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Agua en mi Escuela: un paso hacia la sostenibilidad hídrica

Este sistema de purificación puede tratar hasta 500 litros de agua al día, lo que beneficia a más de 14,000 personas.

Ayuda. El agua captada se convierte en una fuente de apoyo para la comunidad escolar y los habitantes cercanos.

Ayuda. El agua captada se convierte en una fuente de apoyo para la comunidad escolar y los habitantes cercanos.foto: cortesía

La escasez de agua en México se ha convertido en un desafío crítico, especialmente en estados como Nuevo León, donde los altos niveles de estrés hídrico han afectado la vida cotidiana de millones de personas. Para abordar esta crisis, diversas iniciativas se han desplegado en comunidades vulnerables, entre ellas, el programa Agua en mi Escuela de Grupo AlEn, que busca asegurar el acceso al agua limpia y potable mediante sistemas innovadores de captación y purificación de agua de lluvia. 

Mariel Jiménez, directora de Sostenibilidad y Recursos Humanos de Grupo AlEn, destaca la importancia de llevar estas soluciones a escuelas en comunidades que ya demuestran un compromiso con el medio ambiente. A través de alianzas con organizaciones como Isla Urbana, la empresa ha logrado implementar sistemas en más de 50 escuelas de siete estados del país, comenzando en Nuevo León, donde la crisis hídrica ha alcanzado niveles alarmantes.

El éxito de este programa radica en su enfoque comunitario. Las escuelas que participan en la convocatoria son aquellas que ya están comprometidas con prácticas sustentables, como el reciclaje. El programa se ha expandido no solo para proporcionar agua para las necesidades de las escuelas, como limpieza y riego, sino para ofrecer agua potable purificada a través de sistemas como Néctar de Nube, el primero de su tipo en Nuevo León.

Este sistema de purificación puede tratar hasta 500 litros de agua al día, lo que beneficia a más de 14,000 personas. Sin embargo, su impacto no termina en los muros de la escuela. En situaciones de estrés hídrico, como las que ocurrieron en 2023, las familias cercanas a las escuelas también se han beneficiado, llenando cubetas y garrafones para uso doméstico. Así, el agua captada en estos sistemas se convierte en una fuente de apoyo no solo para la comunidad escolar, sino también para los habitantes cercanos, demostrando el poder transformador de la colaboración local.

La educación ambiental como pilar fundamental

Uno de los mayores retos al implementar estos sistemas es garantizar su sostenibilidad a largo plazo. La vocera enfatiza en la importancia de la educación ambiental, un componente crucial del programa. En cada escuela, los niños participan en talleres lúdicos diseñados para concienciar sobre la importancia del agua y su uso responsable. Estos talleres no solo educan a los estudiantes, sino que también fomentan un cambio en las prácticas familiares, permitiendo que el conocimiento se multiplique fuera del entorno escolar.

A través de estos programas educativos, los niños aprenden a valorar el agua como un recurso limitado, lo que fomenta un cambio en las mentalidades de las comunidades. Además, los técnicos de Grupo AlEn realizan un estudio previo antes de instalar los sistemas para asegurarse de que estén ubicados en los lugares más adecuados, para garantizar su efectividad y facilidad de mantenimiento.

El programa ha demostrado ser exitoso en Nuevo León, pero la necesidad de soluciones para la escasez de agua no se limita a este estado. La fundación ha comenzado a implementar estos sistemas en otras zonas afectadas por la falta de acceso a agua limpia, como la sierra de Chiapas, Michoacán, Veracruz y Jalisco. De hecho, el siguiente paso es llevar estos sistemas a comunidades remotas en el Estado de México, donde también se vive una grave crisis hídrica.

Estos sistemas de agua de lluvia pueden almacenar hasta 25,000 metros cúbicos de agua, lo que proporciona autonomía hídrica a las escuelas por aproximadamente seis meses. Esta capacidad asegura que las comunidades, aun en tiempos de sequía, puedan acceder al agua necesaria para sus actividades diarias.

El acceso al agua limpia y potable es un derecho fundamental, y con el cambio climático y las sequías prolongadas, su conservación se vuelve cada vez más urgente. Mariel Jiménez hace un llamado a la sociedad para reconocer la importancia de un uso responsable del agua y la necesidad de colaborar en iniciativas como Agua en mi Escuela. Asegura que solo mediante la colaboración entre la iniciativa privada, organizaciones civiles, autoridades y la comunidad escolar, se pueden lograr impactos positivos duraderos.

A medida que el programa continúa expandiéndose y replicándose en otras regiones del país, la conciencia sobre la crisis del agua crece, y con ella, la responsabilidad compartida de garantizar que este recurso vital sea preservado para las generaciones futuras.

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