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Telcel también ganará con la licitación de la 2.5 GHz

La subasta de espectro de 2.5 GHz impone a Movistar y AT&T tres obligaciones de cobertura para llevar servicios 3G/4G a los 580 pueblos más olvidados de México en telecomunicaciones y una alternativa para cumplir es usar el “territorio” de Telcel.

AT&T y Telefónica Movistar ya ganaron espectro en la banda de los 2.5 Gigahercios. Son 120 MHz de frecuencias repartidas en seis lotes de igual tamaño y cobertura nacional que serán suyas por veinte años y un pago conjunto de 2,100 millones de pesos sólo por tema de contraprestación y en lo que toca a la parte económica.

Ambos operadores también deben dar cumplimiento a tres obligaciones de cobertura: llegar con una red 3G, cuando menos, a las 580 localidades del país que hasta el año 2010 no contaban con un servicio de telefonía celular; también deben llevar cobertura 3G/4G a las Zonas Económicas Especiales y las vías férreas y carreteras que las conectan y la mayoría de ellas, con ubicación en Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, los estados históricamente desatendidos por las redes de telecomunicaciones. La última obligación tiene que ver con el reforzamiento de la cobertura 4G en las 13 ciudades más densamente pobladas del país, entre ellas la CDMX.

Las dos primeras obligaciones deben acreditarse en un periodo de cuatro años, con espectro o infraestructura propia o de terceros. La tercera debe ocurrir en un lapso de tres años, explotando forzosamente las señales de la 2.5 GHz logradas este lunes: 80 MHz para AT&T y 40 MHz para Movistar. 

El tiempo para los tres cumplimientos empezará a contar para Telefónica y AT&T desde el momento en que el Instituto Federal de Telecomunicaciones notifique las actas de fallo a los ganadores de la IFT-7, que ocurrirá en los siguientes veinte días hábiles a la etapa de presentación de ofertas económicas por los lotes de espectro, que ya ocurrió esta semana.

Estrategia para crecer con la 2.5 GHz

Desde entonces, los dos operadores deberán evaluar qué es más conveniente con su estrategia de negocio: dar cumplimiento a los dos primeros criterios con su infraestructura y espectro propios y a la par ir construyendo una red de servicios sobre la 2.5 GHz que ahora es suya, o pensar en la alternativa de contratar capacidad a un tercero y dedicar sus esfuerzos sólo a su red de 2.5 para innovar en nuevos servicios que los avancen con el consumidor ante Telcel que ya ha ido construyendo una red 4.5G.

Estas obligaciones de cobertura no han sido del agrado de la industria, que ha cuestionado al regulador IFT por hacerlas parte de la licitación IFT-7, aunque en realidad fueron establecidas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) entre 2013 y 2017. 

Alejandro Mayagoitia es líder en la Asociación Nacional de Servicios Inalámbricos de Telecomunicaciones (Ansitel) y considera que los criterios de cobertura social fijados en la IFT-7 no están del todo justificados, pues no responden a una lógica del mercado y a las actuales realidades de, por ejemplo, las 580 localidades más desatendidas en telecom, por haberse tomado como referencia datos del INEGI de 2010, un factor que también se suma a otro que indica un espectro de 2.5 GHz con precios sobre la media internacional, muy caro, tal como informó la consultora Telconomia el lunes.

Jurídica en Telecomunicaciones (Jentel), de Sandra Rodríguez, expone que la opción de contratar capacidad a un tercero no debe ser un pretexto para que después se generen fenómenos de concentración, acaparamiento o propiedad cruzada en infraestructura o espectro, un aviso para el IFT.

Explotar el “territorio” de Telcel

Si Movistar y AT&T eligen contratar a un tercero, una respuesta está en la Red Compartida de Altán Redes, que aún con su arranque formal de operaciones en marzo pasado, ha ido construyendo una red 4G y con posibilidad de evolucionarla a 4.5G, según comentarios de la misma empresa en distintas notas de prensa.

El inconveniente con esta alternativa deriva de que la Red Compartida ofrece una cobertura todavía de alcance limitado a Movistar y AT&T, a menos de que en ese periodo de cuatro años que establecen los criterios de cobertura para los ganadores de la 2.5 GHz, Altán Redes apure la expansión de su red y entonces logre ser una opción real para estos dos operadores, ya que el con el espectro de 700 MHz de Altán Redes es más conveniente economica y técnicamente llevar cobertura que con espectro, por ejemplo, de 2.5, más aptas para mayor volumen de datos.

La otra posibilidad es Telcel, el operador con las redes más extendidas de 3G y 4G en el país y 2G, y de ésta última en proceso de “refarming”, pues la marca ha comenzado a habilitar su espectro en la banda de 850 MHz para servicios 4G, como también ya lo hace AT&T con sus 17 MHz de esas frecuencias. En México, AT&T tiene su mayoría de espectro en las frecuencias de AWS (1.7/2.1 GHz) y Movistar en las PCS (1.9 GHz) y esto cambiará una vez que tengan oficialmente su pedazo de 2.5 GHz.

Si Telcel es la ruta elegida por AT&T y Movistar para cumplir con esos dos criterios de cobertura, la filial de América Móvil en servicios móviles no podrá negarse a permitir el acceso a su red, esto por ser el agente preponderante en telecomunicaciones. “En México hay dos redes mayoristas: Altán por definición y Telcel por regulación; no podrá negarse si lo buscan”, dijo al teléfono un experto que fue consultado para este trabajo.  

La posibilidad de que AT&T y Movistar opten por Telcel es real, debido a que ya en 2017 se hizo oficial que Telefónica contrató capacidad a Telcel para crecer el alcance de Movistar con la campaña “Cobertura Extendida”. Y por las mismas fechas de agosto de 2017, AT&T también suscribió otro acuerdo con Telcel en temas de roaming nacional.

De esta manera, por ejemplo, Movistar apuntaló su red 3G en 1,500 localidades más y su cobertura rebasó el 90% de la población, resultando como beneficiados los usuarios de Telefónica y Telcel como empresa por uno nuevo contrato firmado.

Por tanto, con la IFT-7 no sólo el consumidor y AT&T y Movistar o el Estado ganarán por más espectro en las manos, mejores servicios o por un recaudo general de más de 44,000 millones de pesos por el uso de la 2.5 en los siguientes veinte años. También podrá ganar el jugador que en 2016 se adelantó comprando los 60 MHz de MVS en 2.5 GHz y que en 2018 prefirió no ir a la subasta todavía en proceso. 

Arturo Robles, comisionado en el IFT, expresa que con las obligaciones de cobertura, los mexicanos más desatendidos también ganarán: “Todos serían beneficiados, porque –las 580 localidades– son pueblos donde actualmente no hay servicio, por tanto ya sea con infraestructura propia o de terceros, para cubrirlos hay que extender la red para estar ahí (…) los principales ganadores serán la cobertura y la población, ya que tendrán servicios de banda ancha móvil que de otra forma no llegarían a ellos”.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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