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Un mejor futuro para todos
12 millones de mujeres perdieron acceso a métodos anticonceptivos
Es necesario invertir en la salud de las mujeres ante la pandemia
La participación económica de las mujeres tuvo un retroceso de 15 años durante el confinamiento por
Covid-19, lo que derivó en una mayor vulnerabilidad en la salud reproductiva de las mujeres.
Durante la pandemia por Covid- 19 se perdieron 15 años de avances en la participación económica de las mujeres, un impacto devastador en la ruta a la inclusión e igualdad de género en México, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del 2005 al 2020.
El origen de este retroceso en los derechos para las mujeres fue regresar al ámbito privado al resguardarse en sus casas, en donde las responsabilidades del trabajo del hogar no remunerado impidieron que 1.4 millones de mujeres dejaran de estar disponibles para trabajar y, por ende, dejar de percibir ingresos y no tener acceso a servicios de salud. A nivel mundial, en el primer año de la pandemia 12 millones de mujeres perdieron acceso a métodos anticonceptivos y una de cada 10 mexicanas en edad fértil reportó una necesidad insatisfecha de métodos anticonceptivos.
El incremento en las barreras de salud propició una caída de 37.5% en la atención médica y consultas a mujeres embarazadas, sin contar con el aumento de enfermedades crónicas y padecimientos cardiovasculares durante el confinamiento, cuyos costos en los tratamientos podrían disminuir hasta 21 veces si se detectan oportunamente.
Aumento en la violencia
A raíz de la pandemia, 9 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia, y al menos 6% reportó haber experimentado algún tipo de violencia doméstica; 22% sufrió por primera vez gritos, insultos o amenazas en el contexto del confinamiento, y debido a que muchas mujeres han tenido que abandonar sus trabajos, el 35% experimentó por primera vez agresión económica.
La situación desfavorable tiene implicaciones en la salud mental ya que 31% de los mexicanos presentaron síntomas severos de ansiedad, siendo mujeres y personas de bajo nivel socioeconómico las más afectadas.
Incluir e invertir en las mujeres
De acuerdo con el análisis de empresas que se dedican a mejorar la vida de las mujeres, como la compañía farmacéutica Organon, la inversión en este sector de la población tiene beneficios para la sociedad en general. Sobre todo, la salud de las mujeres tiene retornos positivos importantes, pues cada dólar público invertido en la provisión de métodos anticonceptivos tiene un reingreso de 2.20 dólares, pues una mujer que se embaraza en su vida adulta tiene tres veces más posibilidades de tener educación superior, ya que el costo de oportunidad de los embarazos adolescentes alcanza los 88,000 millones de pesos; lo que equivaldría a dos veces el presupuesto de la UNAM. “Invertir en salud de mujeres es invertir en un mejor futuro; menos embarazos adolescentes, más educación y más y mejores ingresos. Si la tasa de participación laboral de las mujeres fuera igual a la de los hombres el PIB per cápita subiría 22%, por cada mujer que se suma en la economía hay una aportación adicional de 122,000 pesos al año” destacan. Una mayor tasa de participación laboral de las mujeres podría añadir 3.5 billones de pesos al PIB del país en 2030, pues las mujeres con salud participan más en el mercado de trabajo formal.