance nacional, regional y local.

Foto EE: Archivo

Foto EE: Archivo

Al interior del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) existe la preocupación de que la actual configuración de la Licitación IFT-12, todavía en su etapa de consulta pública, desate más efectos adversos que benéficos a favor del consumidor.

El pleno de comisionados del IFT ha reconocido que existe la posibilidad de que el entramado de la IFT-12, conforme fue construido, permita a los operadores establecidos comprar espectro radioeléctrico en poblaciones rentables y dejar en la mesa aquel espectro de regiones con escasa rentabilidad; incluso, que gracias a la IFT-12 se dé el escenario en que las empresas retornen al Estado más espectro que haya dejado de hacer sentido a su plan de negocios, lo que provocaría que miles de mexicanos pierdan acceso a la cobertura de Internet, dado que las redes móviles son las que más han abatido la brecha digital en México en los últimos veinte años.

La Licitación IFT-12 es un proceso de adjudicación de frecuencias radioeléctricas con las que compañías proveedoras de servicios de Internet y telefonía móviles y de productos empresariales podrán desarrollar nuevos servicios de quinta generación (5G) y también para robustecer coberturas celulares ya existentes de 4G-LTE.

La subasta IFT-12 es hasta ahora la licitación de frecuencias más robusta en la historia de México, pues irá al mercado con el concurso de 6,158 lotes de espectro para crear servicios de alcance nacional, regional y local.

La particularidad de la IFT-12 radica en que, para este concurso, la Unidad de Espectro Radioeléctrico (UER) del IFT propuso la re-segmentación del territorio mexicano en 320 nuevas regiones celulares, llamadas ahora Áreas Parciales de Servicio y de una extensión promedio de 200 kilómetros cuadrados. Las APS se suman a las nueve regiones previamente conocidas que cubren territorios tan grandes como varios estados de la República y se añaden también a las 65 Áreas Básicas de Servicio o ABS de alcance más regional.

La razón de la Unidad de Espectro Radioeléctrico para establecer las APS se sustenta en que el contexto de la tributación fiscal mantenido por la Secretaría de Hacienda y apoyado por el Congreso, y las propias condiciones económicas del mercado mexicano de telecomunicaciones, ha provocado que las empresas del sector liguen ya cinco años consecutivos de devolución de frecuencias de espectro.

AT&T y Movistar protagonizan los casos más emblemáticos tras el retorno de varias de sus concesiones en las bandas de los 800 MHz, de 1.7/2.1 GHz, de 1.9 GHz y en los 2.5 GHz, porque su explotación lastimaba su operación financiera.

Ante estas circunstancias, la Unidad de Espectro Radioeléctrico propuso la creación de las APS, para que los operadores de menor escala financiera hallen la oportunidad de comprar el espectro suficiente para desarrollar cobertura celular en la región de su interés, con lo que en el mejor de los escenarios habría un empuje a la competencia y concurrencia de empresas de todos los tamaños y ofertas de productos, y que la cobertura celular pueda llegar hasta aquellos 5 millones de mexicanos que no conocen un servicio digno de Internet.

Pero el pleno del IFT ha aceptado que la Licitación IFT-12 carece de un mecanismo que evite a las empresas, principalmente Telcel y AT&T, ser ventajosas y retornen a la Nación espectro que pagan caro por explotarlo en regiones poco rentables, si bien esta posibilidad también es resultado de la terquedad de la Secretaría de Hacienda y de la Cámara de Diputados a reescribir la política fiscal por la explotación de bandas.

La posibilidad de que las empresas establecidas AT&T y Telcel y los interesados en espectro devuelvan espectro en los 800 MHz o que no se interesen por frecuencias de los 800 MHz y de AWS (1.7/2.1 GHz), es real:

“Hay tres bandas donde podrían que podrían pasar esto, que son las bandas de 800 MHz, AWS y en la PCS, si bien llevarían ciertos costos de transacción hacerlo, podría configurarse este riesgo de terminar con estas bandas subutilizadas (…) Este potencial riesgo de que quienes tengan ya espectro y concursen o entren por espectro dirigido sólo a regiones concretas, o a regiones rentables o más rentables, y después puedan devolver el espectro que ya tenían de manera nacional, podría derivar, en el caso de tener menos espectro en el mercado atendiendo a las mismas personas, una peor calidad de servicio, podríamos obtener un escenario poco deseable”, planteó uno de los comisionados del IFT a la Unidad de Espectro Radioeléctrico.

La Unidad de Espectro Radioeléctrico reconoció que la Licitación IFT-12, hasta ahora, no está acompañada de un mecanismo que frene esa posibilidad en que los operadores establecidos devuelvan espectro caro con cobertura en zonas no rentables.

Este descubrimiento abre la posibilidad ahora de que el pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones ordene una ampliación de la consulta pública de la IFT-12, con lo que la Unidad de Espectro Radioeléctrico ganaría el tiempo para crear el mecanismo del que carece su entramado.

“Uno de los beneficios (de la IFT-12), es que los operadores puedan ir por aquellas zonas que les resulten más rentables, o que les resulten adecuados para modelos de negocio diferentes a los que podría tener un operador tradicional. Sin embargo, una de las posibles consecuencias es que los operadores que ya tienen espectro vean una salida o una forma de descremar el espectro; sólo ir por las regiones que son más rentables o las zonas que les dejan más ingresos, y dejar de lado aquellas que les representan pocos ingresos o que les resultan poco viables (…) De configurarse este riesgo, subutilizadas quedarán las bandas; dejarán de dar servicio en ciertos lugares, porque ahora es más rentable ir sólo por los lugares que están más poblados”.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también finalista en los premios de periodismo de la Cofece y citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE y en 2020 en informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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